Esperanza y gloria

Me sonaba un montón la cara de la protagonista, y me fui para el Google to escopetá. Claaaaaaro, Sarah Miles, la descocada y ardorosa señora de Mitchum en "La hija de Ryan". Una cara inolvidable para una actriz de impresionante presencia, al menos en otros tiempos. En esta película, sin embargo, aparece totalmente anodina, se la reconoce por los rasgos inconfundibles pero nada más. Sí, es cierto que el personaje carece de la fuerza y el ímpetu de aquel otro que la hizo famosa pero aquí se supone que sobre ella también recae buena parte del peso del filme, y sin embargo su presencia pasa casi inadvertida y no consigue dotar al personaje del menor atractivo. Qué triste decadencia!

Y como ella todo lo demás. Una historia completamente insípida, sin la más mínima chispa. Cabezada va y viene, confieso que no conseguí llegar despierta al final. Sé que sonaban sirenas y todos corrían a los refugios antiaéreos. Qué novedoso! Algunos amigos y parientes se iban a la guerra pero luego volvían de permiso de vez en cuando y hacían comidas en el jardín y bailaban y cantaban, todo como muy flowerpower para estar en mitad de un conflicto bélico. Y poco más puedo recordar entre pestañada y pestañada.

Me dormí yo, se durmió mi perro y no se durmió más nadie porque estábamos solos. Igual la mosca tse-tse me ha contagiado la enfermedad del sueño, porque esto no es normal; es incluso lacerante. Llevo dos días seguidos quedándome sopa delante de la pantalla viendo películas que yo misma he elegido. Y lo peor de todo es que ahora mismo estoy entrando en trance mientras cuento el sueño que me dan.

Pues sí, como dijo alguien, qué grande es el cine! Y yo añadiría: y a veces qué poderoso somnífero.

Vale que John Boorman mirara con cierta añoranza su infancia durante la Segunda Guerra Mundial. Pero de ahí a que a esta vivencia en la que se basa su película tenga algún interés dista bastante. No diría que aburre porque no es lenta, se suceden muchos episodios y, quieras que no, uno sigue las andanzas de este niño y su familia con cierto interés, pero sí que a la postre es tremendamente superficial. Recuerdos, anécdotas y poco más en "Esperanza y Gloria", si descontamos una música bonita, la riquísima nena Sue (Geraldine Muir) y unos cuantos golpes de humor que hacen más llevadero el visionado.

El intento de ofrecernos la guerra a través de una mirada infantil, mezcla de miedo, inconsciencia y fascinación, no llega, entre otras cosas, porque Boorman se olvida de ella en toda la parte final. Se aproxima más al costumbrismo y al melodrama con esa historia de la hermana de Billy, que no sólo es tonta, sino que además tiene una suerte inmensa con ese militar canadiense. A ver cuantas acaban como ésta. Poquísimas. En definitiva trabajo correcto pero anodino pese a las 5 nominaciones a los Oscars en 1987, incluida a mejor película, del que lo mejor es su precioso título, "Esperanza y Gloria".

"Hope and Glory" puede estar considerada dentro de esas películas a las que llamamos "Viejitas pero Bonitas", esos filmes que quedaron registrados en las páginas doradas de la historia y que llegan, día tras día, a más público que las consume.

Sebastian Rice-Edwards es Billy Rohan, un niño que vive en un vecindario a las afueras de Londres, quien vivirá junto con su familia algunos de los conflictos de la Segunda Guerra Mundial y los bombardeos alemanes. Y es aquí donde empieza la magia, ésta cinta busca un enfoque diferente sobre los horrores de la guerra, alejándose de "La tumba de las Luciérnagas"; John Boorman nos abre la puerta para entablar un retrato fotográfico que captura no sólo la época, sino también la esencia y las emociones que se sentían en ese momento, en ese lugar.

La película vislumbra una mezcla de temas separados por las líneas de la edad, vemos la perspectiva de Billy y su familia, (especialmente de la parte femenina de esta), con respecto al patriotismo, la esperanza y la gloria, mientras tanto, Billy se cría en este mundo mirando hacia arriba, maravillado por cada zeppelin, granada fragmentada y escombro que se cruce en su camino. A su vez, Billy va perdiendo la inocencia y la historia se va desenvolviendo con una mirada infantil, pero nada inmadura, hacia los descubrimientos adultos, tales como el acercamiento al sexo, el entender del amor y el dolor curioso y repentino de la pérdida.

Dentro de la familia contamos con dos formidables intérpretes femeninas, Dawn, (Sammi Davis), una adolescente jovial, locuaz y puberta, que intenta evolucionar en los tiempos de guerra; y, además, tenemos a Molly, (Susan Wooldridge), una madre comprensiva, empática y conmovible que nunca dejará a sus hijos.

Lo interesante es que el filme es... divertido. Incluso uno puede llegar a reírse con una de esas bromas en los tiempos de desdicha, (escenas de humor estrafalario como la del portazo en la mano o la de la fila de mirones), por ahí se desprende el mensaje sobre devolverle a la vida el regalo que nos da, darle un "pase" a la vida, (en cricket); el director busca una visión optimista de esperanza sin tratar de idealizar la guerra, simplemente sincerandose con sus memorias provenientes de su familia y de su modo de vivir.

En definitiva: Aunque trate sobre el Blitz, "Hope And Glory" es nostálgica, emotiva y, por ratos, divertida. Uno se vuelve a sentir un niño otra vez, sólo que un niño observador contemplando la guerra. Rice-Edwards ofrece una interpretación sólida y encomiable.

Calificación: 8.3/10

No sólo de buenas intenciones se hace una buena película. Tratar de representar el lado humano de las guerras no es tarea fácil, pero en este caso es que parece que ni siquiera se lo han propuesto.

Para empezar, es aburridísima. Casi dos horas de historias vacías que no te dicen nada. Además, los actores no te transmiten ni un ápice de lo que deberían. No es más que otra película más del género, que no le llega a la suela de los zapatos a "El pianista", "Rebeldes del Swing" o "Salvar al Soldado Ryan". Es más, para emocionar al espectador lo único que deseas es que todos los personajes mueran en algún bombardeo para que la película se acabe. Debería de aprender, por ejemplo, de "Cinema Paradiso", aunque no sea de la guerra. ¡Ahí sí que se te ponen los pelos de punta!

En fin, no perdáis el tiempo viendo esto, que hay por ahí películas de la Segunda Guerra Mundial mucho mejores.

Esta película recuerdo que siempre que iba al video club, veía su caratula. Era el tiempo del VHS, de los videoclub de barrio (al menos en mí país, el delgado Chile). Varias veces la tuve en mis manos, y al final optaba por alguna otra, por diversas razones, que ni me acuerdo. Pero....., creo que me equivoqué, y no porque ahora que la veo me haya gustado mucho, sino que es de esas películas que el paso del tiempo les deja en evidencia. Su falta de profundidad para el tema que trata, me falta el desgarro, el dolor, o si lo hay no me lo transmite. Técnicamente me pareció pobre, la producción es bastante austera, por decirlo de forma elegante, algunos de los actores no están a la altura, algunas bromas se ven ridículas, y sus actuaciones poco creíbles, y eso es de lo peor que le puede pasar a una película. Todo el metraje en general, me pareció un inacabable prologo para algo que nunca llegó. No es del todo descartable, ni un bodrio, pero con una máquina del tiempo que me llevara a los 80's nuevamente, a la época en que fue filmada, tal vez, y solo tal vez, me hubiese permitido tenerla en mayor consideración. Debí haberla visto en VHS, no en HD.