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España España · Barcelona
Críticas de Jaime Flores
Críticas 657
Críticas ordenadas por utilidad
6
23 de diciembre de 2023
82 de 103 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes que nada, ¿Kristin Scott Thomas se ha retirado? ¿Ha muerto Emma Thompson? No, sólo son demasiado viejas para hacer de madres de Jacob Elordi. Mejor Rosamund Pike, con la que se lleva escasos dieciocho años, que seremos feministas pero no hermanitas de la caridad, eh, Emerald. Las viejas, al Imserso.

Respecto a todo lo demás, nada de sutilezas, porque para qué cerrar una historia que estaba siendo abrumadora con una simple decepción, un alejamiento natural por el paso del tiempo o cualquier otro elemento emocional, no, mejor muertes a mansalva y psicópatas tan psicópatas que monologuean solos. Nivel Joker, vamos. Se adjunta escena final*(1).

Alguien debería explicarle a la guionista y directora que los relatos de perversiones ya son radicales de por sí, por lo que piden una base sólida; si no, corres el riesgo de que todo parezca gratuito. Que es lo que pasa aquí. Querían imitar a "El talento de Mr. Ripley", pero se olvidaron de la humanidad y de la coherencia de aquella. Aquí el malo es malo porque sí, no tiene siquiera motivos económicos*(2).

"Saltburn" cruza las líneas de lo asumible para cualquier obra adulta, lamentablemente. Uso tal término porque la primera hora y media es fastuosa, celestial, casi poética, en la que una premisa sencilla estaba siendo tejida con un buen gusto sobresaliente y unas escenas que quitan el hipo*(3). A propósito, "Saltburn" pone cachondo al personal sólo por cómo está rodada e iluminada.

Y actuada. Barry Keoghan no sorprende si ya lo has visto en otros lados. Es un actor de rostro y presencia salvajes. Jacob Elordi, por su parte, goza de un perfil matador. Ya tardaban en explotar a semejante adonis que, además, actúa con naturalidad. Obviando lo suyo, Pike también está estupenda gracias a un guion cuyos diálogos son los mejores, auténticos puñales verbales siempre dirigidos a quiénes no están presentes, pues educada es un rato*(4).

Con todo lo dicho, reconozco que estoy cabreado como una mona con "Saltburn" porque te seduce, te imbuye y te deleita en su desarrollo, porque es una obra que está viva, que se sabe festiva y que mereció un final menos bochornoso.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jaime Flores
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9
6 de diciembre de 2022
77 de 107 usuarios han encontrado esta crítica útil
Era difícil igualar la notable y sorprendente primera temporada, que iniciaba su andadura como una simple comedia veraniega y la terminaba como una de las producciones más valientes, lúcidas e irreverentes del panorama actual. De ahí que empezase esta segunda parte con una mezcla de entusiasmo y temor, pero no sólo la iguala, sino que la ha superado.

En Sicilia, su guionista y director Mike White, aglutina lo mejor de la anterior y va tres pasos más allá: dónde antes había una pareja joven, ahora hay dos; si en la primera veíamos una familia tipo, en esta tenemos a un abuelo, un padre y un nieto, todos sin pareja; si antes teníamos a una señora deprimida por el fallecimiento de su madre, aquí tenemos a la misma señora con sus mismos traumas pero empezando a vivir; si en Hawái veíamos a dos jóvenes hermanos que renegaban de un sistema que no les ofrecía nada, ahora tenemos a los esnobs que no ven las noticias porque son tan ricos que les es absolutamente indiferente lo que suceda en el mundo*(1), aunque pobres así también he conocido. La dichosa frase de “no veo el telediario porque sólo cuentan desgracias”...

Los personajes y sus actores son otro lujo que Mike White nos ha regalado. A excepción de la asistente de Coolidge, que es un pan sin sal, el resto son para enmarcar. Me quedo con el controvertido modo de vida de la prostituta italiana, con la eterna malhumorada gerente del hotel, con las fricciones generacionales de los tres italoamericanos, especialmente con ese chaval que no quiere repetir los errores de su progenitor, el mismo que, a su vez, siempre quiso hacer lo propio con el suyo, y con las dos parejas jóvenes, los unos, tan empeñados en ser honestos que se pasan el tiempo frustrados, mientras que los otros son más felices al asumir su imperfección*(2).

Interpretativamente hablando, es Aubrey Plaza la que merece todos los premios sólo por sus caras, y por todo lo demás, ella es El personaje, aunque Theo James le sigue el ritmo junto a todos los demás, incluso algunos que, de entrada, no parecen demasiado interesantes, como sus respectivas parejas. Hay que decir que son los personajes los que elevan a sus intérpretes y no al revés.

Su mayor baluarte es, como sucedía en la primera, la mezcla de comedia y misterio siempre in crescendo. El cómo logra ponerte de los nervios mientras intercala escenas absolutamente hilarantes y otras de una sensualidad tremenda, todo ello envuelto en una música deliciosa y un marco incomparable, este es el único país por el que un barcelonés puede sentir envidia: Italia. Ya puedes viajar por todo el globo que, salvo la sabana africana, la Polinesia francesa o Islandia, no nada hay más espectacular que la Europa mediterránea, tanto en belleza natural como cultural y arquitectónica.

A modo de confesión impúdica diré que lo único que quería hacer cada lunes, al terminar el episodio de turno, era echar un polvo y perderme por Italia. Y también ser rico, porque aunque la serie los ridiculice hasta el extremo con un gusto y una lucidez implacable, cierto es que cualquier drama, con dinero, es menos drama.
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Jaime Flores
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9
22 de julio de 2023
336 de 645 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comprendo las críticas tan nefastas que ha recibido en esta página, pues cualquier bomba atómica contra lo establecido crea detractores a mares, y pocas cosas hay más establecidas que el patriarcado. Sé que es un rollo hablar de esto, pero entonces no sé qué hacéis aquí. "Oppenheimer" es en la sala de al lado y "Misión Imposible 17" en la otra.

Reconozco que le tenía más miedo que a un nublado: primero, porque mi relación con la citada muñeca es nula; y segundo, porque creía que Greta Gerwig me daría la tabarra. Y para nada. No sólo ha escrito un guion ingenioso, sino que la narración funciona siempre. Con Barbie funciona, con Ken funciona muchísimo y con Mattel también. Cada nuevo escenario es mejor que el anterior, cada escena acierta en algún momento y la escenografía es acartonadamente genuina.

Ojo, que hay peña quejándose de que los personajes son estereotipados... No me jodas, ¡Son puñeteros muñecos! Y lo mismo con la película, que si es excesivamente autoconsciente, que si lo lleva todo al extremo... Pues claro, si habla directamente al espectador. Yo me lo pasé pipa, y eso que yo no soy su público objetivo, tanto que me sentí representado por Ken en varios momentos y eso me avergonzó, aunque siempre con una sonrisa, esa es la clave del éxito. Al fin y al cabo, es una sátira y quién se ofenda por ello tiene un problema, más aún cuando es tan terriblemente realista. Para muestra, una frase que le dice Mattel a Barbie*(1).

Hace años que vengo diciendo que Margot Robbie es una de las mayores estrellas que ha dado el cine. Ahora, al fin, parece que todo el mundo coincide en eso. Aquí está perfecta como Barbie, aunque “Yo, Tonya” y “Babylon” siguen siendo sus mejores trabajos. Es difícil llegar ahí. Ryan Gosling resulta hilarante. Algunos ya hablan del Oscar, yo no me atrevería a tanto. El resto del reparto cumple como apoyo, pero ningún secundario se queda en la retina más allá de Will Ferrell. Los cameos de gente supuestamente famosa se quedan en eso, en supuestos, y esperaba más realeza de Hollywood, la verdad. La película se prestaba a eso. Destacaría el trabajo de Helen Mirren como narradora si lo hubiese escuchado.

Conclusión en forma de recomendación: si eres un facha, abstente; si tienes la masculinidad frágil, también; ya no te digo si eres un machista redomado... Pero si no eres nada de eso, felicidades, tienes en el cine una película que cambiará la historia y que es, posiblemente, uno de los últimos golpes en la mesa para que las niñas, adolescentes y jóvenes asuman definitivamente el feminismo como algo inherente en ellas, mientras que las más mayores se enorgullecerán del progreso logrado. Y los hombres, los decentes, ahí estaremos. Dándoles la mano.

PD: la campaña de promoción de “Barbie” se estudiará en las universidades de publicidad.
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Jaime Flores
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6
19 de julio de 2018
33 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Ocean's 8" es previsible. Este es su mayor error, pero pese a todo, me pareció una película interesante. La premisa era buena: ahora son las mujeres las que encabezan una superproducción. Algunos lo acusan de estrategia políticamente correcta, pero yo lo asocio más con que había ganas -y necesidad- de una película tan de mujeres. Y precisamente ahora era el momento adecuado.

Además de la previsibilidad, hay tres grandes errores más: el primero, la falta de originalidad que demuestran englobándola en el mundo "Ocean's". Hubiese sido mejor una película independiente en la que un grupo de mujeres decide dar un golpe, sin tener nada que ver -ni así ser comparada- con las anteriores; el segundo, la falta de comedia. Hay una sequía brutal en ese ámbito, pudiendo haberle dado un toque más ágil y divertido -valga la redundancia- a la película, sobre todo en la primera parte de la misma; y el tercero, el desaprovechamiento del reparto, de lo que hablaré más adelante.

Dicho casi todo lo malo, vamos a por lo bueno. "Ocean's 8" es una delicia visual. Mujeres perfectamente ataviadas, cada una en su ámbito, con un trasiego de "outfits" (a destacar la Blanchett), peinados, celebrities y glamour asombroso. Se nota la pasta.

El reparto es, de primeras, celestial. Juntar en una misma escena (y ya no digo película) a estrellas como Bullock, Blanchett, Hathaway, Bohnman Carter, Rihanna o Paulson ya es un puntazo. Lo malo, como ya he apuntado, es que están desaprovechadas. No de manera bestial porque todas lo hacen bien, pero podrían haber dado mucho más de sí, porque, excepto Bullock, Bohnman Carter y Hathaway, están demasiado ceñidas como para destacar.

Aún así, todas las actuaciones son buenas, con una Cate Blanchett que devora a sus compis, incluso sin hablar y ni aparecer demasiado. Impone como ninguna. Sandra Bullock siempre es bien, aquí menos cómica que de costumbre y con un poso de rencor bien conseguido. Anne Hathaway y Helena Bonham Carter son las que más destacan, artística y gestualmente hablando. Tienen los personajes más agradecidos, y ambas los aprovechan. Sarah Paulson es la que está más desaprovechada, pero consigue mantenerse a flote. Y Rihanna -que parece una actriz más-, Kaling y Awkwafina son las secundarias con papeles pequeños pero que le dan el toque más humorístico y diferencial al reparto.

Hay que destacar los cameos que posee el film como Anna Wintour, Kim Kardashian, Heidi Klum, James Corden o Serena Williams. Nombres de primera línea.

No es una obra maestra, ni es la película del año, pero es entretenida, se desarrolla con soltura y el reparto es una fantasía. Nos muestra unas escenas de glamour y poderío que fascinan, la banda sonora es buena.

PD: Las anteriores "Ocean's" no me atraparon demasiado, y tengo que reconocer que seguramente si "Ocean's 8" hubiese estado protagonizada por hombres (me refiero a ser una más de la saga), no me hubiese gustado -ni llamado la atención- tanto. En resumen, ellas marcan la diferencia.
Jaime Flores
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10
31 de agosto de 2018
42 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Heridas abiertas" no es una serie apta para todo el mundo, de ahí su encanto. Amy Adams, Patricia Clarkson y Eliza Scanlen, excelentes en su trabajo como actrices, conforman el centro neurálgico de ese pueblo paranoico y asfixiante que es Wind Cup. Ellas, cada una en su ámbito, representan lo peor del ser humano: Adora es la hipocresía y la demencia hecha persona, Camille es el dolor más absoluto y Amma es la bipolaridad, tan angelical como macabra.

Las tres están envueltas en un entorno tan siniestro como ellas: el policía Vickery, que inspira cualquier cosa menos confianza, Jackie, la (ex) amiga de Adora, un personaje tan estrambótico y frívolo que nunca sabes cuales son sus verdaderas intenciones, y Alan, el padre de Amma y marido de Adora, un ser que pulula por la casa, escucha música y claudica ante su mujer. Además de ellos, aunque sin tanta importancia, también están las -abusonas- ex compañeras de colegio de Camille o las amigas de su madre, todas igual de zumbadas que el resto.

En medio de todo esto, el detective Richard Willis y Frank Curry, el jefe de Camille, suponen un aire fresco en ese ambiente tan viciado. Para Camille, el primero es el antídoto de su dolor y de su miedo a desnudarse física y mentalmente y el segundo es la voz de la protección y el cariño, el único que ha conocido.

La edición es un acierto. Otro más. Escenas y escenas que suponen recuerdos atosigadores, recuerdos imborrables, mientras que el silencio en gran parte del metraje nos da la sensación de soledad que sufre Camille. De una manera sutil pero muy inteligente, desde el principio nos muestran a Camille a cara descubierta, con esos primeros planos, en contraposición de su madre, a la que en los primeros episodios aparece como un animal esquivo, al que no ves ni mucho ni bien.

Los últimos capítulos son brutales, en los que se nos va cayendo el pañuelo de los ojos. Podías imaginarte que Adora escondía algún secreto e incluso podías dudar en algunas cosas de Amma, pero jamás lo que realmente es, aunque realmente todo estaba ahí, sólo tenías que fijarte. Durante el capítulo final se produce una cena familiar en la que madre y hija realizan un intercambio de miradas terrorífico, y la escena final consiguió dejarme boquiabierto y con los brazos en alto, absolutamente asombrado, así como las escenas post créditos. Qué mal rollito. Muy pocas películas y series han conseguido impactarme tanto.

Si "Feud" y "Big Little Lies" fueron las series de 2017, puedo concluir sin temor a equivocarme, a pesar de estar a mitad de año, que "Heridas abiertas" es la serie de 2018.
Jaime Flores
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