Oh, Jerusalén

Oh Jerusalén narra el surgimiento del estado de Israel, y las consecuencias que ello produjo entre los judíos y los árabes que habitaban la región de Palestina.
Recién acaba la guerra, 2 amigos, Saïd (árabe) y Bobby (judío) parten a tierra santa para intentar conseguir la paz entre ambas creencias. Pero lo que allí se encontrarán les llevará a luchar cada uno por su religión.
A grosso modo, narra el inicio de las hostilidades en la ciudad de Jerusalén, entre 1946 y 1948, y aunque parezca que se trata de un suceso histórico o una guerra pasada, no es más que el inicio de algo tan de actualidad en nuestros días.

Con una maestría sorprendente, Elie Chouraqui muestra la dureza de las batallas, el sello de la muerte y la destrucción, la firma del odio... pero dentro de todo eso, la fuerza de una amistad.
Con unos actores más bien desconocidos, consigue unas interpretaciones impecables.
A eso hay que sumar una fotografía excelente... y es que las imágenes de Jerusalén son una auténtica maravilla.
Para mi desde luego entrará en la categoría de obra maestra del siglo XXI.

P.D.: No me he leído la novela, así que la fidelidad o no de la película con aquélla no puedo valorarla. Aún así me atrevo a decir que no creo que defraude a sus lectores.

Película, que al igual que en su tiempo la monumental "Éxodo", narra el nacimiento del estado de Israel. La historia, pese a tomar conciencia por parte de los dos bandos en conflicto (musulmanes y judíos) cae en el error de acudir en demasía a los tópicos, que dejan entrever un guión pobre. Pese a ello y aunque la película deja la sensación de quedarse a medio camino en lo que nos quiere mostrar es un film que se deja ver bien.

Es bastante normal que los actores de esta película no sean conocidos, la razón es obvia, la película es un coñazo. Ningún actor que se precie habría aceptado tal guión, ¿porqué? pues porque la peli parece una sucesión de secuencias pegadas una tras otra sin ningún fundamento argumental ni una línea coherente. A destacar la fotografía, eso sí, se lo han currado de lo lindo, aunque como bien es sabido por todos 'la realidad supera la ficción' y aquí se hace latente, no sólo porque el conflicto árabe-israelí sea un conflicto armado que dura ya años sino porque los mismos paisajes que se nos muestran se pueden ver a diario en las noticias y no sólo procedentes de Palestina sino de infinidad de países que en muchas ocasiones incluso los propios medios de 'desinformación' se niegan a mostrar para no herir la 'sensibilidad del espectador' (lo que no saben, es que esta sensibilidad ya no existe por culpa de ellos mismos).

Otro punto a su favor, es que existen poquísimas películas que acerquen al espectador a una realidad que se viene viviendo desde 1945, son muchos años ya, y la gente de a pie no sabe ni lo que pasa en el mundo, hacer películas así 'ayuda' a combatir esa ignoracia. Todo el mundo sabe quien fue Hitler y qué pasó en la II Guerra Mundial, pero nadie sabe que es lo que se vive día a día en Palestina, y cuál es el origen de dicho problema: 'Oh, Jerusalén' quizá aclare dudas de este tipo.

Un film díficil de señalar como "realista", con altas dosis de sentimentalismo... Que se la juega con un órdago a la historia, fuera de grandes actuaciones y, que se gana al espectador con una buena fotografía de la ciudad, de Jerusalén. Desde luego, es una visión que sirve como inicial para cualquier público ajeno y "no muy conocedor" del conflicto....

Tres palabras, tres claves: Judaísmo; islamismo y sentimentalismo.

Dado que proviene de un libro mediocre, no se puede esperar demasiado de ella. Se trata de una visión sesgada del conflicto en Oriente Próximo.
La fotografía es normalucha, tirando a pobre, mientras que las imágenes históricas están elegidas, evidentemente, propiciando una imagen beneficiosa para el pueblo judío, pues muestra los discursos pacificadores, la legítima defensa de un estado recién creado y la lucha entre un pueblo y varios países.
En definitiva, la película no busca conciliar, sino reinventar el imaginario colectivo sobre el judío en los inicios del conflicto llamando al hermanamiento. No busca refundar la visión del árabe, posicionándolo como un oportunista que debe superponer su lucha religiosa a los sentimientos encontrados.
La película contiene datos correctos, desde luego, pero absolutamente descontextualizados y empleados para manipular las ideas de aquellos que desconocen o tienen una visión antisemita volcada por la difusión de los medios sobre dicho conflicto