Toy Story 4

Esta cuarta parte de «Toy Story» podría entrar en la categoría de «películas que olvidas nada más verlas», porque en verdad es una historia olvidable al máximo. A estas alturas no podría decir cuál es el problema exacto de «Toy Story», ni tampoco esas virtudes que la han hecho tan querida al público y a la Academia, que esta tiene el Oscar a la mejor película de animación. Locuras de la vida.

¿Por qué este éxito? Es que no lo entiendo. Para empezar, ¿a los niños les entretiene? Quizá ver muñequitos en movimiento atrapa su atención, puede ser. Pero eso no basta para ser buena. Si el guion es prácticamente como el de los anteriores: hay que rescatar a alguien. ¿No van todas las «Toy Story» de lo mismo? Y mientras lo rescatan pues van pasando cosas, muchos saltos y golpes, para al final sacar alguna moraleja políticamente correcta que contente a los padres; tienes que vivir tu vida, haz lo que te haga feliz... Cualquier cosa que a los dos segundos has olvidado.

Es cierto que hay cosas buenas: la muñeca Gabby y su historia tiene mucho potencial, así como la tienda de antigüedades, pero queda todo difuminado por la marabunta de las otras tramas y la acción; y los dos peluches de la feria, absoluta y totalmente adorables, se roban la función en cuanto aparecen, pero también se pierden entre el resto.

En fin, mal enfocada.

No me ha gustado. La veo plana, es más de lo mismo, repetitiva en todos los sentidos y un final más sensiblero y de lágrima fácil del que cabía esperar. Le pongo un 4 porque está hecha muy bien, es técnicamente perfecta, pero el guión es muy flojito. Parece que se acaban las ideas. No se si habrá otra, pero si no, no ha sido un digno final para estos juguetes tan entrañables. Sólo recomendable para los más peques de la casa.

Disclaimer: soy poco fan esta saga.

Continúa la saga Toy Story con lo que nos tiene acostumbrados: simpáticos juguetes parlanchines que se embarcan en trepidantes aventuras extrarresidenciales, exponiéndose a la perdición e incluso destrucción en misiones de rescate (o secuestro) de algún congénere para satisfacer la felicidad de su dueño-Dios-niño de turno, cuya propia naturaleza mutable hace que un día los ame y al siguiente los olvide.

Como de costumbre con Disney, el mensaje moral es bastante menos aventurado que las peripecias de sus personajes. Vemos al principio como se coacciona a uno de ellos, recurriendo no pocas veces a la violencia, para que sea lo que se supone que ha nacido para ser y no lo que él quiere ser. El lavado de cerebro tiene éxito. Posteriormente, en otros personajes se impulsa y valora la libertad de elección. Puedes ser lo que quieres ser, dentro de unos límites.

El juguete principal, nuestro querido Woody, sigue padeciendo un caso agudo de efecto Dunning-Kruger y cuesta lo suyo identificarse con él. Por fortuna hay más juguetes, algunos ya conocidos y otros nuevos, que aportan más profundidad y/o comicidad y hacen más llevadera la película. En conjunto, el resultado es más bien positivo, pero pido por favor que, si hay más entregas, el protagonista sea otro. Disney, Pixar, por favor Woody más no, otro, cualquier otro.

Gustará a: coleccionistas de juguetes, Cash Coolidge, canadienses
No gustará a: basuras, He-Man, feriantes

Soy de la generación que creció paralelamente con esta maravillosa saga. Probablemente mi crítica este condicionada por este transitar, por emociones, por mi vida y por la de los personajes deliciosamente logrados y desarrollados en Toy Story.
La pregunta de mi título es ¿Por qué lloro todo el tiempo mientras miro esta película?
Me interesa más la pregunta que las muchas respuestas posibles. Estuve en el cine junto a mi sobrino de 5 años viendo el film. Mientras yo lloraba, él seguía atento la trama, se divertía, se asustaba y se maravillaba con lo que proponía el cine de Pixar. En un principio no entendía porque él no lloraba de emoción, luego entendí. Las grandes películas, así como las grandes bandas o esas novelas que trascienden las épocas no explicitan su mensaje, lo dejan abierto a la interpretación de quien lo recibe.
Toy Story 4 es el cierre de un ciclo y eso me emocionó profundamente. En la vida se producen cambios, algunos lógicos y esperados, otros dolorosos y repentinos.
A veces se gana y a veces se aprende. Pero, qué importante es estar y sentirse vivo querido vaquero

Es buena, tierna, tiene mensaje, y tampoco decepciona, pero, ¿realmente era necesaria?. Toy Story 3 cerraba con un final perfecto, de hecho uno de los mejores finales que he visto en una película de animación. Con esta nueva entrega me lo he pasado genial y he disfrutado como un niño pero mantengo el pensamiento de para mi el final de la saga fue con la 3.