El niño que gritó puta

El niño rebelde más impactante y excepcional desde Antoine Doinel. La gracia hubiera sido ya oirle al niño su voz en inglés. Buen debut de Campanella, que ya anunciaba su capacidad para manejar historias humanas. O cómo hacer una buena historia por un puñado de dólares.

No sabría como catalogar la película, ya que es muy delirante, sobre todo el personaje del niño. ¿Culpa de todo eso? ¿La madre? ¿El gobierno mal administrado? ¿Malas influencias?

O te da por ponerte nervioso al ver ciertas cosas o te da por opinar que está sobrevalorado.

Tal como fuere, el niño protagonista borda el papel, se lo come con patatas. Un gran papel y una gran interpretación.

Lo más impactante de la película es sin duda que el protagonista sea un niño, que en mi opinión actúa de una forma impecable y te hace sentir que verdaderamente está desquiciado, en especial en las escenas rodadas en el psiquiatrico.

Película no apta para madres coraje cursis o personan que disfrutan con los pastelones.

Aunque el punto de partida es bueno, esto es, mostrar la evolución de una enfermedad mental en una adolescente que es prácticamente un niño, la idea no está bien llevada. No está bien llevada porque no hay una verdadera evolución. El chico se comporta como un rebelde, típico de la adolescencia, por lo que no está muy claro que padezca nada, y más adelante da un cambio brusco en el que ya está con la cabeza totalmente ida y soltando tópicos sin venir a cuento.

Tampoco me convence la edad. Los casos de esquizofrenia suelen darse muy avanzada la adolescencia, y no en un chaval de 12 ó 14 años.

Por otra parte tenemos a la madre, que da la impresión de que también está regular de la azotea, pero que conforme avanza la película cada vez parece más racional e inteligente, y que sin embargo no ve que el problema va a más.

Me gusta la idea, me gusta el desenlace y me gusta Karen Young. Harley Cross no sé si me gusta. Desde luego parece un niñato que necesita jarabe de palo (hasta ver que en realidad es un enfermo), pero creo que falla el doblaje. Tampoco es fácil doblar a un tartamudo.

Al final no hay moraleja, pero yo al menos hago esta reflexión. El chico puede que sea abominable, repelente, maleducado, agresivo, y todo los adjetivos que queramos ponerle, pero la verdad es que él no tiene la culpa de ser así. Con la medicación adecuada y enseñándole a reconocer su enfermedad, quizás pudiera llevar una vida normal o seminormal. Flaco favor hace esta peli a los enfermos mentales, que no sólo tienen que cargar con la cruz de su enfermedad, si no que además son temidos y excluidos por la sociedad.

El estudio psicológico de los personajes (sobre todo de la madre) es simplemente prodigioso. El tratamiento de las situaciones dramáticas, impresionante. El guión y las interpretaciones, sublimes. Una obra maestra absoluta, a la altura de "Corredor de Shock" o de "Leolo", film este del que está más próximo el de Campanella.