Desaparecido en combate

¿Será consciente, Chuck, del tamaño de su mito, o los Dioses, debido a que rebasan el ridículo marco espacio-temporal, no pueden verse a sí mismos desde fuera, no pueden distanciarse o despersonalizarse, ni siquiera tienen álter ego, conciencia, inconsciente y todas esas mierdas?
Qué pena lo de la atractivísima jefa diplomática que tenía ahí a huevo nuestro pétreo protagonista para montarse un "Emmanuelle", como con la Kristel (ay nuestro Don Manuel con la paloma y el clavel), y en cambio, el muy malnacido y poco agradecido la deja a dos velas, con un triste polvo mal echado, deprisa y por compromiso. Un "9 semanas y media" asaigonados en la cresta de la ola que hubieran pasado y así nos hubieran deleitado, yo los maldigo.
Dejemos los sueños venéreos y vayamos finalizando con una noticia mala, bastante triste y penosa, y otra buena, grande, sorprendente y hermosa:
- La mala: que yo creía que allí había cientos de americanos buenos esclavizados y apenas nos damos de bruces con cuatro pobres desgraciados, que daban ganas de echarles unas monedas, darles un abrazo y salir sin ellos pitando.
- La buena: Ese personaje inesperado (parecía un botarate sin alma ni vergüenza) que suelta como si nada, qué grande, lo amo, ya al final, lo de "nos veremos en el infierno" y se nos inmola por sus santos cojones, por su amigo y su patria, en un final de vida grandioso, hermosamente romántico, insuperablemente gallardo y bizarro, como de un español tercio.
De hecho, ya lo sabía, su cierre definitivo, por eso se había despedido testamento mediante de su gran amigo, hermano amarillo.
Y ya sí que me despido con ese fascinante, fulminante y perfecto final, gigante en su contundente y precisa sencillez. Plano congelado que cierra un montaje paralelo en el que se ve, por un lado, a los gerifaltes extranjeros a malas mintiendo y por el otro a los recién liberados con ansia llegando.
Viva Vietnam, la perla de Oriente y Viva Braddock, el diamante de Occidente.

Bronson hubiera ido directamente al campo de concentración invitado por algún amigo.

Al llegar se hubiera encontrado que los han matado a todos 5 minutos antes.

Se hubiera ido a Saigón y habría hecho una panda con la resistencia vietnamita, especialmente con los del hogar del jubilado.

Se hubiera comprado un tanque en cualquier "Cash Converters". Para hacer tiempo mata algún chino que otro y una diplomática se habría ido de Washington a Saigón para hacerle un favor.

Con el tanque y los jubilados arrasan Saigón, me refiero a que no queda piedra sobre piedra, que ríete tú del tsunami de Japón. Caen meteoritos sobre Vietnam, y las aguas de los ríos se convierten en sangre.

Bronson se va a casa. Fin.