Toy Story 4

Mucha gente tuvo que esperar nueve años, pero un servidor solo ha tenido que esperar un día para saber cual iba a ser el siguiente paso de los juguetes que llevan haciendo las delicias del público desde 1995. Parecía que con la conclusión de 'Toy Story 3' ya iba a ser suficiente: pues no. Resulta que en Disney aún no han tenido bastante y quedaba una película más en la recámara.

Cuando se sacan secuelas de sagas en las que, teóricamente, no había nada más que rascar siempre está el peligro de que sean secuelas que se podían haber evitado (la saga Terminator, ni más ni menos), pero, para alegría del personal, esta 'Toy Story 4' aún tenían cosas que contar. ¿Significa eso que vuelve a estar a nivel top una vez más? No esta vez; aunque se nota que han pensado muy bien qué narrar para que no sea una pérdida de tiempo.

El personaje de Bo Peep regresa tras la ausencia en la tercera entrega y será colmada la pregunta de donde carajo estaba, además de volver a ser relevante en la trama. Una trama en la que atan cabos sueltos, como la de la misma Bo Peep, y, sin embargo, no cuenta ninguna lección más ni hay nada destacable a nivel de historia, salvo el tramo final con Woody. En resumen, esta cuarta parte se palpa como una especie de expansión más que una trama importante, donde ya se ve que el nivel está empezando a flaquear. A pesar de todo, los personajes (los veteranos y los nuevos) mantienen su carisma, aún hay corazón y se ha creado una nueva trama que se sigue con interés. El único pero que realmente le pondría es que con la misma Bo Peep han pasado de 0 a 100 sin tener una evolución que lo justifique con el paso de las películas; como lo han sabido justificar en esta, consigue escurrir el bulto.

Una secuela de nuevo bastante entretenida y hecha con buen gusto en el que pierde fuelle respecto a la trilogía, pero se mantiene a rebufo de las entregas anteriores, y eso con una película que, aparentemente, no tenía mucho más que contar, tiene mérito. Eso sí, mejor quedarse aquí antes de que una 'Toy Story 5' pueda ser peor. Una retirada a tiempo es una victoria.

La cuarta (para algunos innecesaria) película de la saga de "Toy Story" nos presenta a Woody, Buzz y su pandilla de juguetes ahora propiedad de la niña Bonnie. Woody se verá de nuevo responsable de la llegada de un nuevo y torpe juguete mientras busca su propósito como juguete. ¿Les suena verdad?, porque es el mismo enredo de "Toy Story" (1995) que envolvió a Woody y a Buzz Lightyear. Solo que en esta ocasión no presenta la misma pericia en su desarrollo argumental.

Hay, al igual que en la primera parte escapadas, persecuciones, huidas y topetazos por nuevos lugares fuera de la habitación de la niña. Y, si bien la trama está completamente resobada en esta saga (que ha tenido tiempos mejores, tanto en la primera como en la segunda y la tercera parte), aun mantiene la ligereza narrativa adecuada como para amenizar a los más peques y distraer de forma ajustada a los adultos. Los que crecimos con las primeras película pudimos disfrutar de un sentido del humor más colosal, que parodiaba a sus juguetes y sus circunstancias (¡cómo olvidar todo los referente a los atributos del Señor y la Señora Patata, el conflicto "galáctico" de Buzz con el malvado Emperador en el supermercado, a esos marcianitos y su padre adoptivo, o a Kent y su casa de ensueño con complementos!) a la vez que ofrecía detalles de añoranza sentimental (esa mirada de estos juguetes cuando son compartidos con sus niños... o cuando son abandonados) o de alegoría artística (pedazo de escena la de ese restaurador de juguetes).

Huelga decir que "Toy Story 4" no tiene escenas de tal carga creativa, y por ello queda como una "hermana pequeñita" si se la compara con sus cintas predecesoras... o incluso con la mayor parte de los largos de Pixar ("Los increíbles" (2004), "Coco" (2017), "Buscando a Nemo" (2003), "Soul" (2020), "Del revés" (2015), "Onward" (2020), "Up" (2009), "Los increíbles 2" (2018), "Wall.E" (2008), "Monstruos S.A." (2001)... todas superan con facilidad lo aportado por "Toy Story 4"). El argumento se desarrolla con naturalidad en líneas generales (con algunas escenas redundantes e innecesarias de caza de gato al ratón más propias de películas como "Cenicienta" (1950), que quedan compensadas con un sentido del humor no tan vivaz como el de sus cintas anteriores pero con cierta complicidad astuta), pero su rutina es evidente.

Es en esta ocasión en la que el magnífico diseño de sus personajes y su formidable animación (Forky destaca sobre las demás novedades, pero Gabby Gabby y Caboom no le van a la zaga) lo que encumbran al producto hasta cotas completamente dignas. La fotografía de "Toy Story 4" es embrujante, y la iluminación animada es asombrosa.

Así pues cada matiz en los movimientos y expresiones de estos curiosos juguetes harán que mantengamos en casi todo momento la atención en un metraje que a nivel de guion (este Andrew Stanton no es el de "Monstruos S.A." o "Toy Story" 1 y 2, sino el de "Buscando a Dory" (2016)) es fácilmente olvidable a nivel global. Algo que se puede decir también de su banda sonora que no produce temas originales memorables como nos tenían acostumbrados.

Así que "Toy Story 4" se ha convertido en una cinta más para niños que para niños y adultos, y es equiparable a "El gato con botas" (2011), "Piratas" (2012), "El viaje de Arlo" (2015), "Rango" (2011), Monstruos University"" (2013), "Ice Age 4" (2012), "Tiana y el sapo" (2009) o "Madagascar 3" (2012). Solo recomendable a los peques o si se va a ver con ellos, indispensable a los muy fans de Disney/Pixar o de la saga en particular.

Lo mejor: Todos los momentos que envuelven a Forky, la avidez a la hora de presentarlo como un personaje tan diferente como divertido, y por supuesto su animación.
Lo peor: Que se excede en las secuencias de rescates y huidas, contando lo mismo una y otra vez sin necesidad narrativa.

A pesar de ser una buena película, muy buena en realidad, su principal defecto o problema reside en que la precede una obra genial con la que se cerraba perfectamente la trilogía del juguete.
Para que arriesgarse a estropear algo casi perfecto. Poderoso motivo es el dinero ansiado.
No obstante, los acertados nuevos personajes y el acostumbrado poderío visual, mantienen un más que correcto nivel hasta el infinito y más allá.

Toy Story 4 es la cuarta y última entrega de la exitosa saga de Pixar que comenzó en 1995 y que nos ha acompañado durante más de dos décadas. En esta ocasión, Woody, Buzz y el resto de los juguetes se enfrentan a un nuevo desafío: ayudar a Forky, un tenedor-cuchara convertido en juguete por la imaginación de Bonnie, su nueva dueña. Forky se siente más basura que juguete y no entiende su propósito en la vida, así que decide escapar. Woody se lanza tras él para traerlo de vuelta, pero en el camino se reencuentra con Bo Peep, su antiguo amor, que le muestra un mundo más allá de la habitación de un niño.

Toy Story 4 es divertidísima, llena de humor, acción y aventura. Los personajes son entrañables y carismáticos, tanto los clásicos como los nuevos. Destacan especialmente Forky, con su inocencia y sus crisis existenciales; Duke Caboom, un motociclista canadiense con problemas de autoestima; y Gabby Gabby, una muñeca de porcelana con una voz rota que busca un dueño que la quiera. La animación es espectacular, con un nivel de detalle y realismo impresionante. La banda sonora, compuesta por Randy Newman, es nostálgica y emotiva.

Pero lo que hace realmente especial a Toy Story 4 es su mensaje y su desenlace. Nos habla sobre el sentido de la vida, el valor de la amistad, el amor y la libertad. Nos muestra que los juguetes tienen sentimientos y deseos propios, y que no siempre tienen que estar atados a un niño para ser felices. Nos hace reflexionar sobre el paso del tiempo, el cambio y el adiós. Y nos regala un final digno y conmovedor para una saga que ha marcado a varias generaciones.

Toy Story 4 es una película que no defrauda a los fans de la saga ni a los nuevos espectadores. Es una obra maestra de Pixar que cierra el ciclo de los juguetes con una sonrisa y una lágrima. Es una película que merece ser vista y disfrutada por todos.

Dejando aparcada "Lightyear" (Angus MacLane, 2022), posiblemente "Toy story 4" sea, a día de hoy, mi entrega menos favorita de la saga.
Como no quiero que sea eso con lo único que os quedéis, y os conozco lo suficiente como para saber que es lo que vais a hacer, voy a añadir que de este cuarto film, firmado por Josh Cooley, me han flipado las dos o tres escenas que hay de puro terror. Particularmente todo lo relacionado con los muñecos de ventrílocuo me ha asombrado. Pixar dando miedo, auténtico y verdadero miedo. Y yo queriendo más.
El desenlace es otra de las virtudes de "Toy story 4", una nueva bomba lapa directa a mi ya maltrecho corazón.
Y en fin. Hay una quinta en marcha. Así que allí os emplazo.