La cuarta (para algunos innecesaria) película de la saga de "Toy Story" nos presenta a Woody, Buzz y su pandilla de juguetes ahora propiedad de la niña Bonnie. Woody se verá de nuevo responsable de la llegada de un nuevo y torpe juguete mientras busca su propósito como juguete. ¿Les suena verdad?, porque es el mismo enredo de "Toy Story" (1995) que envolvió a Woody y a Buzz Lightyear. Solo que en esta ocasión no presenta la misma pericia en su desarrollo argumental.

Hay, al igual que en la primera parte escapadas, persecuciones, huidas y topetazos por nuevos lugares fuera de la habitación de la niña. Y, si bien la trama está completamente resobada en esta saga (que ha tenido tiempos mejores, tanto en la primera como en la segunda y la tercera parte), aun mantiene la ligereza narrativa adecuada como para amenizar a los más peques y distraer de forma ajustada a los adultos. Los que crecimos con las primeras película pudimos disfrutar de un sentido del humor más colosal, que parodiaba a sus juguetes y sus circunstancias (¡cómo olvidar todo los referente a los atributos del Señor y la Señora Patata, el conflicto "galáctico" de Buzz con el malvado Emperador en el supermercado, a esos marcianitos y su padre adoptivo, o a Kent y su casa de ensueño con complementos!) a la vez que ofrecía detalles de añoranza sentimental (esa mirada de estos juguetes cuando son compartidos con sus niños... o cuando son abandonados) o de alegoría artística (pedazo de escena la de ese restaurador de juguetes).

Huelga decir que "Toy Story 4" no tiene escenas de tal carga creativa, y por ello queda como una "hermana pequeñita" si se la compara con sus cintas predecesoras... o incluso con la mayor parte de los largos de Pixar ("Los increíbles" (2004), "Coco" (2017), "Buscando a Nemo" (2003), "Soul" (2020), "Del revés" (2015), "Onward" (2020), "Up" (2009), "Los increíbles 2" (2018), "Wall.E" (2008), "Monstruos S.A." (2001)... todas superan con facilidad lo aportado por "Toy Story 4"). El argumento se desarrolla con naturalidad en líneas generales (con algunas escenas redundantes e innecesarias de caza de gato al ratón más propias de películas como "Cenicienta" (1950), que quedan compensadas con un sentido del humor no tan vivaz como el de sus cintas anteriores pero con cierta complicidad astuta), pero su rutina es evidente.

Es en esta ocasión en la que el magnífico diseño de sus personajes y su formidable animación (Forky destaca sobre las demás novedades, pero Gabby Gabby y Caboom no le van a la zaga) lo que encumbran al producto hasta cotas completamente dignas. La fotografía de "Toy Story 4" es embrujante, y la iluminación animada es asombrosa.

Así pues cada matiz en los movimientos y expresiones de estos curiosos juguetes harán que mantengamos en casi todo momento la atención en un metraje que a nivel de guion (este Andrew Stanton no es el de "Monstruos S.A." o "Toy Story" 1 y 2, sino el de "Buscando a Dory" (2016)) es fácilmente olvidable a nivel global. Algo que se puede decir también de su banda sonora que no produce temas originales memorables como nos tenían acostumbrados.

Así que "Toy Story 4" se ha convertido en una cinta más para niños que para niños y adultos, y es equiparable a "El gato con botas" (2011), "Piratas" (2012), "El viaje de Arlo" (2015), "Rango" (2011), Monstruos University"" (2013), "Ice Age 4" (2012), "Tiana y el sapo" (2009) o "Madagascar 3" (2012). Solo recomendable a los peques o si se va a ver con ellos, indispensable a los muy fans de Disney/Pixar o de la saga en particular.

Lo mejor: Todos los momentos que envuelven a Forky, la avidez a la hora de presentarlo como un personaje tan diferente como divertido, y por supuesto su animación.
Lo peor: Que se excede en las secuencias de rescates y huidas, contando lo mismo una y otra vez sin necesidad narrativa.