Oh, Jerusalén

La película tiene un guión bastante interesante como para que hubiese dado más, lástima que se perdió de esta forma. Decir que es una mala película es falso, si la vez bajo el contexto de sacaras algo productivo de ella la tolerarás. Es un trozo de historia contemporánea hecha cine, donde sus protagonistas viven un drama terrible. Se debe estar preparado ya que no es una super producción ni mucho menos un clásico para recordar.

En apenas 100 minutos se nos trata de contar toda la historia de los orígenes del estado de Israel y el conflicto con Palestina. Es una versión actual y con mucha menos épica de aquella "Éxodo" con Paul Newman.
Además está basada en una novela de Lapierre y Collins, la cual no he leído y no sé si será una buena adaptación.
La interesante historia que narra la película compensa con creces su evidente falta de medios. Los combates no son todo lo épicos que deberían. Entre otras cosas las explosiones están bastante mal hechas.
Pero el drama y las actuaciones sí que están bien. Hay algunos momentos de interpretaciones intensas, sobre todo por parte de Ian Holm en su papel de Ben Gurion. También vemos la cara más amarga del conflicto en la relación de amistad entre el israelí y el árabe.
Es una producción interesante pero en la que la falta de presupuesto está a ojos vista y se nota que con más medios podría haber salido mucho mejor. De todas formas es un buen acercamiento a los que quieran ver como se forjó el problema que aún hoy en día persiste en el país hebreo.

Es hasta la fecha la primera película que veo de esta directora francesa y la verdad es que me ha parecido bastante floja y sin pasión.
Tenía muchas ganas de ver este film por la temática que trataba. El conflicto de Palestina siempre me ha atraído, y esas luchas entre la población por el estado de Israel me ha llamado la atención. Así que cuando leí que esta película recreaba el origen de ese conflicto, decidí verla.
La historia es muy floja en intenciones y no consigue conectar en ningún momento. No profundiza ni se moja para nada el conflicto, y avanza de puntillas sigilosamente sobre este tema tan problemático a escala mundial; que uno no comprende en ningún momento ni que quiere contar ni que intenciones tiene. No se posiciona en ningún momento y eso produce que al final el mensaje no es para nada claro; abarcando tantas posiciones que no resulta en ningún caso efectivo.
A todo esto hay que añadir que intenta coger todo el tema sensible y lo explota de una manera tan simple y en cierto modo cutre; que intenta conseguir la emoción y la lágrima fácil; pero lo único que consigue es decepcionar y también algún que otro cabreo. La situación es suficientemente dura y dramática como para plantear todo el conflicto de una manera que parece sacado de un telefilm de sesión de tarde que lleva un mensaje subliminal que parece que dice "mira que pena da esta situación, llora un poco".
Todo resulta de una gran simpleza y es tan básico que da un poco de vergüenza. Todo es realmente predecible en las relaciones de los protagonistas; y uno sabe en todo momento como se van a ir sucediendo los hechos entre los personajes desde el minuto uno.
Actoralmente la película también es floja. No convencen ninguno de sus protagonistas. Además, unos no transmiten ninguna emoción y no traspasan la pantalla; y otros están tan sobreactuados que resultan totalmente falsos en sus personajes sin convencer.
En fin, "Oh, Jesursalén" es una película que decepciona en casi todo. Es una pena que no se haya conseguido explotar debidamente un tema del que se puede sacar una gran película. El film en prácticamente su totalidad es de una simpleza abrumadora que no consigue transmitir nada, y provoca cierta molestia al ser testigo de que utilizan la emoción sencilla simplemente para emocionar. Pero al final la efectividad es tan mala, que ni siquiera en esos momentos consiguen emocionar.

Esto no es "Oh, Jerusalem", de Lapierre y Collins. No es que lo hayan adaptado libremente, sino que han aprovechado los acontecimientos históricos (que figuran en cualquier libro de texto) como base de las aventuras de los protagonistas.

En cambio, en el libro lo que vamos encontrando a medida que avanzamos es una sucesión de tragedias, anécdotas, y situaciones de todo tipo (siempre de un interés sublime), sólo conectadas entre sí por el tiempo y el espacio en el que transcurrían, sin apenas relación entre unos protagonistas y los del siguiente punto y aparte.

No me hubiese molestado que tratasen de adaptar a un punto de vista más "novelesco" uno de mis libros favoritos, de no ser que en el intento hayan dejado pasar la oportunidad de hacer un trabajo mínimamente digno. Tenían medios materiales para hacer una producción más que decente. Lástima que Chouraqui no supiese lo que estaba haciendo.

Cuando alguien como Ed Wood le echaba cojones a esto de hacer cine, y con tres pesetas (o más bien, tres dólares) lograba hacer una película, buena o mala (más bien espantosas...) uno se quitaba el sombrero. Es decir, nadie se lo tomaba en serio, pero se terminaba reconociendo el valor y el empuje de un soñador que era capaz de embarcar en un proyecto a todos los amigos, rebañar el dinero de donde fuera e incluso empeñar su casa si hiciera falta para hacer realidad un sueño. Ole por Ed Wood. Pero de ahí, a intentar hacer una "gran superproducción" que recuerde a todo el mundo el grave problema que existe en Jerusalem entre Judíos y Árabes (como si hiciera falta) sin un duro, y cogiendo "prestadas" por el morro secuencias de archivo que no pegan ni con cola en el montaje, va un abismo. Para colmo, con la vocación didáctica y redentora de hacer reflexionar al público sobre un problema bélico que se extiende hasta nuestros dias. Hala, encima. Y cuando todo eso viene de un director que ha dirigido la excelente "Las Flores de Harrison", uno se siente directamente insultado en su inteligencia. Por mucho que se haya basado en un libro de Dominique Lapierre (que es igual de neutro y neutral que la película, que a base de intentar mostrar el problema Palestino desde los dos ejes, termina por no mostrar nada más que una fria sucesión más propia de un torpe documental histórico) la película es un verdadero despropósito; los personajes no son personajes, sino simples monigotes para "enseñar" las motivaciones de cada bando; las "batallas" atufan a cutrerío; no hay empatía en lo que estamos viendo; los diálogos son torpes y poco creíbles. Vamos, que a estas alturas se sigan haciendo (y lo que es peor, estrenando) películas como esta tal y como esta el patio, me resulta increíble. Como para que algún incauto se pase por una sala de cine y "pique" entrando a ver esta porquería por la que le van a soplar 7 euros. Seguro que ese pobre espectador no vuelve al cine en lo menos un año. Aunque, todo sea dicho, viendo el cartel, el tema, los actores... uno se cosca que algo huele a podrido en Dinamarca. No me extraña que Winona Ryder y Patrick Bruel se desentendieran del proyecto cuando se hubieron enterado bien de qué iba esto. A huirle como de la peste, por muy buenas intenciones que tenga a la hora de mostrar la creación del estado de Israel a finales de los años 40. Para eso, mejor National Geographic o cualquier documental de cualquier cadena de televisión. Pero lo más divertido es el pastón que le habrán sacado los productores (entre los que está el director, claro está) a las productoras para hacer esta película, habiéndose gastado la cuarta parte (siendo generosos). Qué pedazo de chalés se habrán hecho...