Leningrado

105/01(01/04/21) Enorme decepción este film bélico ruso dirigido y guionizado por Aleksandr Buravsky, teneindo como epicentro el sitio más prolongado de la historia a una ciudad, el que los alemanes sometieron a Leningrado (hoy San Petersburgo) durante la Segunda Guerra Mundial. La ciudad fue sitiada durante 882 días (desde 1941) por las tropas nazis comandadas por el mariscal de Campo Wilhelm Ritter von Leeb, que pensaron que rápidamente podrían invadir la ciudad con un cerco. Eso estaba más allá de los duros bolcheviques. La ciudad sobrevivió y fue liberada por el Ejército Rojo en 1944, millón y medio de habitantes se estima murieron a causa de las privaciones, el hambre y la violencia. Este hecho histórico merece una gran película, y esta desgraciadamente no lo es. Se apoya en un guión folletinesco, con diálogos insulsos, con personajes acartonados, actuaciones de las que te dicen que todos tenemos que pagar hipotecas, y eso que están los grtñáciles reclamos de Mira Sorvino (inane e insípido, con una química grimante con su amiga rusa)y Gabriel Byrne (no se sabe bien que pinta en la película, con motivaciones difusas, con relación es metidas con calzador, con un desarrollo que a pesar de solo durar apenas cien minutos antojarse mucho más por lo tedioso de su evolución. Que nadie espere épica, heroísmos, grandes batallas, aquí aparte de un comienzo alentador (una mini-batalla en un bosque), y una escena de ataque aéreo penoso en su escenificación (no ayudan unos f/x comprados en los chinos), no hay acción, todo se circunscribe a unos seres sin personalidad, que te importa (por lo menos a mí) entre cero y nada, ingrato para la idea del realizador es que las escenas de muertes, sufrimiento de niños, o incluso ataques de canibalismo, produzcan ninguna emoción, pues todo resulta plano, aséptico. Con subtramas gélidas sobre los altos mandos a los ambos lados, apareciendo Hitler y Stalin, para mostrarnos las diferentes estrategias militares. Donde incluso se les quiere dar alma a los nazis (pero esto de modo superficial), más de cara a la galería que para decirte algo especial, donde aparece el gran actor germano Armin Mueller-Stahl (que curiosamente nació en Tilsit, perteneciente entonces en 1930 a Alemania, pero es Rusia y ha cambiado el nombre de la población a Sovetsk), pero muy desaprovechado. Añádase una subtrama ridícula sobre una descendiente de un aristócrata ruso que persiguen los soviéticos.

Leningrado cuenta la historia de la corresponsal inglesa Kate Davis (Mira Sorvino) que, junto con la prensa internacional, disfruta de la vida de la jet-set con seguridad en Moscú y que quiere visitar el frente en Leningrado, quedando atrapada en el infausto ‘Sitio de Leningrado’, sufriendo los rigores de las trágicas condiciones del frio glacial, hambre, y guerra en la ciudad. Su novio y mentor Phillip Parker (Gabriel Byrne), quien también ha venido a Leningrado, se le hace creer que Kate murió en un ataque alemán en las afueras de la ciudad, y se va en el único avión que transporta a periodistas fuera de la asediada metrópolis. Kate recibe la ayuda de una policía soviética bien intencionada, Nina Tsvetkova (voluntariosa Olga Sutulova), rescata a Kate y la deja en el enorme edificio de apartamentos, donde Kate se aloja con un joven lisiado llamado Yura (Vadim Loginov) y luego conoce a un amigo de Yura.

Lo mejor es el clima de frio que se transmite que te cala en los huesos, gracias al buen trabajo en cinematografía de Vladimir Klimov (“Vor”), en conjunción con la notable escenografía de calles rebosantes de nieve, el vaho y la ventisca siempre omnipresentes, con un vestuario que transmite gelidez ambiental. En su debe en este apartado está el hecho de que Leningrado era una urbe con 3 millones de personas recluidas en un espacio del que apenas podían moverse, y sin embargo esta sensación de caos de población está inexistente, de hecho vemos como las protagonistas viven en apartamentos amplios sin que nadie les moleste (¿?).

La cinta intenta dar un perfil de como la muerte y la desolación campaban a sus anchas por Leningrado, haciendo que las personas sobrepasaran lo moralmente aceptable para intentar sobrevivir, vemos escenas de canibalismo, descuartizamiento de un caballo vivo, un locutor de radio muere durante una transmisión, una bomba de retardo que explota entre la multitud, pero todo esto quedan en viñetas sin garra alguna.

Me queda una película errática, que no conmueve, que no te motiva, que no me dice nada. Fuerza y honor!!!

Uno de los episodios más trágico de la II Guerra Mundial fue el intento de rendición por inanición de los nazis a los ciudadanos de Petrogrado, Leningrado o San Petersburgo su nombre inicial y el actual, y en el que participamos desgraciadamente los españoles que se enrolaron en la tristemente famosa División Azul.

La película dramatiza sobre el frío y el hambre de la población civil, dejando a un lado cualquier tipo de acción bélica más allá de que puntualmente nos lo recuerden con alguna incursión o algún bombardero nazi. Buravsky centra su atención en una periodista inglesa con raíces rusas y una oficial de policía soviética, además de un par de niños para escenificar el drama de una población que sobrevivió como pudo y nunca se rindió.

Trabajo más que correcto de Mira Sorvino y Olga Sutulova.

Dejo una breve reseña de los hechos para los que estén interesados en la historia:

"El Sitio de Leningrado fue una acción militar de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial encabezada por Wilhelm Ritter von Leeb, que buscó inicialmente apoderarse de la ciudad de Leningrado (la actual San Petersburgo). Los soviéticos construyeron una intrincada defensa alrededor de la ciudad, camuflaron edificaciones históricas con redes que impedían determinar su perfil y llegaron a colocar explosivos por todo el subsuelo para volar la ciudad si era tomada, incluyendo tanto a enemigos como a la población civil que quedaba en la ciudad.​

Ante la perspectiva de tener que mantener a una población enemiga de más de 3 000 000 de habitantes, Adolf Hitler instó a que se asediara y se dejara morir a la población por el hambre y el frío. El sitio duró casi 900 días, desde 1941 hasta 1944. La población local sitiada fue sometida a una intensa lucha por la supervivencia.

Cientos de miles de familias murieron de frío y hambre en sus hogares. La falta de los alimentos llevó la población a alimentarse de palomas, gatos y ratas; también hubo actos de antropofagia y compraventa de cadáveres.​ La ciudad estuvo a punto de perecer de no ser por un corredor que se estableció a través del helado lago Ládoga, por donde llegaba una mínima ayuda a los sitiados. Los muertos hasta ser liberada la ciudad superaron la cifra extraoficial de 1 200 000".

Como todas las producciones basadas en hechos históricos reales, se merece un aprobado alto. Un 6.

No es buena. Es más, es muy mala. No es deleznable, pero esperaba algo mejor, más trama y mejor desarrollada. Es rusa y tiene dos actores razonables: Mira Sorvino, y Gabriel Byrne, con la intervención de Olga Sutulova como la otra chica. Muy lograda esta última.
Periodista que se queda dentro del cerco de Lenigrado. Aspira a sobrevivir.
Con un trasfondo de hechos reales, intenta hilvanar una historia de amor entre mujeres en el centro del cerco. No funciona.

Septiembre 1941, suburbios de la ciudad rusa de Leningrado, se nos muestra una dura y desigual batalla entre los rusos que intentan detener un avance alemán desde las trincheras que forman su línea de defensa, escenas en las que vemos a Nina Tsvetkova (Olga Sutulova), una concienciada enlace miliciana y policía, azuzar a un fatalista teniente para que no desfallezca y resista con los estudiantes y gente poco preparada militarmente que ha llevado como refuerzos ("si no tienen armas cojan las de los muertos") ante el organizado y potente ataque alemán (infantería y tanques), escaramuza en el que su desesperado ataque a bayoneta calada es aplastado por la superioridad alemana (truculentas, feroces y bien rodadas escenas bélicas).

Todo ello a modo de presentación antes de los títulos de crédito iniciales, para situarnos en la idiosincrasia de ese episodio histórico conocido como, el sitio de Leningrado, la maquinaria bélica alemana contra feroces y muy motivados defensores, intentando minar la resistencia de estos, con continuos bombardeos a la ciudad y bloqueo de suministros alimentarios.

A partir de aquí y con la Leningrado sitiada como escenario de la parecer historia real (al final de la película se nos dice que fue de ellos y se nos muestran las lapidas de sus nichos) de Kate Davis (Mira Sorvino) y Nina Tsvetkova, la una, periodista inglesa hija de un general soviético exiliado en Londres, dada por muerta en un bombardeo, y la otra (Nina), la policía que conocimos al comienzo del film, que acoge a la periodista bajo su tutela y la protege de una burocracia que dado su presunta defunción la quiere ver muerta (máxime cuando se descubre quien es su padre); alrededor de nuestras 2 protagonistas que ejercen de hilo conductor de la trama, podemos ver los sufrimientos y hambrunas del pueblo sitiado, y las trágicas situaciones y desesperados comportamientos de estos, todo ello salpicado con escenas de los mandos de uno y otro ejercito (se nos muestra a Hitler con la cara encendida de odio ordenando las directrices para hacer de la sitiada ciudad una tumba), ejerciendo de tales, no parándose en barras para lograr sus respectivos objetivos, y con breves pinceladas de militares de uno y otro bando a los que su humanidad les plantea conflictos dado la cruel de la situación.

Sigue en spoiler por falta de espacio:

Vergüenza ajena.
He tenido que intentar asimilar sin éxito varias veces que no estaba viendo una americanada sobre la URSS.

La he dejado casi a la mitad después de ver en unos porches en plena hambruna por el sitio, un mercado negro ambulante de estraperlo bastante bien surtido, donde hasta se puede comprar carne americana enlatada.

Y en realidad, si que es una americanada de esas, pero made in Rusia por un tal Aleksandr Buravsky del que no he sido capaz de encontrar ni su biografía ni nada que no sean los títulos de sus películas que facilita Filmaffinity.
Y con ellas claramente he visto de dónde le viene el deje ese de yankee cutre.