Slovenka (A Call Girl)

No sé por qué le doy un seis si la crítica que tengo que hacer de Slovenka es bastante negativa, pero bueno, así de incoherente es uno...
Historia de una chica de 23 añitos que estudia filología y se prostituye no para llegar a fin de mes o ayudar a su familia, no, para comprarse un mega apartamento en la mejor zona de la ciudad.
Por cosas del azar uno de sus clientes se pega un atracón de viagra y la palma en el hotel, y resulta que es un alto comisionado de la UE, por lo que de repente nuestra chavala se ve perseguida por la policía, por su ex, que se divorcia de su mujer por ella y por una banda de proxenetas, ahí es nada.
Pero como el director no quiere ser demasiado sórdido, nuestra chica sale adelante y vuelve a casa de padre rockero devorador de huevos fritos.
Vale.
Hemos visto cien veces la historia de mujeres que se ven obligadas a venderse.
También la de mujeres que se venden porque les gusta.
En Slovenka hay un tibio término de medio que ni la fantástica interpretación de su protagonista logra salvar.
Y para más inri, la chica no hace más que inventar historias de tumores para salir adelante. Vergonzoso.
Pero bueno, dejando esas frivolidades claras, la película es bastante decente y la prota más que buena.
Ni Princesas ni Cabiria...

Desde Eslovenia llega una película simple pero efectiva, con unos paralelismos inevitables con la inolvidable y mítica Lilya 4-Ever, pero con un estilo y una dinámica muy distintos.

Aleksandra, la protagonista, intenta sacarse su carrera universitaria haciendo 'algún que otro trabajo extra'. Sin quererlo ni saberlo, su vida empieza a ser 'la bala de una pistola en un extraño juego de la ruleta rusa'. Pero no por ello pasa a ser la víctima de la que debamos sentir lástima, ella sabe lo que hace, utiliza sus recursos y habilidades para conseguir sus propósitos.

El tema principal no se centra concretamente en las redes de tráfico de chicas como pueda parecer (o se pueda intuir). Sasha (diminutivo de Aleksandra) es una chica que quiere llevar una vida normal y corriente, como la de la gente ordinaria que la rodea. Su personalidad está marcada e influida por ese ambiente triste y deprimente que parece respirarse tanto en el pueblo de su padre como en Ljubljana, donde estudia.

Surgen todo tipo de situaciones que complicarán y harán más enrevesada la vida de Sasha, pero una serie de decisiones dictarán su porvenir.

El film tiene una historia sencilla pero complicada, un buen guión que cumple con creces. Y el reparto está muy acertado. La actriz protagonista, Nina Ivanišin, ofrece una actuación estelar, con un rostro enigmático, transmitiendo una verdadera sensación de soledad e impotencia.

Aunque parezca mentira, para desconocimiento de muchos, existe una gran cantidad de estudiantes universitarias en todas las ciudades que llevan este estilo de vida, ya sea porque no disponen del dinero necesario para costearse sus estudios, o simplemente por pura diversión y vicio.

Para mí la historia mantiene el interés hasta el final, con un desenlace hasta amable y abierto.
Toda está llena de una tensión constante para la joven prostituta, que engaña, miente, manipula, roba, a todos y cada uno de los personajes, no sé si hay algún instante que diga la verdad, creo que no.

Con esa máscara de languidez al más puro estilo mosquita muerta, atractiva eso sí, va trepando en una ciega ambición hacia el pozo de la perdición, al compás de los nulos escrúpulos que desempeña.
Creo que a pesar de todo no llega a caer mal del todo y eso que hace méritos.

La interpretación de Nina Ivasinin, es demoledora, de una tristeza arrolladora y consigue empatizar de manera diabólica con el espectador.
Eso tiene un extraño merecimiento y creo se debe a su formidable actuación, con mucho lo mejor de la película.

Una chica joven, universitaria que decide prostituirse, dinero rápido, fácil, con su cuerpo.
Y el valor del filme para mí, radica en mostrar sin juzgar como va empobreciéndose, alienándose, con una soledad y una angustia cada vez más desgarradora y un oremus oscuro hasta llegar al carbón.
Todo lo cuenta con gran naturalidad y sencillez, otro mérito, a mi modo de entender.

Hay una escena breve e intensa de sexo, de gran calidad sexual y sensual. (La única del filme)
La secuencia de los proxenetas en las alturas es para mí, divertida, grotesca y terrorífica, tres cosas diferentes y a nivel visual, muy potente.

El final con la música de Frank Zappa, sonando y haciendo que tocan "Bobby Brown", muy acorde y escogida con tino, la letra va como condón al utensilio, muy adecuada con lo que cuenta.
En definitiva esperaba menos y creo que merece su visionado, por todo lo citado.

Una película para que entre en el rango de lo “pasable” debe por lo menos dejarte algo, por más mínimo que sea o al menos debería pasar algo en ella. No es el caso de Slovenka.

Un film chato, lento y no dice nada. El tema que trata es interesante, pero no lo hace bien. Parece estar en una meseta constate y cuando parece que levanta con algo interesante logra esquivarle a esto y volver a su cómoda línea recta.

La actuación de Nina Ivanisin está bien, se destaca por encima del resto del elenco, pero tampoco es una gran actuación. Digamos que es lo mejorcito del film. Podría hablar de la música y la fotografía pero ni siquiera esas cosas se pueden rescatar de este lento film.

No le pongo un uno porque no se merece una nota tan baja. Como dije tiene sus momentos que parece levantar, eso aporta un poco y la actuación de Nina hace que este film no sea merecedor de un uno.

Mi recomendación: No es una película que puedan enganchar en el cable, así que ni se gasten.

Mi puntuación: 3/10

Irregular película donde, y a pesar de lo que pueda sugerir el cartel promocional, el interés no se encuentra en la representación o crítica del sórdido mundo de la prostitución, sino en la metáfora que destila su título original y nombre “artístico” de la meretriz protagonista: Slovenka (Eslovenia).