Pacto de honor

Entretenido western, con un buen director y un Kirk Douglas en su salsa. No es una película de grandes pretensiones, pero consigue el objetivo de no defraudar, con un buen argumento en el que prevalecen, pese a las luchas con los indios, el deseo por ambos lados de llegar, pese a quien pese, a la paz. Como en muchos westerns, algunos de los personajes son ya comunes a ellos: el indio bueno y el malo, la guapa india que enamora al blanco, los bancos malos y el héroe que arregla todo. Aunque no ofrezaca nada nuevo, la película se puede ver.

165/03(07/12/18) Western funcional realizado por André de Toth, de los que se olvidan antes de terminarlo, destacable por la presencia del carismático Kirk Douglas, por una secuencia de asedio a un fuerte, por el escenario natural de Oregón (rodado en Bend en el estado, bajo la eficaz fotografía de Wilfrid M. Cline) engrandecido por la cinematografía en cinemascope, y por querer dar una bien intencionada visión humanista de los nativos americanos alejados del estereotipo cultivado hasta entonces de indios salvajes, aquí se les da carácter y alma, incluso promoviendo el ecologismo y el mestizaje, aunque loable queda todo muy buenista y sin matices, donde casi todos los blancos son malos y los indios son buenos. Resto son recursos ya muy vistos sin hondura alguna y cayendo en mil y un clichés. Basada en una historia original de Robert L. Richards, fue el primer film de Bryna Productions de Kirk Douglas, lanzada a través de United Artists, adaptado de una historia corta de Robert L. Richards (“Winchester '73”) y cambió de carrera para convertirse en carpintero luego de ser incluido en la lista negra como un presunto comunista, para un libreto que nos habla de la codicia, el egoísmo, la venganza, el racismo, y sobre todo de la corrupción moral frente al entendimiento entre diferentes, pero todo desde un prisma rutinario, con un desarrollo ramplón, en base a situaciones muy forzadas, con lagunas y comportamientos arbitrarios difícilmente entendibles. Señalar que fue el debut en USA de la modelo italiana Elsa Martinelli en el papel de una india (Onahti) interés amoroso del protagonista, al parecer recomendada por Diana Douglas que hace un papel en la cinta (Susan Rogers), entonces ex esposa (1943-1951) de Kirk Douglas, y madre de Michael Douglas. También aparece un desubicado Walter Matthau en uno de sus primeras apariciones en cine con un rol de villano que no le pega.

El protagonista es Johnny Hawks (Kirk Douglas), un macho alfa guía de caravanas de colonos que intenta llevarse bien con los nativos de las tierras por donde pasen las diligencias, incluso se echa una amante sioux, relación con un inicio bastante políticamente incorrecto visto hoy día, pues Johnny acosa y abusa de modo violento de la mujer, como si por ser hombre blanco y ella india esto esté bien, pues ella al final tiene que ceder (¿?), da grima este violento cortejo por el machismo salvaje que proyecta, donde el NO de una mujer solo esconde (en el manual del “buen” machista) un gran SI, esta subtrama es una loa (chirriante) al mestizaje. Pero este Jonnhy se ve que despliega un sex appel irresistible para las mujeres, pues una viuda se le insinúa descaradamente, Jonnhy es de los que prefiere lo que se le resiste. Kirk Douglas encarna al aventurero con su habitual carisma, empatía y acusada personalidad de líder, pero sin ser un rol mínimamente recordable en su dilatada filmografía; resto de interpretaciones no pasan de lo correcto. Hank Worden hace de un caricaturesco Oso Loco, un guiñol insultante de indio alcohólico, el actor hace otro pequeño papel como soldado guardián del calabozo; Los dos villanos Wes Todd y su compañero Chivington, son dados vida por Walter Matthau y Lon Chaney Jr., resultan presencias nada atemorizantes; Eduard Franz como el jefe indio queda con otro rol simplista; Diana Douglas tiene un papel bastante penoso arrastrándose tras el protagonista, sin saberse bien que ve en él; Elsa Martinelli derrocha belleza ya desde su sensual aparición bañándose desnuda en el rio, pero en un personaje florero, con cero química con Kirk Douglas.

Además tiene la cinta una vena violenta con la que intenta impactar, que intenta reflejar la violencia atávica de los nativos indios, esto mostrado en varias escenas, como al inicio cuando vemos de lejos dos cuerpos colgados letalmente de los pies, o cuando quieren quemar vivo a Wes, o cuando al final matan a un tipo (no quiero spoilear) cuando intenta huir, le lanzan una flecha ardiendo a la espalda. Aunque el momento mejor y más efectivo es el asedio sioux al fuerte, muy bien planificado, con diferentes estrategias de confusión.

La película queda en un esbozo de ideas sobre el ecologismo y el cuidado de la naturaleza, ello ejemplificado en los comentarios del jefe indio Nube Roja (Eduard Franz), hablando de que si vienen buscadores de oro a sus ríos destrozaran el territorio, o en el personaje Briggs (Elisha Cook jr), un fotógrafo del ejército estadounidense, encargado de documentar en imágenes el territorio aun virgen de Oregón; Con un metraje surcado por situaciones poco fluidas y estridentes, como ese triángulo amoroso estridente entre Johnny y dos mujeres, la sioux Onahti y Susan, un pegote lleno de escenas atropelladas y apresuradas orgánicamente, todas evolucionadas por imperativo del guión.

El director André De Toth está casi olvidado hoy, pero llevó una vida interesante. Pasó por siete matrimonios y tuvo 19 hijos en el camino. Entre sus esposas se encontraba la hermosa Veronica Lake (Los viajes de Sullivan).

Una vez más, vemos un Western en el que los malos son los hombres blancos. De nuevo una moraleja naturalista y espiritual que pone por tierra el dolor que ha traído a los hombres su ansia por el hierro amarillo. Kirk Douglas encarna aquí el papel de enlace con los indios, y se sobrepasa con la tierna sioux a la que, a fuerza de insistir con triquiñuelas que hoy le llevarían entre rejas, acaba uniéndose a ella en ese baño en el río.

Los paisajes son espectaculares, y los ataques que los indios hacen al fuerte con fuego imagino que el servicio de documentación de Hollywood lo ha llevado al pie de la letra. De ser así, menudo documento. Unido a todas sus rutinas, ya perdidas en la noche de los tiempos: la cámara de fotos, el whisky, los bailes, las vestimentas, los tipis, los ropajes… Es todo un homenaje al mundo Sioux.

Se puede admirar la puesta en escena, los refrescantes paisajes y la indudable calidad cinematográfica del episodio del asalto al fuerte por parte de los sioux, pero el resto de la película resulta rutinario y bastante tedioso. El guion no daba para mucho más, tópico y previsible de principio a fin, y la historia erótica del protagonista y la chica india se cae de puro banal. Muy mala la actriz, por cierto, y en cuanto a él, Kirk Douglas, pues hay que decirlo de una puñetera vez: todo lo que tiene de brillante lo tiene de cargante. No niego que haya hecho infinidad de interpretaciones magníficas a lo largo de su carrera, pero es un actor que, quizá por demasiado característico, siempre se pone por encima del personaje, y eso a muchos nos cansa, nos aburre.

Un western desvaído, inexpresivo, flojísimo, sin garra.
Me aburrí soberanamente, es muy torvo en su estructura, excesivamente tópico.
Es curioso, de De toth he visto 2 westerns muy encomiables ("El honor del capitan Lex y"La mujer de fuego") pero aquí fracasa.
En fin no todos los clásicos por ser clásicos tienen que ser maravillosos.
Un saludo, Efelson