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La casa Gucci

Drama La historia, inspirada en hechos reales, muestra la vida de la familia Gucci durante tres décadas, en las que una sucesión de traiciones, dinero, decadencia, luchas de poder y venganza desencadenaron en el asesinato en 1995 de Maurizio Gucci (Adam Driver) por orden de su mujer, Patrizia Reggiani (Lady Gaga), que llegó a ser conocida como "la viuda negra de Italia".
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Críticas 88
Críticas ordenadas por utilidad
5 de diciembre de 2021
20 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos de acuerdo en que esto es una caricatura, ¿verdad? Una pantomima, un engendro hecho para mayor gloria de los fanáticos de la señora Gaga pero que nada más lejos de un filme serio o mínimamente dramático, que creo que era lo que buscaban y ese es su talón de Aquiles. No obstante, no es el único, ya que “La Casa Gucci” iniciaba su andadura con una media de notable alto por todo lo que prometía y ha ido descendiendo de forma ostensible por causa de los siguientes elementos:

Primero, el ritmo. La película va atropellada desde el minuto uno a pesar de tener por delante casi tres horas de duración. Las escenas se suceden una detrás de otra como si de una catarata de fotografías de un álbum familiar se tratase, sin consistencia ni profundidad. No se detiene en nada y terminas por quedarte con que tenían muchos cochazos y muchas mansiones y que la protagonista era más mala que un dolor, pero nada más. De primero de cine es saber que es preferible una buena escena que tres regulares.

Segundo, el guión. Arrastrado por lo anterior o lo anterior por este, el caso es que es de una simpleza extrema. No hay ninguna armonía y los personajes actúan al tuntún. Lo más revelador ocurre cuando se vuelven groseramente maleducados entre ellos, de repente y sin venir a cuento*(1), dejando al descubierto que es para darle tensión al tema y no porque lo requiera la historia. Al final, nos quedamos sin conocer a nadie por culpa de una película más preocupada en distraer a los espectadores más necios, que no se aburran, que en realizar algo de nivel.

Tercero, el reparto. Cada uno está en una película distinta. El sieso de Adam Driver se cree Michael Corleone pero no sabe ni por dónde le da el aire, aturdido entre los majaderos que tiene por familia. Lady Gaga es la única que cree fervientemente en el producto y por eso se esfuerza mucho, pero sigue sin salirle. Como tampoco le salía a Cher ni a Madonna, señoras empeñadas en triunfar en un mundo que no es el suyo, tal es su vanidad. La pareja, dicho sea de paso, sin ápice de química. Sorpresivamente, Jeremy Irons resulta el más creíble gracias a su elegancia natural y también a su sucinto cometido. Al Pacino, por su parte, sigue siendo el Al Pacino de los últimos años: un comediante sin descanso, y como tal, es el más agradecido de ver, pero no logra romper el techo que separa a los personajes planos de los complejos. Cierto es que no tenía ninguna escena para poder hacerlo. Y así llegamos al señor que consiguió que quisiese arrancarme los ojos cada vez que aparecía: Jared Leto. Incapaz de espetar una frase con decencia, no es más que gestos exagerados y vocecitas insufribles. La suya es una de las peores actuaciones de la historia, sin exagerar. Y quieren nominarlo al Oscar...

Cuarto y definitivo, la dirección. Esto te lo coge Scorsese o Polanski y flipamos en colores, pero Ridley Scott es, salvo contadas excepciones, la mediocridad hecha cineasta. El tío consigue que una película que tiene los elementos más impresionantes del año (historia truculenta y verídica, reparto de lujo y factura técnica impecable), se quede en algo tan falto de fuerza y de emoción. En algo tan mediocre.

Entre las cosas buenas, que las tiene y de ahí mi nota, están la voluntad de querer regresar al estilo de cine más clásico, aquel en el que las actuaciones y el guión eran fundamentales para que el producto saliese adelante. Otra cosa es que no les haya salido, pero a los nostálgicos del cine de los 70, 80 y 90 nos gustará, pese a todo. También es de celebrar su banda sonora, que hará que el espectador quiera salir de fiesta después de verla, el lujoso y lustroso vestuario y la espectacular ambientación, ya que en las casi tres horas paseamos en Vespa por ciudades italianas, comemos en fincas rodeadas por lagos cristalinos e, incluso, nos da tiempo a esquiar en lugares perdidos de la mano de Dios. Y también, qué caray, reconozco que es una película divertida, hortera como ella sola y que se pasa volando.

Por ello y también pese a lo anterior, prefiero "La Casa Gucci" a la enésima de Marvel, Disney o la madre que los parió.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jaime Flores
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21 de mayo de 2022
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un buen conjunto de actores reconocidos y reconocibles de distintas épocas, dan cuerpo a una historia un tanto engolada.

El final se sabe desde la primera escena, creo que se ha narrado de esta manera, por dos razones.: La primera es que todos conocemos el final de Mauricio Gucci, la segunda, es que invirtiendo el orden, se genera interés para descubrir como se produjeron los acontecimientos, que desencadenaron su muerte.

El problema. Su metraje excesivo (2h, 37), reincidente y opresivo, al no resolver de manera convencional, enmarañado en multitud de escenas innecesarias que solo sirven para añadir minutos.
No la voy a aprobar.
LEUGIM
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5 de julio de 2022
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
226/05(04/07/22) Decepcionante film dirigido por Ridley Scott, que en este mismo año del estreno de esta cinta lo hace con otra de temática distinta por el tiempo, está abarcando dos décadas del SXX (1978-1998), y la otra, “El último duelo” enmarcada en la Edad Media, pero sin embargo con puntos en común, pues en las dos a los personajes los mueven su egocentrismo y sus celos, un tema universal y atemporal. Ridley llevas mucho tiempo muy atareado, con casi prácticamente una película por año, produciendo series como “Raised by wolves”, y en la cantidad no suele estar la calidad, hace lustros que no hace algo por encima de la media, y sobre todo para alguien que creó “Los duelistas”, “Alien”, “Blade Runner” o “Thelma & Louise”. Hace films como el que hace churros, los hace cual factoría y no pone el alma, y esta película es buena prueba de ello. Un producto plano, adusto, monocorde, funcional, y lo que es peor, tedioso, con un metraje de casi dos horas y media desproporcionado para lo que cuenta, y si lo que quería era alargarse, que hubiera hecho una serie, pero ha quedado un film caótico (con situaciones que se mencionan de buenas a primeras, sin que tengamos conocimiento anterior, como que Maurizio lo vemos con la empresa a todo tren, con el éxito del fichaje de Tom Ford, y sin que lo esperemos nos cuentan que Gucci está al borde de la quiebra ¿?) disperso (en un film sobre un icono de la moda nada sabremos sobre ella, es un ente invisible), sin corazón (el romance, matrimonio y posterior separación entre los protagonistas llega de forma aturullada, porque sí), un retrato ordinario de las intrigas ‘palaciegas’ de esta pseudo familia aristocrática de los Gucci. El guion de Becky Johnston (“El Príncipe de las Mareas”) y Roberto Bentivegna en su primer crédito en un largometraje, adaptando el libro “The House of Gucci: A Sensational Story of Murder, Madness, Glamour, and Greed”, escrito por Sara Gay Forden, que narra las circunstancias que condujeron al asesinato de Maurizio Gucci a manos de un sicario, contratado por su exesposa, Patrizia Reggiani.

Es un film que tiene todos los elementos de un film prometedor, ya desde su fenomenal elenco interpretativo con Lady Gaga y Adam Driver de protagonistas, y con los secundarios Jared Leto, Jeremy Irons, Salma Hayek y Al Pacino. Tiene una producción fulgente con escenarios lujosos (Roma, Nueva York, en palacios, estaciones de esquí, grandes fiestas, etc), vestuario lustroso, una cinematografía excelente de Dariusz Wolski, temas pop populares (Donna Summer, Eurythmics, New Order, Blondie, David Bowie, George Michael, e incluso se oye a Miguel Bosé), ello mezclado con temas de música clásica (Pino Donaggio, Mozart, Verdi o Puccini). Pero todo comienza a cansar pronto en medio de situaciones manidas sobre una joven arribista que quiere pegar el golpe atrapando al heredero de los Gucci, y este no es muy fan de su marca. Y todo discurre de forma lisa, sin situaciones atractivas, en medio de un mundo de snobs elitistas nos movemos, pero sin pizca de sentirme involucrado con algún personaje, no hay hondura dramática, todos superficiales, no empatizo con nadie, me siento ajeno, y conforme avanza su extensísimo minutaje me alejo más y más en este marasmo de clichés y tópicos, para un melodrama a lo Dinastía, que por momentos quiere jugar a ser “El Padrino” y ahí ya chirría más que el tren sobre el rio Kwai al descarrilar. Donde las situaciones pasan, pero sin sentido orgánico, avanzan por imperativo del guion. Narración que se sabe tiene su clímax en un asesinato, y sin embargo esto ocupa apenas 15 minutos, además resulto todo de forma aturullada, con elipsis torpes mal manejadas que más parece un documental que un drama.

Es reseñable, por que no todo es negativo, la carismática actuación de Lady Gaga, una especie de Lady Macbeth que actúa en su ambición de poder sobre el esposo, empujándolo a conspirar para hacerse con la marca, es enérgica en cada aparición, se agradece en el erial que es el resto, rol extrovertido, dinámico, expresivo, locuaz, eléctrico, muy buena; Ni tan siquiera los Titánes Al Pacino (se parece aquí a Torrebruno, tiene su momento de gloria en la lección que da al sobrino Maurizio sobre como la piratería no perjudica a su elitista marca) y Jeremy Irons (con imagen cadavérica) dejan especial huella. Ambos se notan disfrutar parodiando a sus personajes, pero ninguno es alguien de carne uy hueso; Adam Driver da una interpretación muy sosa, quizás queriendo ser contenido, opero lo que resulta es ataráxico; Y luego está Jared Leto en un papel caricaturesco que al igual que los mencionados, se nota deleitándose bajo el pronunciado maquillaje donde se pierde su imagen, pero resulta demasiado histriónico y pasado de vueltas; está salma Hayek en un rol de pitonisa bastante estereotipada (aunque tiene una buena frase cuando en el spa, llenas de barro le espeta a Patrizia: “Cuando regresemos de las Islas Caimán, podemos hacerle un buen mal de ojo (a Maurizio)”; Y Jack Huston en un rol de sibilino traidor consiglieri (cual Tom Hagen de Michael Corleone) de la familia Gucci, que lo ve de lejos Patrizia, pero en una actuación hierática.

La escena clave del film que (seguramente) sin pretenderlo describe al film, es cuando en St. Moritz mencionada, Patrizia comenta de modo extendido de donde trajo unos dulces, y Maurizio le espeta: “Estás llenando la historia de detalles innecesarios”, y eso termina siendo en gran parte este film, queriendo abarcar demasiado para lo poquito que aprieta.

Curioso ver a Salma Hayek en este film, pues el tema le toca de cerca. Está casada con François-Henri Pinault, CEO de Kering, el conglomerado francés de moda de lujo que ahora controla Gucci.

Olvidable película, que solo sirve para que veamos a Lady gaga como una buena actriz que puede dar mucho al cine. Gloria Ucrania!!!
TOM REGAN
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4 de diciembre de 2021
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy sólida en todas sus partes, la premisa ya interesa, pero el desarrollo y la narrativa hace que se vuelva muy buena.
Las actuaciones y el reparto es de lo mejor, el cambio físico de Jared Leto, Lady Gaga hace que te la creas en todo momento, y Adam Driver interpreta un papel difícil, pero creo que lo logra a la perfección.
Eso sí, si no te interesa el tema en cuestión, y tampoco te van en exceso las películas algo lentas, sin duda no es para ti.

· Cosas buenas: la maestría de la dirección artística, tanto escenarios, que van evolucionando con el paso de los años, como vestuario, peinados... La estética es maravillosa vaya, además, lo ya mencionado, las interpretaciones son realmente buenas.
· Cosas malas: el ritmo es bastante irregular, se para en muchas cosas que hace que empatices mucho con la situación, pero se puede hacer algo lenta, además, el desenlace está contado de una forma algo rápida de más.
· Conclusión: Si te pica un mínimo la curiosidad, ve a verla, te va a gustar, es muy difícil buscarle cosas malas sin contar el ritmo, funciona muy bien, pero claro, tienes que tener ese ápice de curiosidad.
iCampoFT12
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5 de diciembre de 2021
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
No bastando que el bueno de Ridley estrenase una peli (El último duelo) este año, va y estrena otra con apenas un mes de diferencia (imagino que una de ellas ya la tenía rodada pero se retrasó su estreno por causa de la pandemia... o no.).

En esta vuelve a insistir en truculentas historias contemporáneas de crimenes reales como ya hizo con la estupenda Todo el dinero del mundo.

En La casa Gucci, película que nos ocupa, no deja títere con cabeza. Desde una sensacional Lady Gaga, como esposa de Mauricio Gucci, en plan choni trepa; pasando por un Adam Driver como el susodicho Mauricio, totalmente dominado por su esposa, hasta llegar a unos Aldo y Paolo Gucci, padre e hijo interpretados por Al Pacino y Jared Leto ( este último porque te lo dicen, si no no tienes idea de quien está detrás de todo ese maquillaje, protesis y cojines para la panza), totalmente idiotizados. Según Tom Ford, a quien no le gustó nada la película y está completamente en desacuerdo con la imagen que esta da de las personas reales, que cuando veía a Pacino y Leto le parecía estar viendo un capítulo de Saturday Night Live. A mí me recordaba más a La hora chanante, pero como toda desmitificación me encanta no puedo estar más de acuerdo en la imagen que da la película aunque no se ajuste a la realidad o... quizás se quede corta.

No me olvido de Jeremy Irons como Rodolfo Gucci, más contenido que los anteriores y que parece estar en una película distinta que los anteriores. Dando a entender que él era la imagen sería de la marca, quien le daba el nombre y el status que le correspondía, mientras que el resto eran vividores que dilapidaban su fortuna.

Bien... pues La Casa Gucci es una estupendísima película, aunque la imagen que deje de los Gucci sea más un insulto que una alabanza... O gracias a ello.
jesus
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