El hombre que nunca estuvo allí

Los geniales Cohen juegan con la realidad y los sueños, en una sociedad formada por un conglomerado de individuos que tienen diferentes aspiraciones y que tienen que convivir y soportarse. Habla de la culpa, la soledad, la mentira, de la vida en una escala variada de grises, sin colores.
Billy Bob Thornton es un individuo en constante combustión, quemándo su vida y viendo como se consume ésta. Un ser que está ahí pero que no participa: su asexualidad es manifiesta, observa y cuando se decide a realizar algo, las circunstancias lo fastidian. El AZAR está siempre presente, rodeado del CAOS. Él es la pieza del puzle que no encaja en ninguna parte.
Todos pagamos a lo largo de nuestra vida nuestros errores, la forma de hacerlo no tiene que ajustarse necesariamente a la verdad. Hay una cosa cierta: pagar, pagamos. Que más da de lo que te culpen. Todos somos culpables.

Un ejercicio de estilo homenajeando a las películas negras de los 40, muy buena recreación, sin embargo, ¿a mí qué? la "recreación" de un estilo no tiene mérito alguno salvo la fidelidad y para eso sólo hace falta precisión de copy-paste. Copy-paste usted contrapicados, papeles pintados, sombras, humo, vehículos, sombreros, etc. La película no esconde gran cosa.

Es una peli que se hace por placer y supongo que eso ha hecho Coen. Experimentar con un estilo por el gusto de hacerlo y eso está muy bien, y a mí no me ha gustado el resultado.

Puede que el error estribe en pensar que es una película negra de los años 40 y esperamos ver eso: un remake retro. Pero eso no es posible, del mismo modo que contemplamos de un modo la Gioconda de da Vinci y contemplamos de otro modo la Gioconda de Warhol.

La trama se convierte en una farsa cómica (y encima larga: imperdonable) haciendo que se convierta en la película que nunca estuvo allí.

Elegante historia en blanco y negro con el inconfunfible sello Coen; lenta, parsimoniosa, pero efectiva. La interpretación de Thornton, raya a gran altura y va desmenuzando la historia con una acertada voz en off, que acompaña de principio a fín.
El argumento, sin ser nada del otro mundo, creo que es exprimido al máximo, consiguiendo extraerle todo el jugo posible; un hombre cualquiera, con una vida anodina y apática,con un trabajo que aborrece, resignado, en un momento dado, pretende dar un giro a ésta, y a partir de ese preciso instante, todo cambia de forma drástica y un tanto confusa; nada es lo que parece y todo desemboca en un trágico desenlace.
Sin embargo, hay ciertos aspectos del argumento que no encajan, desde mi punto de vista, en la historia, o quizá, es que no he sabido interpretarlos,por ejemplo como la cuestión ovni, o la visita a una medium... siendo el caracter del protagonista bastante rudo y escéptico (su relación con la iglesia, era el bingo parroquial...y por imperativo conyugal).
Excelente ambientación, por momentos me pareció estar viendo un buena película de mitad del siglo pasado, buena fotografía,(las escenas finales, con un blanco inmaculado, en contraposición con lo que ocurre en esos momentos, son geniales), una acertada banda sonora y con unos secundarios correctos, incluida la preciosa Scarlett Johansson, que, aunque su papel es corto, está a la altura.

Recomendable.

Muchos piensan que los hermanos Coen son excelentes cineastas, y ya los comparan con directores legendarios, pero en mi opinión, esto no es así.
La película, empieza bien, esta hecha en blanco y negro lo cual le da ese sabor tan interesante que tienen las buenas cintas, cuenta con un reparto de actores bastante conocidos y cumplidores, y de momento te atrapa en la trama; sin embargo, poco a poco la película se vuelve tediosa, pierde el ritmo, y al poco rato ya no te importa la vida de este peluquero, solo quieres que se termine y a otra cosa; si esta película tuviera un reparto de actores desconocidos y un director igualmente no muy conocido, todos la calificarían con cincos o seises pero claro la dirige el "prodigio" Coen, un director a mi gusto muy sobre valorado pero en fin; se puede ver. (6.5)

Esto es cine del bueno, ése que te hace sentir cada fotograma y te imposibilita levantarte del sillón. Una película magistralmente narrada con una fotografía sublime, unos diálogos gloriosos y un argumento muy acertado.

La interpretación de Thornton es sencillamente espectacular; pese a estar siempre serio, con un cigarro en la mano y con cara de “Estoy quemado de la vida” te da la impresión de estar riéndose de todo en cada momento, de encontrar hasta las cosas más importantes como algo absurdo e insignificante.

Esta película es buena, es muy muy buena.