Torremolinos 73

Se destaca el muy buen guión, lo que transforma a Torremolinos 77 en una película entretenida. Las actuaciones están de muy buena forma, destacándose Javier Cámara en una performance muy convincente y Candela Peña una sensualidad muy cotidiana que se extraña en el cine, acostumbrado a perfiles griegos y/o exuberantes rubias.
En definitiva una historia bien contada y para nada pretenciosa lo que siempre se agradece cuando uno quiere pasar un buen rato viendo cine.

Alfredo y Carmen forman un matrimonio, sin hijos, ambos treintañeros. Él trabaja como vendedor de enciclopedias a domicilio; ella como peluquera. La ilusión de Carmen es tener un hijo, Alfredo no tiene ilusiones, aunque, últimamente, poder pagar a su casera los recibos del alquiler del piso donde habitan se está convirtiendo en una fantasía para él debido a las pocas enciclopedias que consigue vender. Ante este hecho, la decadencia de la venta de libros a domicilio, un día Alfredo es llamado por el propietario de la editorial, junto a los otros tres vendedores que quedan, y sus respectivas esposas, siendo sorprendidos por una extraña proposición: Que rueden en 8 mm. escenas maritales, para ser vendidas, junto a fascículos, en países escandinavos. Alfredo y Carmen aceptarán el reto.

Debut de Pablo Berger en la dirección de largometrajes. Ópera prima que aborda con desparpajo y buenos conocimientos técnicos, logrando un producto más que aceptable y muy dinámico. Como autor del guion no considero que Berger esté tan afortunado, aunque sí hace un trabajo correcto, con bastante humor, siempre con gran sentido de la ironía. El mayor lastre de esta película es su bajo presupuesto, lo que se nota en demasía, si bien la ambientación que hace de los primeros años 70 resulta muy acertada, tanto con el decorado, vestuario y etalonaje.

Comedia muy ácida sobre un matrimonio que trata de sobrevivir con dignidad a pesar de su pobre economía. Para huir de dicha precariedad tomarán una salida que acabará superando al personaje de Alfredo, no así al de Carmen, que pronto verá la vía de escape de su particular encrucijada por ser madre. Exposición de una clase media de la España urbanita de comienzos de la década de los 70 hecha de manera superficial, el núcleo de la acción (la ilusión-ambición de Alfredo por hacerse director de cine, emulando a Bergman, al tiempo que consigue su buen dinero para salir de las apreturas económicas con las que vive. Y la ya comentada obsesión de Carmen por ser madre) ocupa todo el espacio de este trabajo y no deja apenas sitio para historias secundarias, que sí las hay, pero inconsistentes, mediocres y ordinarias.

La interpretación de la pareja protagonista es buena, en el caso de Javier Cámara, y muy buena en el de Candela Peña.

No es Pablo Berger, un director para olvidar, es arriesgado, cree en sus historías.
Estamos antes unos hechos reales, ambientados en la España de los 70, con excelentes actores, si hago himcapie de Candela, es porque es un pedazo de actriz, en todo lo que hace, pero a destacar Cámara, Diego, sainz, Barea,Blanch. etc..
Vas al cine y mira sales con buenas sensaciones.

"Cómo se llega a ser lo que es" Píndaro.

Película con una profunda estética de los 70, biográfica y autoexculpatoria de un hombre que se queda en paro.
La película refleja el terrible proceso de confusión, ansiedad y valores ambiguos del protagonista con los valores de la España de los años 70. Bastante correcta desde un punto de vista técnico y de ambientación.

Primero los amigos de sus antiguos jefes en la venta de enciclopedias le ofrecen hacer películas con cierta estética de las famosas películas de culto de Ingmar Bergman, mezcladas con una temática sobre la reproducción y una vida sexual sana (obviamente son simplemente películas de porno blando para con la excusa de su carácter pedagógico poder venderlas mejor en Suecia).

Al comienzo no solo se cree que va a sacar a su familia adelante, sino que además se cree que puede llegar a ser un famoso cineasta. Aunque parece que esa es la única manera que encuentra para salir adelante, no hay un gran dramatismo explícito, es un hombre de poco carácter, es casi un dejarse llevar entre la indiferencia y cierto embotamiento, que no le permiten oponerse a su productor.

Lo más terrible es desde el comienzo todo el proceso en que el protagonista se "autoengaña" constantemente, y aunque la mujer sospecha y se da cuenta hacia donde va todo transige con el plan que acepta su marido. Las mujeres de los 70 estarían obligadas a obedecer aunque sea a disgusto sus maridos ¿pero tanto?, y tampoco hay una negación tan radical.

Aunque las actuaciones de Javier Cámara y Candela Peña son correctas hecho de menos una mayor profundidad en los sentimientos de humillación y de desamparo sobre todo por parte de ella, una peluquera española con los valores morales de los 70 a la que obligan a acostarse con un desconocido aunque sea un guapo rubio o necesite el dinero.


De hecho, sorprende lo mal explicado que está el proceso psicológico porque en cuanto "el productor" le exige que se deje de tonterías, que a nadie le interesa sus escenas a lo Ingmar Bergman, él inmediatamente coge la cámara y graba a su mujer intimidando con el otro.

La película no destila el dramatismo intenso que tuvo "Una proposición indecente"(1993) que estaba mucho mejor y más argumentada y que solo suponía la infidelidad una sola vez, sino un sentimiento de culpa y exculpación a posteriori.

Un vendedor de enciclopedias recibe un ultimátum de su editoral: com han bajado las venteas, o se dedica a hacer películas porno para la empresa o se va a la calle. Decide hacer películas porno con su mujer.
Este material se vende en los países escandinavos. El director les da el eufemismo de películas educativas sobre las costumbres sexuales españolas.
Carmen, la mujer de las películas, se hace muy famosa en Dinamarca, tanto que, en El Corte Inglés, un turista le pide un autógrafo.
El vendedor empieza a tomarle gusto a rodar y lee revistas de cine, mira películas de Bergman y hasta hace un guión que es una parodia de El séptimo sello en versión porno.
Me pareció muy divertida.