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España España · Barcelona
Voto de manulynk:
7
Drama. Musical Película sobre los últimos años de Ian Curtis, el enigmático cantante de la banda Joy Division e icono del post-punk inglés, hasta su trágico suicidio en 1980. Cómo le afectó el dramático conflicto entre el gran amor que sentía por su esposa y la apasionada relación con su amante, sus ataques de epilepsia, su extraordinario talento y sus arrolladoras actuaciones en directo. Mención Especial en la Cámara de Oro, Premio de la Juventud y ... [+]
27 de junio de 2009
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando el cine se encarga de realizar un film sobre la vida de alguna conocida estrella, normalmente lo que obtenemos en un conjunto de ampulosas imágenes, mezcladas a modo de videoclip, en el que se repasan los años dorados de la estrella en cuestión y también sus sombras, normalmente el habitual flirteo con las drogas, y todo ello aderezado con la música del artista en la banda sonora. Más o menos han sido así los últimos films que trataban de grandes estrellas de la música.

Por ello, que alguien lleve a la gran pantalla la vida de Ian Curtis, el oscuro y atormentado líder del grupo Joy División, que emergió en Gran Bretaña a la sombra de grupos puramente punks, cualquiera puede suponer que vamos a asistir a la “vida, obra y milagros” de un personaje conocido y sus excesos que culminaron de forma trágica (los fans del grupo y el cantante lo saben perfectamente).El hecho que al frente del film esté el director Antón Corbijn, forjado en el mundo del videoclip, refuerza esa impresión.

Sin embargo, desde los primeros segundos del film podemos detectar algo diferente. La fotografía en un nítido blanco y negro, casi a modo de documental nos proporciona una pista sobre que no vamos a ver un film para nada típico y mucho menos tópico teniendo en cuenta que hablamos de un músico, el cual normalmente lleva escritas a fuego las palabras “sexo, drogas y rock’n roll”.

La propuesta del director, muy valiente, por cierto, es bastante interesante y valorable, alejándose de ampulosidades y excesos, Corbijn acierta a dar esa apariencia realista, cotidiana y casi de documental a la vida del lider de un grupo post-punk, cuyo éxito llegó, como le sucedió a muchos que participaron en dicho movimiento, muy tarde, quedando relegados a la categoría de “grupos de culto”. Así, el día a día de Ian Curtis (representado por Sam Riley), no tiene nada de especial, teniendo que combinar el trabajo y la música para poder comer, y situándose a años luz de la imagen glamourosa y mítica del “rockero”. Lo cual es una forma muy loable de ofrecer una imagen no tanto de alguien en particular, sino de todo un movimiento que vivía el día a día sin preocuparse por el mañana.

Más que mostrar una multitud de conciertos y una vida llena de desenfreno, predominan imágenes “normales” de Curtis y su mujer (interpretada por Samantha Morton) intentado ofrecernos una luz sobre la compleja personalidad de éste, marcada por frecuentes ataques epilépticos que le llevan a ver las cosas de una forma muy negra y pesimista, lo que se acaba trasladando a su música. Es decir, el director busca acercarse a la persona, antes que al mito, para intentar dar una explicación a su forma de entender la vida, a su música y sobretodo a sus letras.

Corbijn consigue plasmar esa sensación buscada de realidad, de cotidianeidad, que no tiene nada de especial, y que sin duda interesarán a los fans del músico y el grupo, e incluso puede captar a algún otro espectador no especialmente fan de los mismos.
manulynk
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