Ken Park

Ken Park se abre con la imagen de un adolescente, al que sabemos que le gusta el skateboard. Enciende su cámara, saca una pistola, sonríe, y se se atraviesa la cabeza con una bala. Toda una declaración de intenciones que revela la crudeza de un film capaz de mostrar lo más terrible de la juventud pero alejándose de cualquier punto de vista subjetivo.

Hay mucha gente que odia a Larry Clark, y más en un país como el nuestro, en el que muy pocos saben que su trabajo empezó en los años 70 como fotógrafo, retratando a jóvenes de la calle mientras se drogaban o tenían sexo, en una rutina que él mismo vivió como un adicto y en la que ha volvió a caer con el paso de los años. Su primer trabajo en este campo, Tulsa, supuso una revolución en su tiempo al retratar una adolescencia distinta a la que los medios de la posguerra habían mostrado, y al apartarse completamente de la consolidada moral americana. Además, fue admirado por autores como Martin Scorsese, John Cassavetes, Francis Ford Coppola o Gus Van Sant, autores que después influirían de manera notable en su obra cinematográfica con películas como Taxi Driver, Shadows, La Ley de la Calle o Mi Idaho Privado, todas ellas clásicos del cine.

Por eso, decir que Larry Clark es únicamente un viejo verde o un provocador es, primero, desconocer por completo su obra y su contexto, y segundo, perderse a uno de los autores más arriesgados del cine americano, más interesantes en cuanto a sus temáticas y más honestos en cuanto al tabú del sexo (porque, vamos a ver, nadie se escandaliza cuando el Schwarzenegger de turno mata a varias personas en una película -pensemos en el termino MATAR, QUITAR UNA VIDA HUMANA...- pero si se ven unos genitales en la pantalla hasta los más liberales parecen escandalizarse).

Dejando a un lado la absurda polémica que siempre ha acompañado a su autor, y sobre todo a Ken Park, es esta una película distinta dentro del marco de su filmografía. Al contrario que en obras como Kids o Bully, en esta los adolescentes no son lo único que el director enfoca, sino que también presta atención a unos padres que en otras cintas estaban ausentes y podrían haber sido las razones del desarraigo de sus protagonistas. Pero aquí hay algo más escalofriante. Esos padres están con sus hijos, y todos les quieren, pero son incapaces de escucharse. Ya sea por el recuerdo de la mujer ausente, por la soledad del reprimido, por la diferencia absoluta y el desconocimiento, o por la demoledora rutina de la clase media, en Ken Park el abismo generacional entre la pubertad y la adultez no hace más que agravar la tensión latente de unos niños que no saben a dónde dirigirse, que no encuentran la manera de comunicarse, o que son incapaces de hacerlo llegando incluso a la psicopatía o el suicidio, lacras de una etapa vital convulsa, en la que la belleza de los cuerpos jóvenes representa lo efímero, la seguridad de que esa belleza pronto se perderá.

(Sigue sin Spoiler)

Apago el Dvd, y realmente no sé lo que he visto.

¿Qué puedo explicar en una crítica si no consigo ordenar las ideas en mi cabeza?

¿Qué es Ken Park? Ken Park es una sucesión de orgasmos en un grupo de amigos, no hay más, que nadie espere una filosofía oculta porque no la hay.

No cuenta nada interesante, no sabemos nada de los personajes, ni sus miedos, ni sus objetivos, ni siquiera lo que hacen, sólo conocemos su vida sexual. ¿Realmente me importa que a un tío le guste ahorcarse con el cinturón de una bata mientras se hace una paja? ¿Es importante saber que a una chica con un padre ultraconservador le gusta atar a su novio para tirérselo?

Seamos serios, si quiero ver sexo me compro una película porno, no veo este pseudo producto escrito por degenerados mentales, que pensaron que escribir una película en la que sólo las imágenes de sexo formasen parte de la historia, sería divertido.

He visto Ken Park y me he quedado igual que estaba, pronto quedará relegada en el olvido y si alguna vez mirando la nota en filmaffinity, me pregunto que es esta película de la que ya no recuerdo nada, sólo tendré que leer la sinopsis, que es en sí misma la película entera, a falta de unas cuantas imágenes.

96 minutos absurdos, que podría haber empleado en infinidad de cosas mucho más productivas e importantes que ver esta mierda.

Quien haya visto "Kids" le aconsejo que la vea en sesión doble con "Ken Park" ya que, puestos a radicalizar en un film de fuerte contenido sexual pero sin tapujos a la hora de indicar quiénes son los partícipes en el juego, comprenderán que no solamente el sexo, como ocurría en "Kids" puede tener sus consecuencias.

No es un film erótico. Hacerle un cunnilingus a la madre de la novia del instituto o montar un trío en esta película no es erotismo, ni pornografía.

"Ken Park", entre otras escenas es, en toda regla, la liberación y desahogo del descontento de este grupo de jóvenes. Solamente Ken, el pelirrojo, no sobrevive. Larry Clark no nos pretende mostrar el lado oculto de las pasiones de unos jóvenes sinó el modo de resolver sus preocupaciones ya sea practicando el "skate board" o a golpe de pajas.

Y los padres y abuelos que no entienden nada, por su condición o no, que se limitan estar sentados en el porsche dando por hecho que todo va bien; o los que abusan después de beber cerveza y mear al mismo tiempo; a los que anteponen la jodida religión con sus dogmas y frasecitas amenazadoras del Apocalipsis. Y la bomba de relojería que está a punto de estallar en los chicos. Esto es porque hay algo que no funciona.

Que no digan que el señor Clark no se preocupa por la adolescencia.

Hay veces en los que el denominado cine de culto tiene una definición tan difusa que productos como éste acaban colándose, aunque sea con ayuda de vaselina.

No nos equivoquemos, Ken Park es una mala película, incluible o no en esa extraña "generación" de películas de culto, que solo pretende turbar a los espectadores y nada más. Por supuesto, podemos encontrar un millón de mensajes subyacentes en ella, pero esto ocurre con todas las películas del mundo, desde Ken Park hasta Karate a Muerte en Torremolinos.

Ken Park es una película incómoda de ver, pero no es por esto por lo que la película es tan mala, el verdadero problema de ella es que se centra en incomodar y no en dar una cinta con algo aprovechable. No hay nada en absoluto que sea digno de mención en esta película, tan solo un desfile de miembros viriles en pantalla propios del cine porno más directo.
Pensemos esta película como una película porno, añadámosle esos diálogos irrisorios del cine X entre medias de cada escena y suprimamos la música sustituyéndola por la típica de ese cine. El resultado es (con matices, si) una película del género. ¿Qué cambia si en vez de esos diálogos irrisorios incluimos unos diálogos que pretenden ser serios y sustituimos la música por una música de "diferente" calidad"? El resultado es bien parecido, sobre todo cuando el 70% de la película pretende llamar la atención en ese aspecto.

Por supuesto la película cuenta con suficientes defensores como para considerarla de culto, con suficientes espectadores que "han captado" ese mensaje subyacente que el resto de los humanos no hemos visto. Ken Park no es más que una película agonizante por llamar la atención, desesperada e incluso inmadura, que trata de filtrar una profundidad en los personajes que se ve eclipsada por su mediocridad. Ken Park no sirve como reflejo de la juventud, tan solo es el reflejo de un grupo de dementes personajes que provocarán la risa del espectador si es que no decide dejar de ver la película al instante. Tan solo el inicio se salva, por interesante e inesperado, aunque es algo más que engañoso que poco (nada) tiene que ver con la película.

Hasta la sinopsis es mucho más divertida que la propia película.

¿Con qué nos quedamos de esta película? ¿una guarrería con la excusa de cine alternativo y crudo como la vida misma? ¿o un drama intenso sobre las duras relaciones paterno-filiales de los personajes? ¿o todo a la vez? ¿o todo lo contrario?
A mi me dejó algo frío, las historias de los chicos son duras y amargas (pero en ambos sentidos, tanto los padres como los hijos tienen cosas de que avergonzarse), pero utilizar como vehículo el sexo y algunas escenas explícitas bastante pasadas de rosca, pues le hace perder enteros. Pero en sí mismas, estas escenas no es que sean duras por lo que sale, que son cosas que pasan, si no por la recreación del director en estas escenas, que en algún momento rayan el mal gusto; y en algún caso son aboslutamente gratuítas, ya que no aportan nada a lo que está pasando.
El carácter frío de casi todo el film, unido a que faltan detalles de los propios personajes para definir el como y el porqué de todas las degeneraciones, hacen, al final, que todo quede muy distante, una sucesión de escenas que ves con poco "amor".
De todas maneras no está mal. El tipo de películas que, o las ves sin prejuicios, o acabas por pegarle una patada al DVD.
PD: Me quedo con la resolución de la historia de Tate, con mucho la mejor escena de todo el film.