Come True (Se hacen realidad)

Claro, pedimos un taxi en medio del bosque umbrío.
Llevaba años sin que una película me pusiera de tan mala leche. La trama está fatalmente armada, ni un indicio, aburrida, lenta y sin interés. Algunos de los diálogos son realmente estúpidos, otros descojonantes. No sé cómo puede tener tan buenas críticas semejante truño. Si quieren ver una sobre experimentos sobre el sueño realmente buena vean Vanishing waves, la trama es perfecta, no aburre y es cine de calidad. Ésta es otro ejercio posmoderno con banda sonora guay donde el guionista ha ido sacándose la trama en la medida en que la escribía. Que no es manera de diseñar una buena trama, claro.
Pérdida de tiempo.

Cuando soñamos observamos a escondidas la presencia de otro mundo remoto y extraño, como quien mira a través de una rendija esperando descubrir algún secreto oculto. En algunas ocasiones los sueños pueden llegar a resultar perturbadores e inquietantes, llegando a convertirse en temibles pesadillas. A pesar de ello, el cuerpo siempre reacciona antes de que ese otro mundo aniquile el mundo real, devolviéndonos a lo cotidiano y conocido. Hay una especie de limite que nos impulsa a aferrarnos a nuestra existencia y abandonar todos esos universos increíblemente fascinantes o terriblemente aterradores. Un botón de salida que el cerebro pulsa antes de que el sueño nos consuma.


Cuando soñamos podemos convertirnos en otras personas, visitar otros lugares y presenciar diferentes sucesos. Somos testigos de la existencia de otros seres. Seres que no tendrían espacio dentro de nuestro mundo. Sin embargo, ¿Qué pasaría si los seres que observamos a escondidas también nos estuvieran mirando sin que nosotros lo supiéramos?


¿Qué ocurriría si cambiáramos los papeles y ellos se convirtieran en los personajes principales de nuestro mundo, mientras nosotros pasamos a ser meros espectadores, incapaces de controlar lo que nos rodea? Seres atrapados para siempre dentro de lo infinito de los sueños ajenos. Seres condenados a convertirse en un ente abstracto que no tiene lugar en el lugar en el que creía que existía.


La película de Anthony Scott Burns explora esta premisa y lo hace de una forma que resulta original y novedosa, aportando un aire fresco a un género muy manido. Desde que apareció la icónica ‘’Pesadilla en Elm Street’’ han sido muchas las cintas que han abordado una misma temática, queriendo emular el éxito de la citada. La exploración del sueño, más concretamente el análisis de la pesadilla como temor palpable dentro de la realidad consciente de un individuo, es un tema que ha atraído a muchos directores. Sin embargo, a diferencia de otras cintas anteriores, Anthony Scott Burns consigue plasmar un relato que da un paso más, al narrar una historia donde la fantasía y la realidad se mezclan haciendo que sea verdaderamente difícil separarlas.


‘’Come true’’ narra una historia aterradora y fascinante. Una verdadera pesadilla de tonos pálidos y oscuros que nos mantiene pegados al sillón con la boca abierta y sin saber que va a venir a continuación. ¿Por qué quien no ha tenido miedo alguna vez de no despertarse de una pesadilla? ¿Quién es capaz de no perturbarse ante la presencia de sombras con forma humana y cuya mirada parece atravesarte? La sombra, lo desconocido, lo que el cerebro no puede descifrar, lo que no tiene cabida dentro de la lógica humana siempre nos resulta estremecedor. Entre un asesino serial y la posibilidad de ser atrapados por una criatura extraña dentro de un sueño, la mayoría de las personas te dirían que les aterra más lo segundo. Porque dentro del sueño es en el único espacio donde nos sentimos verdaderamente seguros. Un lugar íntimo y acogedor que solo nos pertenece a nosotros mismos y donde nadie puede adentrarse. ''Come true'' nos habla del momento en el que miramos a los ojos a nuestro temor más oculto y este nos devuelve la mirada. Es un viaje sin retorno a un universo enigmático y desconocido del que tal vez no podamos escapar o volver.


El argumento aparenta ser bastante simple. Sarah es una adolescente que se escapa de casa y que decide participar en un estudio del sueño animada por dos motivos. Necesita tener un lugar donde poder dormir y quiere aprender unas pautas para controlar su insomnio. No obstante, su experiencia en el estudio se va complicando cuando descubre que los seres que habitan dentro de sus pesadillas podrían tener un significado importante dentro de la vida de sus examinadores. Esto unido a la extraña relación que mantiene con uno de los científicos que trabajan en el estudio, traerá consecuencias inesperadas en su vida.


La cinta de Anthony Scott Burns es un yo me lo guiso, yo me lo como. El mismo dirige, escribe el guion, colabora en la música y se ocupa de la fotografía. Habiéndole faltado solo aparecer en la cinta. Trabajo que encarga a dos magníficos actores que defienden bien a los personajes que interpretan. Una elocuente Julia Sarah Stone y un hipnótico Landon Liboiron. Dicen que quien mucho abarca, poco aprieta, pero en este caso se equivocan. Puede que ‘’Come true’’ no sea una cinta redonda y tenga algunos errores sin demasiada importancia en su argumento y desarrollo. Sin embargo, resulta lo bastante interesante como para captar nuestra atención, despertando nuestro interés durante todo su recorrido. La experiencia onírica y surrealista a la que nos somete su visionado se convierte en un viaje inolvidable hacia territorios desconocidos del subconsciente.

Cinta canadiense de género fantástico que ya tiene varios premios en certámenes cinematográficos.
Parece ser que, mayoritariamente, ha gustado bastante. A mí no.
No sé, no he entrado casi en ningún momento en la película a pesar de su premisa interesante.
Parece que será algo deslumbrante pero en mi opinión se pierde bastante el tiempo en crear suspense y misterio pero de una forma que a mí me ha parecido poco atractiva y bastante apagada.
No digo que aburra pero sí que, para el material que tiene, no lo aprovecha, siendo en ocasiones más efectista que eficaz.
El final, la última escena, clarifica el argumento pero para entonces, en un metraje a todas luces alargado, el interés ha mermado, debido entre otras cosas por algunos diálogos absurdos como por ejemplo (¡en efecto, como se ha apuntado por ahí) cuando un personaje comenta que lo mejor sería pedir un taxi, cuando están en medio de un profundo bosque a altas horas de la noche. En fin...
Bien su protagonista, Julia Sarah Stone, que lleva todo el peso de la trama y estupenda fotografía. Pero no me ha hecho tilín la peli.

https://filmsencajatonta.blogspot.com/

De una cinematografía un tanto periférica como la canadiense —excepción hecha de David Cronenberg y Denis Villeneuve— nos llegó en 2020 una propuesta pequeña pero no exenta de elementos llamativos.
Con un presupuesto más estrecho que unos leggins de spinning, la película dirigida por Anthony Scott Burns hace de la necesidad virtud jugando al terror, a la ciencia ficción y al esteticismo (retro) minimalista sin quemarse las pestañas. Lo cual resulta especialmente meritorio habida cuenta del apoltronamiento en que vegetan ambos subgéneros de un tiempo a esta parte.
La historia avanza a golpe de trampas argumentales, si bien no muchas más que numerosas cintas de su mismo pelaje, conque nada que objetar a ese respecto. Lo mismo cabe alegar en favor de un giro final quizá «ex machina» en exceso pero que permite a sus responsables justificar la convivencia de smartphones de última generación y salas de control con equipamiento VHS: un pepino visual y un imposible desde todo parámetro cronológico.
Asimismo estimulante —e insisto en que incongruente bajo cualesquiera otras premisas— resulta la incorporación de esa vibra «synthwave» que desde «Drive» (ídem, 2011) —Electric Youth están en el ajo— e «It Follows» (ídem, 2014), pasando por la ubicua «Stranger Things» (ídem, 2016-Actualidad), tan bien le sienta a las producciones del jaez que se les ocurra.
En un plano estrictamente terrorífico, «Come True» da lo que promete, haciéndonos pasar un saludable mal rato y dejándonos, de hecho, con el vello del cogote erizado durante varias horas —si no días—. Aunque no acaba de tirarse del todo a la piscina del tema de los conocidos como «visitantes nocturnos» —figura recurrente en las agitadas noches de bastantes personas—, sí lo enfoca con mayor efectividad que las decepcionantes «La cuarta fase» («The Fourth Kind», 2009) y «La pesadilla» («The Nightmare», 2015).
En el apartado interpretativo, la joven Julia Sarah Stone constituye una revelación a la que seguir la pista de cerca. No parece en absoluto fácil reproducir la aturdida somnolencia en que (mal) vive sumido su personaje; sin embargo, es capaz de encarnarlo con reseñable naturalidad. Le da la réplica un Landon Liboiron que diríase una mezcla descafeinada de Jared Leto y Daniel Radcliffe. Ni que decir tiene que su pasmado investigador palidece sin remisión ante una irrupción como la de Stone.

El canadiense Anthony Scott Burns hace de hombre orquestra en su tercer film, encargándose de la dirección, guion, fotografía y música del film. Come True profundiza en los miedos comunes que se ocultan en el mundo de los sueños con una atmosférica propuesta de terror y ciencia ficción ochentera. La recreación de las pesadillas de la protagonista a través de unos horripilantes e hipnóticos túneles del terror en blanco y negro consiguen ensalzar una propuesta autoral que se abre paso con fuerza en el género fantástico. Una delicatessen que no acaba de ser del todo redonda por un desenlace que dirige la historia hacia lugares comunes, en lugar de explorar otras vías menos transitadas como se plantea a lo largo del film.

Más críticas de cine y series (y algún que otro monigote): https://unhombresinpiedad.com