The Vigil

Con temor a meterme en algún berenjenal religioso, ’The Vigil’ es una historia de terror al uso que se alimenta de una tradición judía, de la que, obviamente, el público mayoritario desconoce prácticamente todo. La película, sin embargo, se encarga mediante una breve introducción y definición /literal/, de adentrarnos y ponernos en situación para que podamos disfrutar de esta inquietante velada sin necesidad de una Wikipedia judía.

’The Vigil’ pertenece a la familia del género de terror ‘a fuego lento’, que junto a otras producciones como ‘Insidious’ (2010) o la gran ‘Hereditary’ (2018) alternan la fórmula del terror silencioso y sutil con los golpes de efecto y subidas de volumen. Todas comparten la misma temática que, como el negro y la muerte, nunca pasan de moda. En este caso, estamos ante una especie de ‘exorcismo post mortem’ que resucita un poco de la esencia de ‘El Exorcista’ (1973).

Para ser un primer filme, resulta más que apañado. A elogiar el apartado técnico, que con un reducido presupuesto logra maravillas. El dominio de luces y sombras en espacios pequeños para crear una atmósfera subyugante y aterradora. El contraste entre tradición y modernidad que en parte ejemplifica la huída del protagonista de su pasado; llama la atención el sonido synthwave de la BSO y la incursión de las nuevas tecnologías para beneficio de las ‘fuerzas demoníacas’ (los demonios siempre buscando formas creativas de asustar a las nuevas generaciones).

El debut de Keith Thomas, parece más una demostración de que con pocos recursos se puede obtener un gran resultado y lo del ritual judío no es más que una excusa. En mi opinión peca en seguir la mecánica de siempre de problema, búsqueda de una solución y moraleja. Cuando la víctima es conocedora de lo que ocurre, se le facilita una salida y posteriormente aprende una lección de superación personal.

BSO: Trevor Something - Girlfriend

Nueva entrega de ese cine de terror moderno que basa su oferta en ritmos parsimoniosos y solemnidad adormecedora. Un joven judío que arrastra un trauma familiar es convencido para velar a un correligionario fallecido según la tradición judía. Durante la noche empezará a percibir señales de que algo le acompaña aparte del muerto.

Lo más destacado es presentar una historia de horror desde el prisma de una tradición distinta a la cristiana, tal y como Under The Shadow hizo en 2016 con el islam. Aquí se trata apariciones y espectros ligados a la tradición y folklore judíos y, bien, anotamos la novedad, pero fuera de eso nos encontramos con una cinta que no hace otra cosa que regalarnos tópicos y momentos susto que maldita la innovación que suponen. Los pasillos oscuros, las lámparas que se encienden y se apagan, la abuela de aspecto siniestro... Nada que no conozcamos ya.

A pesar de lo esforzado de la actuación principal, la verdad es que los minutos transcurren demasiado lentos, y uno resopla ante tanta sobriedad con esta historia sobre la culpa y el remordimiento. Porque no es otra cosa. Si le gustaron films como The Lodge, Relic, The Dark And The Wicked y similares, ahí la tienen, es más de lo mismo. Si ya le empieza a cansar tanta suntuosidad y tanto deleite con planos y escenas eternas mejor ni se acerquen.

Flojísima. Se pretende dotarla de un aire siniestro , opresivo (ambiental y psicológicamente) y cae en el artificio de cualquier película de terror de hoy en día. Lo mejor sumergirla en la mitología religiosa judía (y así variamos un poco), pero al final ni tensión, ni sustos, ni suspense ni nada. La premisa es estupenda, pero hay que desarrollar...

No cuenta con ninguna cara conocida entre el escaso reparto que tiene, y toca un mundo también poco explorado, como son las costumbres funerarias y las supersticiones judías. Hay todavía poco cine de terror sobre temas como este, pero a pesar de los rabinos, las filacterias y las oraciones, al final no deja de ser una película más de terror (un poquito serie “B”, todo hay que decirlo).
Se ha estrenado de puntillas, como casi todo lo de la era covid-19, aunque de esta cosecha hemos podido ver alguna cosa mejor que esta, como “Madre oscura” o “Host”, por ejemplo.
No obstante, vista en buenas condiciones, la película puede llegar a dar algo de miedo, que ya es algo. La ambientación de esa casa, con la anciana, los muebles viejos, y la oscuridad y el silencio que se cortan con un cuchillo, al final logran mantener tensión.
Es entretenida y corta, con algún momento bien conseguido. Es aceptable sin ser nada del otro jueves, y por lo menos no utiliza los mismos clichés vistos mil veces en el género.
Le doy el aprobado justo. No así a su banda sonora, que es realmente deleznable.

Me parece increíble leer a críticos profesionales comparar éste sopor con la mismísima "El exorcista".
Decidí visionarla por las excelentes puntuaciones y las buenas críticas recibidas, pero resultó francamente decepcionante, lo siento, pero creo que me dormí en varias ocasiones, y solo los "jump scare" de turno me despertaban de mi letargo. Lenta no, lo siguiente.
Los actores un poco "del baratillo", los efectos especiales prácticamente inexistentes y la trama aunque tiene un significado, no es suficiente para insuflar algo de tensión e interés.