Robin Hood, príncipe de los ladrones

La de Walt Disney es la buena. Esta es penosa. Comprobarlo. Una cosa está clara, sólo el Señor de Nottingham (Alan Rickman), el gobernador de Juan Sin Tierra, es el que vale. Imagínense el nivel. Debo decir que Alan Rickman me encanta en Un plan perfecto, película del 2012, en el que hace un papelón, por eso le respeto. Siguiendo con el tema, aún me hago cruces tratando de entender cómo Lady Marian prefiere al guaperas de Robin de los bosques. Evidentemente está hechizada por la bruja. El Señor de Nottingham merecía salirse con la suya. Guerrero más pintado, más duro, más atractivo, más auténtico, más hombre que Robin, que es casi casi un imberbe, un modelo de pret a porter, de pose delicada y mirada afectada.

Cómo se puede ver, el Señor de Nottingham se asemeja al capitán Garfio en ideas malévolas, muy tiránico; eso sí: algo neurótico, pero por culpa de los inútiles que le rodean. Estos villanos son el alma de cualquier aventura, sin ellos no hay nada, como aquí, que no hay nada sin el malo. Robin está en Babia, en el país de los Sueños, vive con su gente en los árboles del bosque de Sherwood organizando guateques y tómbolas. Es un McGyver, maquina y crea infraestructuras como nadie para una vida más fácil. La historia se puede confundir con el cuento de Peter Pan en dibujos, pero ni mucho menos es Peter Pan. Ya quisiera. Donde tú vayas yo iré, donde tú pisas, yo pisaré. Qué gran muchacho era Peter Pan y que panoli este Robin (vaya rollo malo bañándose en bolas en la poza, al lado de la cascada, a la vista de la amada para que quede impresionada. Eso, en las películas, lo hacen las mujeres, por lo menos antaño, y el que miraba era él, el muy picarón. Hoy día ya no sé si estará permitido, habrá que preguntarlo a la ministra de Igualdad porque igual el tío va a la cárcel).

Robin además también inventa defensas en la ciénaga donde luego habitaría el bueno de Shrek. Diseña con pura estrategia para desbaratar cualquier ataque enemigo. Pero el Señor de Nottingham es mucho señor y Robin no es más que un soñador enamorado hasta que se da cuenta que al fin y al cabo, vive en una ciénaga donde pueden rodearle sin piedad y fastidiarle el día. Robin es una ametralladora disparando flechas, y tiene a su lado al sarraceno negro, el sempiterno Morgan Freeman, el Dios emérito, y al cura gordo, un virtuoso y catador oficial de las bebidas espirituosas, aún así, Robin es flojo y vulnerable. Esta es una película zafia, tonta, a veces grosera, ñoña, chapucera, infantiloide, no apta para amantes del cine, ni de aventuras asombrosas, ni para conquistadores, ni para espíritus inquietos y soñadores como el de Peter Pan. Se echa de menos a Errol Flynn, apuesto galán de los de siempre que sube enteros ante esta pantomima.

Robin y el sarraceno (Kevin y Morgan, ambos) tenían que haber ido cantando por el bosque, en marcha alegre a la cabeza de los suyos, brincando y bailando como luego aparecerían en la película de Shrek, y así podría haber sido una película maravillosa.

Con sus virtudes y sus defectos, se trata de un pequeño clásico de aventuras de principios de los 90.
Disparó brutalmente la carrera de Kevin Costner, a pesar de que ya había cosechado un gran éxito como cineasta con "Bailando con lobos".
Supone también la modernización de un clásico de la literatura y del cine antiguo. Lo malo es que en algunos aspectos quizá se pasaron un poquito con la modernización. Algunas escenas son exageradamente fantásticas e inverosímiles (doble flecha, cámara en flecha y cosas así), así como ciertos aspectos del argumento. Por ejemplo, no es creíble que hubiera un negro árabe en las cruzadas, o que haya una bruja, entre otras cosas.
La música y banda sonora son estupendas, tanto la canción como la orquestación.
Toda la historia que lleva a la rebelión de los pobres es muy interesante y está muy bien ambientada tanto en vestuario como en decorados y además cuenta con muchos personajes secundarios entrañables. Hasta los malos tienen mucho carisma. Alan Rickman como el Sheriff de Nothingam está superior. Este hombre sabe hacer de malo como pocos. Luego están el monje borracho, la bella lady Marian, Little John. Todos ellos supongo que son personajes habituales de las historias de Robin Hood, aunque para mí personalmente (por fecha de nacimiento), conocí al personaje por esta película.
Las escenas de acción y aventura son bastante emocionantes, sobre todo al final, con una gran batalla bastante larga y espectacular.
A pesar de sus defectillos, la considero un gran título del género de aventuras, con algo de sabor clásico pero también con mucha frescura y toques del Hollywood más actual.

Magnífica y espectacular adaptación de Kevin Reynolds sobre Robin Hood, uno de los personajes sobre los que más versiones se han realizado en la gran pantalla, y también en la pequeña. Aprovechando el tirón de la popularidad de Kevin Costner tras "Bailando con Lobos" todo lo que realizaba el actor se convertía en oro, y esta película no le fue a la zaga.

Cine de aventuras para toda la familia con el popular ladrón que robaba a los ricos para dárselo a los pobres. Bonito ejemplo, que en la España de nuestros días no han seguido los miembros del partido más votado los últimos años, tanto con el Sr. Aznar como con el Sr. Rajoy, que han venido robando al pueblo para quedarselo y enriquecerse ellos, mientras en el camino ayudaban a su partido a financiarse ilegalmente. Todavía estamos esperando a ver si nos hacen justicia.

Además de Costner, excepcional elenco de actores, destacando Alan Rickman con luz propia en el papel del malvado y decadente sheriff de Nottingham, además de Morgan Freeman, Christian Slater, una especialmente atractiva Mary Elizabeth Mastrantonio, y la aparición triunfal de diez segundos de Sean Connery en el papel de Ricardo Corazón de León.

Notable, 7.

Lo mejor de la peli: Morgan Freeman de sarraceno enseñándoles algo a los incultos ingleses y Alan Rickman de villano.
Lo peor: que Kevin va de flipao por la vida como siempre y que la echen taaaaanto por la tele; si no la he visto 10 veces no la he visto ninguna.

Fiel a la leyenda de Robin, la película es una joya desde el primer segundo. Introducción, puestas en escena sin demasiado artificio, variedad de personajes, ambientación cuidada,..., son algunos de los muchos puntos positivos de la cinta, sin olvidar por supuesto la interpretación de los actores, entre los que destacan Freeman y Rickman, y la música.