Footloose

Beaumont es un pueblo del interior de Estados Unidos en el que la convivencia es opresiva y asfixiante. El control social que existe en esta población produce en los jóvenes un angustioso anhelo de liberarse de él, ya sea a golpe de baile en una nave industrial del protagonista, un duelo de tractores o pasar de un coche a una furgoneta mientras viene un camión de frente. Además, el reflejo de esta sofocante comunidad rural provoca un acoso a lo que representa Kevin Bacon, lo nuevo, lo urbano, lo prohibido. Pero es gracias a este acoso que encuentra a su amigo en el pueblo, ya que basta un choque fortuito en los pasillos del instituto para darse cuenta que están en la misma onda.
No sólo es el protagonista el que ansía libertad, sino también el personaje de Lori Singer, hija del reverendo del pueblo, que en cuanto te descuidas acaba en el bosque con un tío "ansiando libertad".
Lo más destacable de la película, sin duda alguna, la banda sonora y las escenas antes comentadas en el que los jóvenes buscan desapegarse de esa convivencia.

“Necesito un héroe/ voy a estar esperando un héroe hasta el final de la noche/ y él debe ser fuerte/ y debe ser rápido/ y debe estar fresco para la batalla/”.

Inspirado (a mi parecer) en la Tardienta de los años 40, Beaumont es un pueblo lleno de gente guapa y con ganas de churrar, chavalada pintoresca al estilo Twin Peaks. Desde la llegada de Ren (Kevin Beacon), los gañanes del lugar tendrán que comenzar a desempolvar sus mejores pasos de baile, pues al igual que ocurre con los tazos, las tabas, la peonza o el peyote, la nueva moda se acerca a pasos agigantados.

Sin embargo, a pesar de que las bragas de las zagalas del lugar comenzarán a escurrirse ‘pierna abajo’ desde el primer momento con la llegada de Ren, el joven pasará por un proceso de aclimatación al pueblo que no será precisamente fácil. Bien es cierto que, la amistad con el personaje que encarna un (entonces) escultural Chris Penn, resulta todo un flechazo a primera vista que facilitará su adaptación al entorno.

Difícil resistirse al personaje que Herbert Ross (director de “Soy tu hija, ¿no te acuerdas?” y “Nijinsky, una historia verídica”, entre otras) construye sobre la majestuosa figura de Kevin Beacon, naricica grimosa incluida. Y sublime, como siempre, el polifacético John Lithgow (Dexter, Cosas de Marcianos) en su papel de cura del pueblo y padre de una fresca con ansias de libertad interpretada con más voluntad que acierto por Lori Singer.

Pero ante todo, finalizados los 107 minutos, Footloose deja dos escenas grabadas a fuego en tu retina. La primera de ellas, un duelo a muerte por atropello. Los dos machos alfa del pueblo se enfrentan, a lomos de sus tractores, en una batalla épica que termina decantándose de la forma más insospechada. Imagínense la tensión, solamente rebajada gracias al pundonor que es capaz de transmitir el single ‘I need a hero’, de Bonnie Tyler, sonando desde el radio cassette portátil que se había llevado Ren a la cita. La segunda escena, también relacionada con vehículos de motor y peligro, trataré de no destriparla a través de esta humilde crítica.

En definitiva, un film absolutamente recomendable para aquellos que, en una tarde de domingo, sean capaces de transformar un drama-musical en una comedia más que amena ayudados de un pack de seis cervezas y buena compañía.

Película mítica de la década de los 80 que catapultó a la fama a Kevin Bacon, y que cautivó a toda una generación de público juvenil que disfrutaba con los bailes y las canciones.
Herbert Ross dirige este film que nos presenta a un joven que se muda a un pueblo que tiene ciertas normas extrañas. Unas leyes excesivamente puritanas que intentan proteger a los jóvenes de los peligros de la nueva sociedad que avanza a pasos agigantados. Y entre esas normas está el de no escuchar música y como consecuencia no permitir el baile.
Yo no había visto nunca esta película; así que he podido comprobar de manera virgen como ha evolucionado la calidad del film durante estos años. Y tengo que reconocer que la película sigue funcionando después de estos años y se disfruta bastante bien desde el principio hasta el final. Y es que su trama siguen enganchando y resulta interesante no defraudando.
Hay que reconocer que no es una obra maestra, pero dentro de su sencillez tiene algo que uno no pueda evitar sentir interés por lo que se está desarrollando. Y eso es algo muy bueno; ya que un film que puede parecer bastante simple, acaba convirtiéndose un film que convence.
La película se hizo famosa por su trama, pero también por sus bailes y sobre todo por su banda sonora. La conocidísima canción "Footloose" fue una de las que más sonaron ese año, y actualmente sigue sonando en la radio y es reconocible debido a la fama mundial.
Kevin Bacon es el protagonista de esta película y su trabajo resulta bueno. Él es un actor que siempre se ha tenido en cuenta en el mundo del cine, pero nunca ha conseguido lanzar su carrera hacia un gran estrellato. Pero tengo que decir que es un buen actor y que siempre convence.
Junto a él varios secundarios de lujo que demuestran también su enorme talento. John Lithgow y Dianne Wiest dan vida a ese matrimonio que intentan proteger a los jóvenes de ese futuro alocado que se avecina. Y también una joven y desconocida actriz en esa fecha. Es Sarah Jessica Parker. Ella da vida a una de las mejores amigas de la protagonista Lori Singer.
En fin, "Footloose" es una película que habla de la evolución de la vida. De como la sociedad cambia con cada generación y que dicho cambio lo realizan los jóvenes. Y es que esos nuevos cambios no tienen que causar un peligro, y que los que son adultos o ancianos ahora, han sido jóvenes antes y también rebeldes. Un film que convence y distrae; disfrutándose bastante bien.

Una muy buena película con un reparto que se hizo más interesante conforme pasaron los años, con unos irresistibles Kevin Bacon y Lori Singer a la cabeza. Footloose es una película de la que se habla poco y bien podría incluirse en una lista de las imprescindibles de la década de los 80, o por lo menos en una lista que pretenda recoger la sociedad de entonces.

La película puede parecer disparatada en su concepto: una distopía donde el baile está prohibido, pero la realidad es que está basada en leyes reales que aparecieron en algunas localizaciones de los EEUU más rurales y donde la religión reinaba por encima de todas las cosas. A partir de ahí, Footlose se va por los derroteros de una comedia romántica a su manera, pero brilla más cuando no se centra en nada. Las coreografías disparatadas parecen fuera de lugar, pero pronto encajan en un mundo de carreras de tractores y miradas de rechazo a los foráneos.

Con una banda sonora sensacional, aprovechando el tirón de éxitos del momento y recopilación involuntaria de grandes éxitos de los 90, Footloose se alza como una película todavía por descubrir para muchos.

Inspirada en hechos reales ocurridos en la pequeña comunidad rural religiosa de Elmore City, Oklahoma, esta cinta nos anima con un bailes y momentos que nos recordaran a películas como: El lagrima o Grease. Esos si sin cantes de por medio pero siempre con el toque musical.
En ocasiones se nos hará algo lenta pero es entretenida y los bailes curiosos nos transportaran a los 80.
Se deja ver.
Lo mejor: La música y la agilidad de Bacon.
Lo peor: Es algo lenta y las veces que se la intenta sacar adelante comete el error de ser con situaciones demasiado típicas.
Mejor escena: Cuando baila solo.
Curiosidades: Es el primer papel en el cine de Sarah Jessica Parker.
El papel de Ren McCormack originalmente iba a ser para Jon Bon Jovi.
Existen escenas de la serie de animación Padre made in usa que hacen referencia a esta cinta incluso tomas de la película.