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Air Force One (El avión del presidente)

Acción. Thriller El Presidente de los EE.UU., James Marshall (Harrison Ford), regresa de un viaje oficial a Rusia a bordo del Boing 747 Presidencial, el famoso Air Force One. Un grupo terrorista ruso se apodera del avión y toma como rehenes a la familia y a los miembros del equipo presidencial. (FILMAFFINITY)
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Críticas 87
Críticas ordenadas por utilidad
4 de abril de 2007
11 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sencillamente indescriptible este film, en el que uno más que preguntarse sobre qué es lo siguiente que harán los personajes, se pregunta ¿cómo pueden Ford, Oldman y Close haber hecho una película así?
Bueno, fuera de retóricas alambiacadas y oropeles baratos de crítico de pacotilla, voy a lo que voy. Esta peli es una paja americana en la que se presenta a un superpresidente al que hablando de pajas solo le falta tener una polla de 30cm, que es capaz de cararse un grupo terrorista él solo. Los malos unos tipos con acento eslavo y que son muy despiadados y chulos. Y bueno...si te gustan las pelis de acción, pues pasa a lo mejor no la paras pero si no...
Para mí una, como han dicho, de las diez peores películas de la historia en cuanto a argumento, porque en sí la película no está tan mal realizada.
REvolucion
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21 de octubre de 2008
11 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un capítulo de Los Simpsons, Marge y Homer entablan un simpático diálogo que retrata perfectamente al americano medio: No te pongas camisa de manga corta con corbata, no queda bien - Schwarzenegger la lleva - Si Schwarzenegger se tirase por un puente, ¿Tú te tirarías? - Ojalá yo fuera Schwarzenegger. Y es que el ciudadano norteamericano siempre ha confundido realidad y ficción, por eso nos encontramos ante cosas como Reagan o Schwarzenegger y ponernos en la tesitura de que, cualquier día, nos cambien a un texano retrasado mental que usa el mundo como su particular Risk por un austriaco que, a pesar de no tener un acento propio de Massachussets, logró ser un político. Visto está que el currículum acumulado fuera de la carrera propiamente dicha es lo que hace a uno merecedor de un cargo político, y a la hora de ver Air Force One, a uno no deja de venírsele a la cabeza los casos anteriormente citados, y se da cuenta de lo peligrosa que es la visión presidencialista de los americanos, comparado con el resto del mundo, donde vemos al ciudadano número uno como un funcionario al que poner a parir, mientras que los hijos del tío Sam ven a su presidente como una especie de Ricardo Corazón de León que salvaguarde los valores occidentales (o americanos, que es lo mismo) de las hordas orientales (o salvajes, que es lo mismo), y de cuya vida puede participar cada pequeño yanki que rece por la salud de las barras y estrellas, más o menos convertido en un famoso, la sangre azul y la nobleza, la raza superior norteamericana.

Si la película deja a las claras la mentalidad absolutamente conservadora del público y de los estudios norteamericanos, con lo cual el mensaje que se transmite en la confianza en el presidente sea extrema, como película de acción no funciona en ningún momento debido a su aparatosidad, la ridiculez de su desarrollo y la pobre realización que convierte al primer norteamericano en un John McLaine con traje caro y corbata que es capaz de lograr, él solo, lo que varios miembros del servicio secreto no han podido, y esto es: arma en mano, derrotar al ejército invasor que, por casualidades de la vida, tienen a un americano infiltrado entre sus fuerzas y que les facilita todo, incluso el saltarse los controles de seguridad a la torera (y que, cada vez que aparezca, Petersen, en un alarde de redundancia para que el público, que probablemente estará absorto por el carisma de Harrison, se entere, sacará un primer plano suyo y únicamente faltará que suene una pequeña fanfarría a modo de ¡Chan, Chan, Chan! para recordar que es el infiltrado), una oda directa hacia su presidente, poco menos que un dios.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Tony Montana
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27 de abril de 2010
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay dos películas en "Air Force One": una, la principal, de intriga y acción, resuelta con la pericia demostrada por Wolfgang Petersen en empeños como "En la línea de fuego" o "El submarino"; en esta película hay un héroe bueno y honesto que, casualmente, resulta ser el presidente de los Estados Unidos, aunque no por casualidad tiene los mismos rasgos de Harrison Ford. Esta primera película mantiene la tensión en el espectador durante todo el metraje, siendo especialmente brillante todo el pasaje central, con el presidente jugando al ratón y al gato con los terroristas.
La otra película, afortunadamente subordinada, asoma su grotesco rostro sólo de vez en cuando, y es pura ideología capitalista: el Bien es el sistema yanqui y el Mal el viejo comunismo soviético que quiere renacer de las cenizas bajo las apariencias de un nacionalismo ruso radical. Esta otra película se enmierda hasta las cejas cuando incluye la satanización de un himno tan hermoso como "La Internacional", patrimonio de todos los movimientos obreros y de izquierda, aquí utilizada como una música apocalíptica.
Quedémonos con la película de acción, con la espléndida utilización de los escenarios paralelos del avión y de la sala de crisis de la Casa Blanca, y olvidemos el panfleto que subyace debajo. Disfrutaremos y no se nos saltará la bilis.
lmpm88
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1 de febrero de 2014
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo estoy deseando que en España se hagan películas como esta, ya lo he dicho otras veces. Entonces sí que a algunos de vosotros terminaría por salírsele la bilis por la boca, muertos de ira, de rabia, verdes de impotencia ante el triunfo del cine de acción institucionalizado, de manual patriótico, posiblemente de poca mollera argumental, pero con la misión de entretener y divertir cumplida.

Porque además es imposible no reírse viendo «Air Force One». De verdad, ¿por qué os lo tomáis tan a pecho? Cada país tiene su cultura, su carácter, y los americanos son... como son, ni mejores ni peores, pero tal cual les vemos en esta película: capaces de poner a su presidente del gobierno como héroe de acción, con toda su gracia. Admirable, admirable. Harrison Ford hace de presidente idolatrado, a quien hay que salvar a toda costa pero quien será en realidad quien les salve a todos. No sé por qué se preocupan tanto por él, si tiene incluso la medalla al valor, dicen, héroe de la Guerra de Vietnam. Marshall, yo te votaría.

El soberbio Gary Oldman pone la puntilla a la trama como villano ruso con más sentido nacionalista que todo el Air Force One juntos. En eso nadie se fija, ¿no? Entre tiros, peleas, gabinetes de crisis y sacrificios honorables, pasan los minutos por los aires. Sed tolerantes, niños.
Kaori
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27 de marzo de 2014
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que una película como Air Force One sólo tenga un cuatro me parece ofensivo porque se trata de un film de acción muy digno siempre que aceptemos la americanada de su argumento. Si el protagonista fuese Steven Seagal o Bruce Willis y no Harrison Ford como Presidente de los Estados Unidos, seguramente la puntuación sería más alta. Para disfrutar de una película de acción como ésta al igual que otras del género hay que aceptar ciertos presupuestos y planteamientos que tampoco me parecen muy exagerados y una vez hecho sólo tienes que dejarte llevar por una trepidante propuesta descabellada e inverosímil eso sí, pero enormemente entretenida con grandes dosis de emoción y suspense.

La trama es la de siempre siguiendo el esquema marcado por Jungla de cristal, unos terroristas soviéticos secuestran un avión con la novedad de que se trata del mismísimo Air Force One, el avión del presidente de Estados Unidos, el más seguro y moderno del mundo. Harrison Ford encarna al presidente James Marshall que se que quedará en la aeronave pudiendo huir en la ficticia cápsula de salvamento, (idea sacada de Rescate en Nueva York), para no abandonar a su familia y compañeros en manos de los terroristas. Y no contento con eso gracias a su preparación militar, veterano de Vietnam, se enfrentará a ellos.

Con un gran despliegue de medios debido a su generoso presupuesto, el siempre eficaz Wolfgang Petersen se rodea de un magnífico plantel de profesionales como el maestro Jerry Goldsmith que compone una banda sonora muy acorde con la acción, el reputado camarógrafo Michael Ballhaus que mueve ágilmente la cámara en el interior de un conseguido decorado, Richard Edlund, todo un experto en el campo de los efectos visuales y un reparto de actores de primera. Empezando por Harrison Ford que gozó de una segunda juventud durante la cincuentena al protagonizar diversas cintas de acción en los noventa. Un exagerado e histriónico Gary Oldman que repite los mismos tics de siempre como terrorista fanático pero que me encanta. Glenn Close muy metida en su papel como buena profesional que es a pesar de los disparatado del argumento. William H. Macy todo un secundario de lujo que venía de triunfar en Fargo, Dean Stockwell, Jürgen Prochnow, Xander Berkeley y un montón de caras conocidas que suman puntos a una película tan entretenida como absurda. Al presidente de Estados Unidos no le veo luchando contra los terroristas mano a mano pero a Putin sí.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Harold Angel
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