Haz click aquí para copiar la URL

Control

Drama. Musical Película sobre los últimos años de Ian Curtis, el enigmático cantante de la banda Joy Division e icono del post-punk inglés, hasta su trágico suicidio en 1980. Cómo le afectó el dramático conflicto entre el gran amor que sentía por su esposa y la apasionada relación con su amante, sus ataques de epilepsia, su extraordinario talento y sus arrolladoras actuaciones en directo. Mención Especial en la Cámara de Oro, Premio de la Juventud y ... [+]
<< 1 3 4 5 10 14 >>
Críticas 66
Críticas ordenadas por utilidad
18 de mayo de 2009
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Control no es un biopic sobre Ian Curtis y su banda Joy Division. Control es el retrato de un alma atormentada, incapaz de convivir con los trastornos provocados por una enfermedad que le carcomía, atrapado en el amor que sentía por dos mujeres y víctima de su propia genialidad.
El director Anton Corbijn proviene del mundo del video-clip, pero la verdad es que su trabajo es de una sobriedad notable. En riguroso blanco y negro, y con una cámara que retrata lo que se cuenta de forma concisa, sin alardes, el director se adentra en la personalidad del que fuera líder y alma del grupo Joy Division, Ian Curtis, con cierta cautela. En un primer momento el protagonista resulta un chaval discreto, con una novia con la que acaba casándose y que inicia una aventura musical con un grupo de conocidos. Nada hacía presagiar que este joven de apenas veinte años acabaría convirtiéndose en la cabeza visible de uno de los grupos más vibrantes de finales de los setenta pese a su corta carrera. Es a partir de este momento cuando la personalidad de Ian Curtis comienza a acusar los efectos de la epilepsia que sufría y que va a condicionar su vida, desde su faceta de compositor y cantante hasta su relación con las mujeres. La película a partir de ese momento se hace más oscura, adentrándose en la compleja personalidad del protagonista aunque sin conseguir descifrar los vericuetos de una mente tan creativa como depresiva. En ese sentido las letras de sus canciones dicen mucho más de su creador que lo que intenta mostrar esta película.
Es en los aspectos puramente musicales donde Control resulta brillante mostrando de forma vibrante lo que fueron las principales actuaciones que Joy Division ofreció en sus tres años de carrera. La recreación de esos conciertos, con la colaboración impagable del actor Sam Riley, resultan lo mejor de una película en la que también juegan un papel importante las dos relaciones sentimentales que Ian Curtis mantuvo durante estos años. Una con su mujer, maravillosa como siempre Samantha Morton, con la que tuvo una hija, y otra con una chica con la que mantuvo un romance que acabo con su matrimonio. La película aquí tampoco profundiza en exceso, ya que no queda claro que esa pasión que Ian Curtis siente hacia su amante sea tan grande como para acabar con un matrimonio que fue su principal fuente de estabilidad.
En un tono totalmente diferente al que Michael Winterbottom utilizó en su brillante 24 Hour Party People, Anton Corbijn ha hecho una película tan sobria y honesta como a veces brillante, aunque no siempre sea capaz de profundizar como se merece en la figura del casi mítico Ian Curtis.
ernesto
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
27 de junio de 2009
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando el cine se encarga de realizar un film sobre la vida de alguna conocida estrella, normalmente lo que obtenemos en un conjunto de ampulosas imágenes, mezcladas a modo de videoclip, en el que se repasan los años dorados de la estrella en cuestión y también sus sombras, normalmente el habitual flirteo con las drogas, y todo ello aderezado con la música del artista en la banda sonora. Más o menos han sido así los últimos films que trataban de grandes estrellas de la música.

Por ello, que alguien lleve a la gran pantalla la vida de Ian Curtis, el oscuro y atormentado líder del grupo Joy División, que emergió en Gran Bretaña a la sombra de grupos puramente punks, cualquiera puede suponer que vamos a asistir a la “vida, obra y milagros” de un personaje conocido y sus excesos que culminaron de forma trágica (los fans del grupo y el cantante lo saben perfectamente).El hecho que al frente del film esté el director Antón Corbijn, forjado en el mundo del videoclip, refuerza esa impresión.

Sin embargo, desde los primeros segundos del film podemos detectar algo diferente. La fotografía en un nítido blanco y negro, casi a modo de documental nos proporciona una pista sobre que no vamos a ver un film para nada típico y mucho menos tópico teniendo en cuenta que hablamos de un músico, el cual normalmente lleva escritas a fuego las palabras “sexo, drogas y rock’n roll”.

La propuesta del director, muy valiente, por cierto, es bastante interesante y valorable, alejándose de ampulosidades y excesos, Corbijn acierta a dar esa apariencia realista, cotidiana y casi de documental a la vida del lider de un grupo post-punk, cuyo éxito llegó, como le sucedió a muchos que participaron en dicho movimiento, muy tarde, quedando relegados a la categoría de “grupos de culto”. Así, el día a día de Ian Curtis (representado por Sam Riley), no tiene nada de especial, teniendo que combinar el trabajo y la música para poder comer, y situándose a años luz de la imagen glamourosa y mítica del “rockero”. Lo cual es una forma muy loable de ofrecer una imagen no tanto de alguien en particular, sino de todo un movimiento que vivía el día a día sin preocuparse por el mañana.

Más que mostrar una multitud de conciertos y una vida llena de desenfreno, predominan imágenes “normales” de Curtis y su mujer (interpretada por Samantha Morton) intentado ofrecernos una luz sobre la compleja personalidad de éste, marcada por frecuentes ataques epilépticos que le llevan a ver las cosas de una forma muy negra y pesimista, lo que se acaba trasladando a su música. Es decir, el director busca acercarse a la persona, antes que al mito, para intentar dar una explicación a su forma de entender la vida, a su música y sobretodo a sus letras.

Corbijn consigue plasmar esa sensación buscada de realidad, de cotidianeidad, que no tiene nada de especial, y que sin duda interesarán a los fans del músico y el grupo, e incluso puede captar a algún otro espectador no especialmente fan de los mismos.
manulynk
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5 de junio de 2008
14 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo mejor de todo; la interpretación de Sam Riley. Es un auténtico flipe. Lo hace muy bien, marcando siempre los límites del personaje, su incertidumbre, su enfermedad... y, no sé si es él mismo el cantante, pero si lo es, canta genial. Cada vez que le daba un ataque epiléptico te quitaba un poco de respiración, sobre todo el último, impresionantemente real. Un 10 para el actor (que, por otro lado, me recordaba inexplicablemente a Pete Doherty).

Pero, lo que viene a ser la peli, no estuvo a la altura para el actor. Demasiado lenta en algunas partes sin transmitir realmente nada. Es decir, muestran la corta vida de Ian de una manera extendida con escenas muy largas. No es una película de acción, es verdad, pero los hechos que pasaban podían haber sido más explotados o... transmitidos de una forma más fuerte.

El toque blanco y negro es un punto a favor. Del resto del reparto poco que destacar, todos hacen una interpretación correcta. La banda sonora en algunos momentos ayudaba mucho, y las canciones de Joy Division... bueno, todos conocemos el grupo.
Lib
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
30 de diciembre de 2008
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Famoso realizador de videoclips que se lanza a la aventura cinematográfica con un caramelo como es este biopic sobre Ian Curtis, el malogrado cantante de los Joy Division. Historia que, por trillada, no deja de ser apasionante. La película se centra en su lado humano, dejando en un segundo plano su faceta dentro de la banda (los personajes del resto de miembros son tratados de forma superficial).

Para mi gusto supera con creces la forma de tratar la historia que 24 Hours Party People (aunque el punto de partido de ésta es la escena de Manchester desde la visión de Tony Wilson). Gustará no sólo a los melómanos. Poesía, buena música, la lucha entre lo racional y lo sentimental; gran papel del debutante Sam Riley...

Para mí peliculón; larga vida al mito!.
celex
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
20 de noviembre de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
(Viene de crítica a "24 hour party people)

Morryssey, además, andaba (sospecho que sigue andando), por aferrarse a la soledad como ideal estético, como cuando, seguramente, siendo aún adolescente, haría ese juramento a su icono James Dean, en su cuarto, mientras observaría su poster ( documento gráfico 2 " comparativa imagenes" <http://www.lastfm.es/user/martropia> y <http://foros.vogue.es/viewtopic.php?f=8&t=46568&start=50> (post "por wynonaforever el Lun Nov 01, 2010 5:38 pm" ).Acogerse a la homosexualidad, como una explicación esclarecedora para responder a todo, hubiera sido lo más fácil para este Morryssey joven y aún sin formar. Parece que nadie se preocupó en indagar profundamente en una interpretación de sus poéticas letras. Me gustaría aventurar que "the boy with a thorn in this side", hace referencia al santo patrón no oficial de los homosexuales..el martir "San Sebastian" ( por cierto, una de las figuras más representadas por pintores europeos desde el siglo XV), cuando Morryssey comentaba que era una canción que iba sobre su percepción de cómo los demás veían al grupo. Estamos en tiempos del gran Tony Wilson y de la cadena regional " Granada TV". Nadie sabía quién era "San Sebastian", ni que representaba y quizás entenderían la palabra "homosexual", como "maricón" pero en "rebuscao". Para el caso del célebre tema de "there is a light that never goes out", pudiera haber surgido en unas de las muchas tardes negras de la adolescencia de Morryssey; él tumbado en la cama, con bolígrafo y papel, la lectura reciente de una biografía de Dean, su accidente en su coche de Alfa Romeo, etc.


Otro tema del grupo que levantó ampollas, fue el menos famoso "Suffer little children", que hacía mención a los famosos " Moor murderers" (asesinos de los páramos, 1966): Ian Brady, un asesino múltiple y su novia, Myra Hindley, violaron y mataron a varios críos a las afueras de Manchester. Según el informe de la policia, Brady convenció a su novia para ayudarle, haciendo que ella se les acercara para pedirles que le ayudaran a encontrar su guante en la zona de la campiña, y Brady los golpeaba por detrás, dejándolos inconscientes. Al parecer esto era lo único que podía excitarle.


Muchos familiares de las víctimas armaron revuelo pidiendo explicaciones a la discográfica. Morryssey comentó que recordaba el suceso de pequeño, "era un suceso tan horrible que ningún adulto se atrevía a hablar sobre él". El guitarrista del grupo "the smith", Johnny Marr, dijo que Morryssey le enseñó una especie de diarios juveniles con dibujos tétricos de la campiña con algunos versos. La parte creativa del grupo siempre funcionó igual: Morryssey proponía letras y Marr las coloreaba con las notas de su guitarra.

(continua en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Travisloock
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 3 4 5 10 14 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow