Testigo de cargo

Billy Wilder fue un director que supo cambiar continuamente de registro y que nunca tuvo miedo de probar suerte en otros géneros.
En esta ocasión, se atrevió ni más ni menos que con una obra de Agatha Christie. Wilder supo extraer todo el cinismo que la autora sabía darle a sus obras, pero para que todo funcionara también precisaba de la ayuda de un buen reparto y que estuviera perfectamente equilibrado, algo en lo que el director acertó plenamente.
Charles Laughton es el protagonista absoluto, el cual está muy bien flanqueado por Marlene Dietrich y Tyrone Power (en una de sus últimas películas).
El film sigue los típicos cánones establecidos en el género y quizás lo que la haga algo diferente sea que el personaje de Laughton tiene muchos detalles característicos de la autora.
Nadie puede negar que el film es un pefecto ejercicio en cuanto a guion, interpretaciones y puesta en escena, pero también flaquea en un desarrollo, sobre todo en la parte final, que no acaba de redondear el que quizás hubiera sido un producto excelente.

Testigo de cargo es una adaptación de la obra teatral del mismo nombre de Agatha Christie dirigida por el gran Billy Wilder con un guion escrito por él mismo junto a Harry Kurnitz. Este drama con toques de comedia es considerado una de las mejores películas judiciales de la historia del cine, afirmación que comparto absolutamente. El milimetrado guion, la magnifica dirección y el trío formado por Tyrone Power, Marlene Dietrich y Charles Laughton llevan en volandas al espectador a lo largo de las dos horas de metraje hasta un desenlace totalmente inesperado que consigue dejar con la boca abierta al más experimentado consumidor de cine de misterio o novela negra. El film, avanzado a su tiempo, ya luchaba contra el factor spoiler pronunciando un discurso en voz en off durante los créditos finales que decía así: “Les encarecemos en beneficio de aquellos amigos suyos que no hayan visto aún la película, que no rebelen a nadie el secreto del final de Testigo de cargo“. Tal fue el esfuerzo de mantener el misterio, que Billy Wilder no dio al reparto las diez últimas páginas del guion hasta que fue el momento de rodarlas. Un rompecabezas judicial de gran intriga, ritmo trepidante, impecable puesta en escena, cargado de sarcasmo y vitalidad que además cuenta con una brillante actuación de Charles Laughton, quien está inconmensurable en su interpretación del veterano Wilfrid Roberts. Como dijo Fernando Trueba en la gala de los Óscar del año 1993 al recoger su premio por Belle Époque: “Quisiera creer en Dios para darle las gracias, pero sólo creo en Billy Wilder, él es mi verdadero Dios. Gracias, Mr. Wilder”. Nada más que añadir.

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Testigo de cargo es un emblema del cine clásico. Wilder conecta una sensacional narración, solapada por una historia de fondo magistralmente ordenada. Suspense, ingenio y contención absoluta. Junto con Doce Hombres sin Piedad, ambas son las caras del género policíaco/judicial de antaño. Wilder pone el precio de la verdad y de la evidencia en jaque.

¿La película con el mejor final de la historia? al menos, sin duda, una de las mejores con diferencia.
Una intrigante película de juicio con una trama muy bien desarrollada, atrapante como pocas, y en donde lo que más destaca es claramente las magníficas actuaciones de Charles Laughton y Marlene Dietrich, que ambos están excepcionales.

Un caso de asesinato con un supuesto asesino, y todo lo que desenvuelve a un claro -o no tan claro- caso, tanto en la defensa como en la acusación.

Es seria, muy seria, pero al mismo tiempo con toques de humor realmente buenos, algunas grandes frases que quedan para el recuerdo, y como no, el tremendo final con unos impensables giros de guión que hacen la película tan grande.

Drama judicial basado en una obra de Agatha Christie y dirigida por Billy Wilder, que además de dirigir también escribió el guion de esta brillante película que nos cuenta como un hombre (Tyrone Power), es detenido bajo acusación de haber asesinado a una rica viuda, un famoso abogado (Charles Laughton), accede a defenderle con una única testigo para verificar su coartada, la esposa del acusado (Marlene Dietrich), una mujer tan distante como extraordinaria, a partir de su declaración todo se complica hasta un final inesperado. Charles Laughton se convierte en el rey de la función con un verdadero festival interpretativo muy bien secundado por Marlene Dietrich, y en menor medida Tyrone Power que en muchas fases de la película está demasiado sobre actuado. "Testigo de cargo" estuvo nominada a seis Oscars aunque incomprensiblemente no consiguió ninguno pero es un buen ejemplo de lo gran director que fue Billy Wilder que nos regala una película con una puesta en escena formidable, con mucho ritmo y unos brillantes diálogos, un mas que correcto uso de los flashbacks y unas escenas judiciales que mantienen la tensión en todo momento, todo narrado con la habitual ironía y sentido del humor que solía utilizar en sus películas.
En resumen, una obra maestra, otra mas del gran Billy Wllder.