Bronson

A Bronson no le falta estilo. Es más: tiene una coherencia visual impoluta. Otra cosa es que cuente una historia. Y es en este apartado cuando el film decepciona. El personaje mata porque sí y acaba allá donde empieza: siendo un tirano por exigencias del guión, sin un por qué que explique su comportamiento, sin una evolución psicológica o una elaborada creación de personajes. Las formas payasescas del personaje, de bufón perverso que cuenta su historia a un público sin rostro, sólo funcionan a nivel visual, como forma carente de contenido, como una impostura o actitud provocadora, histriónica y crispadora porque sí (la del director y la del personaje). No hay nada que justifique nada, no hay nada que me interese de Bronson, y por consiguiente sus imágenes no me atrapan, por muy bien rodadas que estén (o por muy lograda que sea su atmósfera).

La etiqueta de 'La naranja mecánica del S. XXI' le queda muy grande, enorme, inmensa a Bronson: el Alex de Kubrick era fruto de un contexto, era una víctima y un verdugo, un personaje terrorífico, lleno de matices; Charlie Bronson sólo sirve para que el director confeccione escenas frías, en su mayoría nausebundas. Sólo la disfrutarán aquellos que cultiven películas efectistas, copias de la estética y la no ética de algunos videojuegos sádicos. ¿Cómo puede ser que el personaje de la madre resulte tan plano y al final ocupe una posición tan anecdótica en el relato? De mal gusto.

Xavier Vidal

Muchos se han aleccionado a la adjetivización de "Kubrickana" al referirse a esta "Bronson". Quizás algunos planos terminan pareciendo, más que por modo y ejecución, por carga. En mi opinión lo Kubrick aquí es una consecuencia de
escenario, temática (si se quiere se puede encontrar analogías de este film con "La naranja mecánica", tratamiento de la delicuencia por las instituciones penales, cierta ambigüedad moral en el acompañamiento del autor con su personaje protagonista) y sobre todo las ganas del respetable (aquí les doy la razón) en tratar de traspasar la corona de un cine (el de Kubrick), que trata de ser rentable sin plegarse al gusto de los estudios, que trata de ser profundo desde partidas, si no pueriles, tremendamente sesgadas, ccon mucha calidad técnica.

Está la excelencia técnica, y aquí Winding Refn, se posiciona al ladito de Paul Thomas Anderson. Niños prodigio de esto del cine. Quizás Winding Refn mejor en la gestión del montaje y el acompasamiento global de un film; PTA con más intencionalidad en el guión y el juego de causas no mostradas (donde en Magnolia es moda y en pozos de ambición certero mecanismo de guión).

Siempre hay un estigma en cada una de las películas de PTA. Con Boogie Night sobrevuela el espíritu de Scorsese, y el talento del director no vence la fuerza gravitacional del homenaje. Con "Magnolia" tenemos el deja vu constante de Altman, y no apreciamos cada escena que planifica éste con toda la exactitud, fiereza y mando posible; una dirección tremendamente templada, firme, con algún momento como el "Wise up" que extrañamente funciona como innovación válida pero por algún motivo no llega a ser perdurable. Es además "Magnolia", hija obediente de su tiempo, donde lo que preocupaba era si se podía sacar factor común de las variables infinitas y la teoría del caos en el terreno artístico. Se disociaba la causa de la consecuencia. Cualquier causa era ninguneada, pero sin embargo se pontificaba la consecuencia (summun del existencialismo postmoderno y olé).
Quizás a propósito de este tema siempre nos venga a la mente "Magnolia", pero lo que tengo claro es que cuando se estrenó, lo primero que pensé fue aquello de "otra vez esto?".

Es ver "Embriagado de amor" y pasarme por la cabeza los hermanos Cohen.

Hasta "pozos de ambición", tenía claro que a PTA, siendo un excelso cineasta, le faltaba mundo propio e inquietudes; que se apuntaba a cualquier carro. Un gran cineasta puede ser más tonto que nosotros. Pero lo que tenemos que exigirle a un gran cineasta es que haya sentido. Y PTA es un tipo inteligentísimo pero ni le gusta, ni le interesa de lo que habla. Yo creo que ni le gusta el cine.

Ahora está centrado en una película sobre la religión, y quizás eso sea lo que realmente le lleve a mojarse un poco más. Quizás de ahí salga algo propio, articulado y realmente disfrutable no sólo como ejercicio impersonal.
(continuo en spoiler sin peligro)

Bueno, mas que Bronson el puto amo es Tom Hardy que da una lección de como sobreactuar, totalmente desatado en una película que descoloca conociendo la todavía corta filmografía del director danés de moda, un tipo muy singular que hace un cine extraño, hipnótico y en ocasiones algo difícil de digerir y pedante.

Como decía, la película descoloca por la explosión de energía que desprende Bronson, un personaje que no se calla ni un segundo, antagónicamente a los personajes que dibuja el director en otros films que prácticamente rayan el autismo. Puede que recuerde a ese otro loco presidiario que protagonizó un inexperto aunque genialmente irreconocible Eric Bana en "Chopper" también basada en hechos reales y también un "personaje" con todas las letras que por supuesto tiene su correspondiente horda de fieles seguidores.

Bronson es sin duda una película muy particular y que puede resultar un tanto chocante a causa de su extravagante hilo de narración tan poco convencional, la cuestión es que la película a priori no parece mas que el intento de un director primerizo por llamar la atención y abrirse hueco pero si uno ahonda un poco verá un trabajo hecho con mucho mimo, capaz de dejarte una pequeña huella durante mucho tiempo, cosa que no resulta casual si juntamos a uno de los directores emergentes mas interesantes y a un maravilloso actor que promete ser uno de los actores jóvenes con mas proyección del momento. Película difícil pero muy interesante.

Un tipo cuanto menos curioso este Bronson, la historia de un hombre que lleva mas de 30 años en prisión de los cuales casi íntegramente los ha pasado en aislamiento, su historia provoca fascinación en la gente y no paran de correr rumores acerca de los disparates que supuestamente ha perpetrado, los cuales van poco a poco forjando su pequeña leyenda, la leyenda del tipo mas peligroso de Inglaterra.


"La gente verá lo que fui en un tiempo: un hombre atrapado en un malvado y corrupto sistema penal. No saco pecho. Fui realmente horrible, violento, malo. No estoy orgulloso de ello, pero tampoco me avergüenzo, porque por cada golpe que he dado he recibido 21".
-Charles Bronson-

Inclasificable masturbación fílmica sobre un tipo violento que parece ser existió realmente (dado la huella que me ha dejado la película no me he molestado en saber nada más que lo que aquí he sufrido) que al entrar en prisión decide cambiarse al nombre a “Charles Bronson”.
La experiencia me ha demostrado que perder el tiempo diseccionado un castañazo que parece ser a los enteradillos de turno les mola un huevo, no cuento nada mas, eso sí a ver si tengo suerte y algún valiente hace una crítica defendiendo esta payasada para añadirle a “Mis críticas favoritas” (sección “cosas veredes”).

A ver si me aclaro: el film dirigido por este danés Nicolas Winding Refn, salvo por una espectacular fotografía y una música puesta de maravillas, es un fiasco que no se sabe bien por donde cogerla, como olla hirviendo sin manijas... Salta de una escena a otra sin continuidad y de una manera grotesca y sin sentido, tampoco se sabe bién que quiere contar sobre un preso extramadamente violento, que aunque algunas pinceladas de su niñez tratan de justificar, todo se sumerge en una superficialidad, incoherencia y estupidez con muy poco sentido. Pero ahora sí: "la actuación de este Tom Hardy es descollante al límite del Oscar", pero es que sus movimientos, sus gesticulaciones, miradas, silencios, gritos y exclamaciones, su violencia imparable, sus monólogos en el escenario, su diálogo con la mujer, sus sonrisas y su llanto, su ingenuidad a veces y su locura casi siempre son para mi humilde entender un despliegue de verdadero arte escénico, parece ser un verdadero actor de teatro, si bién no indagué en su currículum, su interpretación linda lo magistral, y me banqué este bodrio solo por degustar su maravillosa puesta en escena.