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La calle sin nombre

Cine negro. Thriller Stiles (Richard Widmark) es un jefe mafioso en alza que lucha por imponerse en el submundo criminal. Los archivos del FBI rebosan de historias sangrientas, pero hay un caso concreto que tiene desconcertado al inspector Briggs (Lloyd Nolan). Se trata de dos asesinatos: un ama de casa y el guardia de seguridad de un banco, abatidos ambos por la misma arma, pero sin que exista ninguna otra conexión entre ellos. Decidido a llegar hasta el ... [+]
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Críticas 16
Críticas ordenadas por utilidad
15 de octubre de 2023
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La policía es muy lista pero los malos son igual de listos o más.
Cuando el duelo está tan igualado no puedes por menos que morderte las uñas hasta dejarlas en carne viva.
El FBI emplea métodos científicos y un agente infiltrado pero Widmarck se ríe de todo eso y más. Para métodos científicos los suyos y para miembros infiltrados los suyos también.
Una magnífica película que no tiene nada que envidiar al remake de Fuller, la anterior no la he visto pero queda en pendientes, no me importa si la calle no tiene nombre o si tiene el número 92, ni si la casa es de bambú o un viejo almacén en las afueras.
Widmarck siempre aterroriza,- No me gustaría estar en tu pellejo Stevens, aunque le echas bemoles todo hay que decirlo. Hay que valer para hacer lo que haces y yo lo he pasado francamente bien.
Un policial meticuloso e intrigante de principio a fin. Todo atado y bien atado. El duelo es paralelo. Limpio, claro, bien explicado y emocionante. !Qué gozada!.
Izeta
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8 de noviembre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Poca gente recuerda al director-actor William Keighley, ya que se retiró en los 50, pero hizo un puñado de buenas películas y esta es una de las mejores. Buen cine negro, muy superior a otras películas de estilo pseudo-documental, como es el caso, relato de una investigación "caso real" del FBI. El protagonista absoluto de la peli, aunque no lo sea nominalmente, es Richard Widmark haciendo de malo. Es cierto que siempre suele componer un malo parecido, cínico y psicópata (como el Tommy Udo de "El beso de la muerte"), pero lo cierto es que lo borda. El bueno de la peli es Mark Stevens, un actor al que se consideró prometedor pero que no alcanzó grandes cotas (aunque participó en unos cuantos films de cine negro) y que medio se retiró al final de los 50. Algunos secundarios de garantías, como Lloyd Nolan, Ed Begley o John McIntyre: La participación femenina es muy limitada, con algunas escenas para Barbara Lawrence como novia de Widmark. Lo dicho, recomendable.
Troglo
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11 de noviembre de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película, “La calle sin nombre” (1948), es de las que ya no se hacen. Y es dirigida por el magnífico William Keighley, uno de los mejores directores de la época dorada de Hollywood. La cinta comienza con un prólogo sobreimpresionado y voz en off, resultando su mensaje un tanto moralista sobre temas como la ley y el orden: “Los hechos que sirven de argumento a esta película han sido extraídos de los archivos del FBI. Siempre que fue posible se rodó en los lugares auténticos y con los mismos agentes que intervinieron en los acontecimientos”. Encontramos también un texto leído por la misma voz en off: “La callen en la que germina el crimen se extiende a través de toda América. Es la calle sin nombre. El pistolerismo organizado ha reaparecido. Si se consintiera su carrera desenfrenada, tres de cada cuatro norteamericanos serían sus posibles víctimas. Donde quiera que se quebranta la ley y el orden nos encontramos con la indiferencia ciudadana. Por eso hemos de estar alertas y vigilantes para hacer de Norteamérica una nación en paz”. (John Edgar Hoover).

El argumento nos sitúa en torno al FBI en el catorce de noviembre. 01:30 de la madrugada. Club de juego Meadowbrook. Afueras de Center City. Se produce un atraco. Asesinan a Hellen Jannings, ama de casa, en presencia de su marido. Cinco días después asesinan a Frank Malloy (Fred Graham), guardia de seguridad de un banco. El inspector del FBI George A. Briggs (Lloyd Nolan) ordena al agente secreto Gene Cordel, quien se va a hacer pasar por George Manley (Mark Stevens), infiltrarse en la peligrosa banda mafiosa comandada por Alec Stiles (Richard Widmark) quien lucha por imponerse en el submundo delictivo. El único nexo entre ambos casos es que ambas víctimas fueron abatidas ambos por la misma arma. Stiles es sospechoso de cometer los dos asesinatos, mientras realizaba un robo. Cordel-Manley, poco a poco se va aganar la confianza de Stiles, pero se expone a un verdadero riesgo cuando se filtra su verdadera identidad.

Película muy representativa del cine negro de los años cuarenta, protagonizada en este caso por un inspirado Richard Widmark, en su segunda intervención en el cine. El actor Mark Stevens también se presenta soberbio en su doble rol. Escrita y narrada con un estilo muy cercano documental, en ocasiones con cámara al hombro para acentuar la tensión y el peligro, la cinta se basa en hechos reales para crear un guión con una estructura excelente, lleno de diálogos breves y bien construidos. La fotografía resulta un elemento clave en la obra, y va de la mano del gran Joseph MacDonald, uno de los colaboradores habituales de John Ford.

Una obra de conjunto casi redonda y que merece la pena descubrir o redescubrir.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Benito Martínez del Baño
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23 de marzo de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Últimamente, no sé por qué, veo muchas películas de encargo. Esta lo es claramente del FBI. Proceso legitimista de Hollywood que al día de hoy espantaría. Ésta, en concreto, es la única que tengo de su director. Rodada prácticamente como si se tratase de un documental, narra las peripecias de un policía infiltrado en la organización mafiosa de Widmark (en su primera, o quizá segunda película). Todo está construido para mayor gloria del FBI que aprovecha la película para exponernos cuáles son sus técnicas de investigación, a veces con una voz en off claramente dirigida a ensalzar la labor de los profesionales de la ley.
Naturalmente pierde autenticidad, aunque quizá su objetivo no es triunfar como film, sino adoctrinar a las personas que la visionaron.
Me llama muchísimo la atención la figura de Widmark, acostumbrados como estamos a verle mayor, con arrugas, con esa personalidad en la cara tan típica de los clásicos actores de la industria que sorprende verle tan joven...
ÁAD
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9 de noviembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cine negro con aspecto de documental que emplea la voz en off de un narrador sobre imágenes de actividades policíacas que son el origen de esta intrigante trama basada en un caso real proveniente de los archivos del FBI.

Un policía federal interpretado por Mark Stevens se infiltra en una banda de peligrosos asesinos liderada por Alec Stiles, personaje gangsteril encarnado de manera magnífica por Richard Widmark y que recuerda bastante a Tommy Udo, el psicótico delincuente al que un año antes el propio Widmark había dado vida en la excelente "El Beso De La Muerte" de Henry Hathaway.

La atmósfera típica del 'film noir' está muy conseguida, con rostros ensombrecidos, calles mojadas y persecuciones nocturnas, mientras que la historia (que sirvió de inspiración para "La Casa De Bambú" de Samuel Fuller) está bien conducida y atrapa desde el primer minuto, resultando lo suficientemente cautivadora a pesar de su predecible conclusión.

Cabe destacar las breves pero intensas intervenciones de la actriz Barbara Lawrence en el papel de mujer del villano Widmark.
BartonKeyes
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