A través del espejo

La más resplandeciente joya de un director que no anda precisamente escaso de ellas. Se trata de un turbio thriller de ambiente noir y escabrosas implicaciones psicoanalíticas (tan en boga en el Hollywood de la época), que adapta la mítica del doppelgänger a un sombrío marco urbano. El conjunto trasciende de largo el ejercicio de intriga bien resuelto. La interpretación de Olivia de Havilland, por otra parte, es extraordinaria.

En el cine, como arte de conjugación de elementos (y talentos), el resultado final, la obra, suele ser la resultante de sumas y restas, no siempre definidas con precisión, pero sí más o menos apreciables para la espectadora atenta. Y hay pelis en las que parece que todo suma (y nada resta). Ésta es una de ellas. Una amalgama de géneros (drama, suspense criminal, romance y unos sutilísimos, y minúsculos, toques de comedia) cocinada con un equilibrio inmenso; una trama psicologista (tan en boga en el Hollywood de esa época, una posguerra más traumática de lo que los fastos de la victoria pudieran haber hecho esperar) que confiere al sustrato criminal una riqueza de matices argumentales de lo más suculento; un ritmo impecable, de manual, como era pauta habitual en esa época y lugar (con 85 minutos le basta para trazar una narración sin fisuras); y una Olivia de Havilland, desplegando su doble papel de hermanas gemelas, en estado de gracia y con una variedad de registros apabullante, además de bien secundada por un grupo de actores de reparto de auténtico lujo. Todo eso metió Siodmak en la coctelera, y el brebaje resultante, creedme, es una pieza de cine de nivel superlativo. Quienes me conocéis, bien sabéis de mi condición de cinéfago: procuro ver de todo y no soy especialmente selectivo ni sibarita, mi gusto es amplio y poco exigente. Pero, entre tanto tetrabrick de vino peleón, echar mano a un gran reserva como éste, os puedo asegurar que deja el paladar en éxtasis.

De Havilland aparece por partida doble para dar vida a un par de gemelas, una tranquila y dulce y la otra malvada y desequilibrada. Ambas cobran protagonismo al cruzarse en sus vidas un misterioso asesinato, del que una de ellas parece culpable, la labor de la policía será desenmascarar cual de ellas. Resulta interesante ver a De Havilland en un papel distinto a lo que nos tiene acostumbrados y a la vista del resultado del film parece desenvolverse bastante bien en el drama.

¿Cómo es posible que Olivia de Havilland no fuera nominada al Óscar en este tremendo papelón? La película la sostiene ella con soltura, encanto, gancho… En un ir y venir de roles, dos hermanas en ella, que no se hablaba con la Fontaine, su hermana biológica (protagonista de Rebeca).

La historia es muy “Hitchconiana”, en donde sabemos el asesino/a desde el principio de la película, pero eso no es lo que importa, sino más bien la forma en la que vamos a descubrir quién es. Nos enfrentamos ante una barrera de cauce legal, el hecho de no poder identificar a una persona porque… ¡hay otra exactamente igual!

El guión te coge de la mano y te aprieta, para que no te pierdas, usando el recurso manido de los colgantes de los nombres de las hermanas, para que no tengas ni una duda. Aunque la Havilland se encargó de eso; de eso y más.

Un fantástico descubrimiento que ha hecho que mastique cada fotógrama de la obra. Una delicia.

La láminas de Rorschah sobre las que se deslizan los títulos de crédito anticipan el tema general de la película por si su propio título no resultara ya bastante explícito.
Muy del gusto de aquellos años, R. Siodmak no duda en abordar un asunto complejo y supo cómo impregnarlo de un clima permanente de intriga y tensión.
Y aunque la cinta pueda hoy parecer ingenua desde el punto de vista judicial o psicológico, esa carencia habría que achacarla a V. Pozner, a cuya autoría se debe el relato en que se basa.
Desde el punto de vista cinematográfico -que es es que nos interesa- la obra es irreprochable, perfectamente construida y con un sentido del ritmo envidiable.
Directa, amena y con el suspense instalado como permanente invitado en la pantalla.