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Apocalypse Now

Bélico. Drama Durante la guerra de Vietnam, al joven Capitán Willard, un oficial de los servicios de inteligencia del ejército estadounidense, se le ha encomendado entrar en Camboya con la peligrosa misión de eliminar a Kurtz, un coronel renegado que se ha vuelto loco. El capitán deberá ir navegar por el río hasta el corazón de la selva, donde parece ser que Kurtz reina como un buda despótico sobre los miembros de la tribu Montagnard, que le adoran como a un dios. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 343
Críticas ordenadas por utilidad
14 de julio de 2010
67 de 106 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se le llega a coger tirria al coronel Kurtz de marras. Cuando por fin se digna asomar los morros y la cabezota rapada, a una ya se le ha contagiado el alucine atontado del LSD y el colocón de maría que los tipos se llevan toda la peli metiéndose en el cuerpo. Con lo cual, ya me importa tres pitos quién es el Kurtz, si está más pirado que una cabra (ahí el que no lo está merece premio), o si se dedica a coleccionar molleras o a la cría de papagayos parlanchines. También resulta que una acaba hasta los mismos de la guerra de Vietnam, de los soldados y oficiales estadounidenses y de la madre que los parió.
La guerra es muy perra, sí. Es brutal, horrorosa, los hombres se transforman en monstruos asesinos, montones de infelices caen como ratas y lo más cuerdo entre tanta mierda es perder la sesera y creerse un dios pagano, y lo mejor es que otros también se crean el bulo y lo idolatren, mientras el dios se dedica al noble oficio de la carnicería, rebanando cabezas. Y ya de risa, con dos huevos le envían al coronel Kurtz a un capitán no muy centrado para que lo liquide por loco. Tiene guasa la cosa.
¿Y por qué no van ellos y destrozan toda la jungla donde está escondido el chiflado con una pasadita de napalm, con lo que les gusta su olor por las mañanas (como si fuera colonia de baño, vaya), y así matan todos los pájaros de un tiro? Si ya hay que ser tontos, ya. Si al final no se sabe quién hace más oposiciones para el manicomio.
Bueno, que se nota que todo este rollo me ha parecido una rayada psicodélica como un camión, supongo.
Ah, y menos mal que he visto la versión de dos horas y veintiún minutos. Si llego a ver la de tres horas y media, me quedo en estado catatónico seguro.
Vivoleyendo
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3 de julio de 2010
29 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esto no es una crítica, es más bien un homenaje informativo, que les hará dimensionar de manera correcta esta obra cumbre del 7° arte. Mi opinión no es necesaria (sólo miren mi puntuación).

Cuando Francis Ford Coppola se abocó finalmente al rodaje de “Apocalypse Now”, allá por fines de la década del setenta tras los dos capítulos (que luego terminaron siendo tres) de su exitosa saga “El Padrino”, no se imaginó realmente qué le esperaba. Años más tarde, en Cannes, durante la presentación de su film, habría de decir “No es un film que hable de Vietnam, es Vietnam”.

La locación elegida había sido Camboya, y Coppola, aunque de forma accidentada, habría de contar con la colaboración del gobierno local. Visualmente, era lo mismo que estar filmando en Vietnam, y el ejército podía prestarle sus equipos, que eran los mismos que en el otro lugar. Sin embargo, lo que no se imaginaba el director era la odisea en la que estaba a punto de embarcarse, que ya mostraba sus aristas desde el día cero: al finalizar la primer semana de rodaje, Coppola llegó a la conclusión de que su actual actor protagónico, Harvey Keitel, no era el indicado para el rol de Willard.

Martin Sheen tenía en ese momento unos treinta y tantos años, y habría de cumplir otro par durante la filmación. Lo que pensó sería un trabajo de unos cuatro meses (dieciséis semanas de rodaje), terminó siendo… bueno, mucho más. Sheen era conocido por sus colegas como un tipo simpático, abierto, agradable para tener de compañero. Pero Sheen también era actor de método, y eso implicaba compenetrarse con el personaje. Siglos después de aceptar la oferta de Coppola, para el día de su cumpleaños número 36, aquel hombre extrovertido había dejado paso a otro depresivo y oscuro, que se sentía extraviado en el mundo y muy solitario en Camboya, lejos de su familia. Se emborrachó a más no poder y esa noche, durante la filmación de lo que sería la secuencia inicial de “Apocalypse Now”, estuvo muy cerca de un brote psicótico. Quienes estuvieron en el rodaje cuentan que el clima se volvió denso y se cortaba con un cuchillo, lo que resulta irónico, porque Sheen, en una de las acciones, y debido a su estado de ebriedad, calculó mal e hizo trizas un espejo, haciéndose un corte profundo en la mano. Pero el rodaje no se cortó, sino que continuó a pedido del propio actor, que seguía lanzando líneas de diálogo mientras sangraba profusamente. Un par de días después, como resultado del pico de stress, Sheen habría de tener un infarto; según le dijeron los médicos, el infarto de una persona veinte años mayor que él. La producción no podía detenerse, aunque los productores entraron en pánico, así que, sin ninguna certeza sobre el futuro, debieron arreglarse sin él durante un mes. En este lapso, discutiendo con el estudio, Coppola llegó a gritarles “Martin Sheen no se muere hasta que yo lo digo”.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
herhc
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15 de diciembre de 2009
31 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
El espectáculo que Coppola nos brinda con "Apocalypse Now" ha sido mucho mejor de lo que me esperaba y coincido con la mayoría al apuntar que hay algunas escenas que por ellas mismas ya merece la pena su visionado. Explicar Vietnam como lo hace Coppola aquí supone que aparezca la palabra "horror" en muchas de las críticas de los sabios usuarios, y no es para menos, porque aunque yo preferiría hacer el amor, lo que se nos ofrece desde el principio hasta la monstruosa aparición final de Brando es eso precisamente.

Durante el penoso viaje río arriba del capitán Martin Sheen, sorprendente y excelente protagonista, sólo hay lugar para el desgaste psicológico, la degradación humana y el deterioro espiritual. Ya lo sabíamos, desde luego, no sólo Coppola apunta en esa dirección, ahora bien, pocos lo hacen como él. Las escenas de acción son de lo mejorcito en cine del género y el realismo viene acompañado de una banda sonora de piel de gallina. Sólo con esos Doors abriendo la película ya me he quedado atrapado y aunque el final es excesivo, ciertamente todo apuntaba en esa dirección y no podía ser de otra manera.

Por cierto, me quedo con el personaje del soldado surfista que una vez se acaba de quedar totalmente pillado consigue constituirse en verdadero símbolo de ese horror tan justamente mencionado.
Luisito
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14 de noviembre de 2007
46 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
Martin Sheen, un buen actor que cometió una de las mayores atrocidades que ha sufrido el débil cuerpo inocente de la Cinematografía, es decir tener hijos y enchufarles en la industria, merece, sólo por eso, ser colgado por la soga de Hitchcock desde lo más alto del Empire State de King Kong.
Su interpretación, bajo la sombra del dopaje (Lucy in the Sky with Diamonds), está lograda, y consigue que el Marlon Brando más grotesco y sobreactuado que se ha visto en pantalla no le eclipse. Esto no es moco de pavo.

Dennis Hopper, otro actor afín a las sustancias prohibidas, encaja perfectamente en un corto, aunque no pequeño, papel.

Pero el premio es, sin duda para "il consiglieri", al que le sobran huevos para hacer surf en un bombardeo y disfrutar del olor a napalm de antes de desayunar.

La ambientación es perfecta y crea una atmósfera personal e intransferible al film. Principalmente el tramo que acontece navegando por el río.

La música está seleccionada conforme a las tendencias hippies de la época y asociada a la paranoia ácida que se vivió en las selvas, donde alucinación y terror paseaban de la mano.

Pero quizás peca un poco la película de transgesora: tal magnificación de imágenes y personajes termina por sobrepasar la barrera del sonido e hiriendo de muerte al ritmo narrativo.

En resumen, Coppola: capaz de crear "El Padrino" y vomitar "Life Without Zoe".

Me quedo, por cierto, con la del 79.
El director's cut, es sólo apto para frikis de la guerra del Vietnam (es decir, del sonido de los helicópteros).
Sines Crúpulos
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29 de junio de 2015
23 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta increíble obra de Coppola, por primera vez, deja de lado las ya repetidas críticas entre las lágrimas de las familias y se centra en las consecuencias psicológicas que conlleva la guerra en la gente, adentrándose en el espíritu del soldado. Francis nos enseña como después de la guerra, después del sufrimiento, los soldados no vuelven a ser iguales, como lentamente van perdiendo cada atisbo de humanidad que poseían hasta el punto en el que se convierten en unos salvajes. Me gustaría analizar a todos y cada uno de los participantes de este film pero bastará con dos personajes, el coronel Kurtz y el personaje interpretado por Robert Duvall, a continuación procederé a analizar la personalidad de cada uno.

-Si analizamos en primer lugar la psicología del coronel interpretado por Duvall nos topamos con un hombre al que la guerra ya no afecta pues ha visto tanto dolor que ya perdió hace tiempo toda esperanza en la humanidad, de hecho, hasta en la suya propia.
-En segundo lugar está el coronel Kurtz a quien la dureza del combate lo ha convertido en un auténtico animal al que, a parte de la inteligencia, ningún rasgo humano queda, este se refugia en la selva negándose así a volver a su país, el país que lo envió al infierno, por esta razón evita cualquier contacto con soldados y se adhiere a la vida salvaje.

Aparte de estos aspectos, la película contiene unas extraordinarias interpretaciones, tanto de Martin Sheen (desconocido en aquel momento), como de Duvall, de Brando, de Frederic Forrest y del resto del magnífico reparto.

Las escenas de la obra van siempre acompañadas de melodías formidables, tanto al principio y al final con "The End", de "The doors" (una de las escenas más famosas de toda la historia del cine ,en el que la imagen del capitán Willard, tendido sobre la cama y mirando el ventilador del techo, se une a la de los helicópteros sobrevolando la selva y bordeándola con napalm) o la escena en que los helicópteros del Noveno batallón de la Primera División de Caballería bombardean el poblado vietnamita, todo ello ambientado con la música de Wagner, la «Cabalgata de las valquirias»,

Todos y cada uno de estos elementos son minuciosamente preparados y pensados por el maestro Coppola, alguien que construye, con trabajo y dedicación, una de las mejores películas de la historia, una auténtica OBRA MAESTRA que les aseguro, no quedará en el olvido y la cual todo buen amante del cine debe ver.

Hasta aquí llega mi análisis sobre la película en si, ahora me gustaría comentar como Coppola pudo hacer películas como "El Padrino" (la primera y la segunda obviamente), "Apocalypse Now" o
"La Conversación", auténticas obras maestras, consideradas algunas incluso como las mejores de la historia, y pasar a realizar insultos como "Dracula" o "Jack", películas domingueras que podrían perfectamente haber sido filmadas por directores de menor jerarquía.

Coppola no ha sido el único, ni mucho menos, que se ha vendido dejando de lado el arte y pasando a recoger el dinero, he aquí la pregunta, mí pregunta: ¿VALIÓ LA PENA?
¿Valió la pena continuar lo que debería haberse quedado igual?
Con esto a todos nos vendrá a la mente el bochorno que supuso alargar “El Padrino” hasta la tercera película con el único objetivo de recaudar en taquilla, eso supuso destrozar uno de los finales más melancólicos y emblemáticos de nuestra vida, con toda la familia sentada, en un triste pero fabuloso plano que hubiera sido el final perfecto, la guinda del pastel para la mejor saga de la historia.
¿Valió la pena pasar de hacer cine a pura basura (si me permiten decirlo)?
¿Valió la pena traicionar todo aquello que él representaba?
La respuesta es NO, y yo me pregunto, ¿que hubiera sido de Coppola si hubiera muerto después de hacer “Apocalypse Now”?, ¿cómo lo recordaríamos?... se hubiera quedado con tres de las mejores películas de la historia y obviamente hubiera sido recordado como uno de los mejores directores de la historia, en vez de eso ¿que tenemos?, un director que se acomodó al haber hecho tres peliculones y decidió convertirse en un director mediocre.
La única solución que veo posible es disfrutar de lo que hizo, nos dejo con tres joyas y se lo agradeceremos por siempre pero siempre nos quedaremos con la espinilla, con esa rabia al saber que podría haber hecho muchas más.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ignacio Ruisánchez
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