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De ilusión también se vive

Comedia. Drama Durante un desfile navideño organizado por los grandes almacenes Macy de Nueva York, el hombre que encarna a Santa Claus es sustituido porque se encuentra indispuesto. Un anciano llamado Kris Kringle es contratado para el trabajo, pero todo se complica cuando asegura que es el auténtico Santa Claus. (FILMAFFINITY)
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Críticas 27
Críticas ordenadas por utilidad
10 de agosto de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El 24 de diciembre de 2011 la vi por primera vez y le di 5 puntos. 2 de 8 usuarios les pareció útil la crítica que escribí en su día, donde comentaba que es una buena historia, pero malas interpretaciones. También comentaba que me había desilusionado un poco. La historia en sí está bien por lo irreal del asunto y transformarlo como algo real. Eso ya de por sí, llama la atención, pero madre mía que actuaciones... me parecieron de principiantes, o quizás han estado mal dirigidos. Los niños son los que han estado mejor.

Vista de nuevo, le mantengo los 5 puntos y me retracto de lo que dije. No sé, pero creo que en 2011 ya había visto bastante cine clásico, con lo que no entiendo porque dije eso... La película en sus actuaciones son correctas, llevadas un poco al humor porque el argumento así lo requiere.

Y aunque alabo mejor la película en su historia tan disparatada, pero alegre y divertida, e incluso entrañable, tengo que destacar algo que no me ha gustado mucho. Teóricamente, la gracia de la película, es que papá Noel existe, y ese papa Noel que hace? Estar en un centro comercial promocionando juguetes. No que se quieren más o se respeten o sean felices con lo que tienen y no mal gasten en juguetes,... los valores de esta película brillan por su ausencia. Y no me ha gustado nada este enfoque...

Seguramente el verdadero Santa Claus, se estaría revolviendo en su casa viendo esta patraña. Aún así le mantengo un 5.

Curiosamente, la película rodó las primeras escenas que se ve el desfile, con un desfile real de 1946. Y curiosamente, la película se estrenó en verano, entre mayo y junio de 1947, ya que los productores dijeron que la gente iba más al cine cuando el clima era mejor. Una prueba más (como en la película) que la política y el dinero mandan en este mundo.
edugrn
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18 de junio de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película es sublime. No es un cuento, no es una fantasía, no es una fábula, no es una historieta acerca de la Navidad, no es una cinta imaginativa para decidir si existe o no Santa Claus. Esta película va más allá, es simplemente filosofía de vida llegando al mismísimo nivel de "Qué bello es vivir" (1946) de un año antes.

Lo bonito y lo bello de la película es que mientras se desarrolla el precioso argumento con escenas que se te quedan en la mente para toda la vida, te vas sumergiendo en tu pensamiento, en lo que crees y lo que no crees, y en cómo la fe ha movido tu vida en algún momento.

Se dice que hay locas, también que las hay cuerdas, pero después de ver esta película ya no sabrás quién es quién y si realmente existen estos términos. En el caso de que existan, yo me quedo del lado de la locura y la fantasía sin dudarlo. De hecho, yo creo que siempre gana.
Enri
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22 de diciembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Milagro en la calle 34 de George Seaton es una comedia dramática basada en la navidad en la que el verdadero Papa Noel sustituye a un empleado que se hace pasar por él en unos grandes almacenes. Dirigida con un ritmo tranquilo y con un estilo basado en lo emotivo e inocente para encantar al espectador, es una obra hermosa que gustará a toda la familia por su mensaje navideño de amor y cercanía que llenan el film de sentimentalismo en un notable trabajo que no solo no pasa desapercibido, sino que además queda con sinceridad en la retina del espectador como un referente navideño fílmico, concluyendo un estupendo film que llega directamente al corazón del espectador.
La fotografía en blanco y negro es hermosa y está bien cuidada en detalles navideños que evocan y logran una labor inspiradora que encantará a toda la familia. La música es bella y estimulante y solo es usada en los momentos oportunos, acompañando el film con sus melodías bellas y sugerentes de esa preciada época del año. Los planos y movimientos de cámara consuman una detallada labor técnica mediante el uso del seguimiento, subjetivos, generales, reconocimiento, tercera persona, plano-contraplanos, detalles, avanti y retroceso que sacan lo mejor de las interpretaciones y la historia.
Las actuaciones son enternecedoras y bien trabajadas para la historia que se ofrece. Como protagonistas Edmund Gwenn está carismático y convincente en su labor, Maureen O´Hara está señalada como madre, John Payne está acertado y correcto en su labor y Natalie Wood está creíble como niña incrédula, siendo buenos los acompañamientos de Gene LockHart y Porter Hall entre otros. Para estos emplea la dirección artística unos vestuarios y caracterizaciones elegantes y distinguidos que son sugestivos de cada personaje en una buena labor clásica que junto con los decorados te transportan in situ.
El guion, escrito por el director y basado en la historia de Valentine Davies, es hermoso y tierno por poner en la palestra una historia efectista pero emotiva en su acertada trama que llega sinceramente a toda clase de espectadores que busquen films navideños llenos de milagros en su agradable historia, finalizando una película hermosa y llena de amor que sirvió como referente a muchos films posteriores. Esto se lleva a cabo con una narrativa clásica y educada que es de lo más sugerente y afable como es de esperar en un personaje infantil tan conocido. Cabe señalar también, el montaje lineal y seguido que exprime gran historia en apenas 90 minutos de duración.
Concluyendo, la considero una obra inolvidable y esencial para ver en navidad con la familia, ya que su historia está dirigida a los crédulos e incrédulos de la existencia de un hombre cuya misión es repartir felicidad a los más pequeños que esperan su regalo el día de navidad. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, montaje, planos, movimientos de cámara, vestuarios y narrativa que vuelven a Milagro en la calle 34, un film bello y digno de ver en fechas navideñas junto a tus seres queridos.
Elcinederamon
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22 de agosto de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Miracle on 34th Street (De ilusión también se vive) es una película dirigida por George Seaton en 1947. Escritor, guionista, productor y director, tuvo sus inicios como actor de radio estando relacionada su intervención en la serie acabada de crear del Llanero Solitario de la que extrajo varias experiencias creativas sobre el personaje, no olvidando además como escritor la valiosa aportación en Un día en las carreras (1937) de los Hermanos Marx. Aunque Seaton tocó diferentes géneros cinematográficos, mostraría una tendencia natural hacia la comedia con una generosa gama de contrastes donde la amistad, el entorno familiar, y el romance tiene gran cabida; variantes que sin duda alguna el realizador nos muestra de manera generosa en De ilusión también se vive.

Con un refrescante paseo en vísperas navideñas, nuestro personaje Kris Kringle (Edmund Gwenn), tras algún incidente conoce a Doris Walker (Maureen O’Hara) la directora de un evento; un imprevisto le introduce en diferentes acciones donde el gran plano general, entre otros, nos da las pistas necesarias para intuir por donde irá la sorprendente aventura para Kringle, a lo que contribuye el abogado Fred Gailey (John Payne), y la pequeña Susan Walker (Natalie Wood).

Si el sentido generalizado del espíritu navideño lo impregna todo, el realismo en la vida ha de prevalecer sobre todas las cosas (en opinión de otros), difícil posicionamiento en unos días donde la bondad debería prevalecer, algo en lo que de Kris Kringle cree, situación que Seaton utiliza para introducir en estos casos al inevitable psicólogo Granville Sawyer (Porter Hall) que alterará en cascada las perspectivas de nuestros personajes y desde luego los acontecimientos, una situación que pondrá en duda el verdadero espíritu de la navidad.

George Seaton, además de presentar una historia envuelta en la inocencia de la niñez frente al generalizado pragmatismo social, nos muestra con excelente dinamismo los acontecimientos en los que los razonamientos `lógicos’ de los adultos se rinden ante la evidencia del deseo cumplido destacado especialmente en tres escenas: una de un realismo incontestable hacia la creencia o no de Santa Claus en la que el Juez (Walden Boyle) tiene mucho que decir, y dos escenas de poderosa atracción protagonizada por una Niña (Marlene Lyden) durante las peticiones de los deseo a Santa, y la escena final en la que Susan se encontrará con lo inesperado, reflejando así el espíritu navideño que tan brillantemente guionizó George Seaton sobre una historia de Valentine Davies).
avanti
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16 de diciembre de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durante un desfile navideño organizado por los grandes almacenes Macy de Nueva York, el hombre que encarna a Santa Claus es sustituido porque ha bebido más de la cuenta. Un anciano llamado Kris Kringle es contratado para el trabajo. Todo se complica cuando asegura que es el auténtico Santa Claus.

Película fresca y reconfortante. Algún crítico ha bromeado con la idea de llevar al anciano ante el Tribunal Supremo para que decida si es o no quien dice ser y si realmente existe Santa Claus, para que se confirme que se confirme si este anciano es el verdadero Papá Noel.

No estaría mal, sobre todo para alegrar los corazones de los personajes de la historia, del joven matrimonio y sobre todo para despejar las dudas de una niña.

Edmund Gwenn interpreta a Kris Kringle con una benevolencia tan natural y cálida que emociona. Su franqueza con el Sr. Macy, un magnate asombroso; su encanto con la pequeña Sue y su actitud genuina de generosidad, todo resulta positivo y cariñoso.

Hay que ver a la pequeña Natalie Wood como la niña que ha sido entrenada para olfatear a Santa Claus y Gene Lockhart como el juez avergonzado. Porter Hall es una maraña de malicia como el psiquiatra de las grandes empresas; y al menos una docena de personas más en encantadores pequeños papeles.

No olvidemos que el filme obtuvo en su momento 3 Oscar: Mejor actor de reparto (Gwenn), guión (George Seaton) e historia (Valentine Davies).

Historia inteligente y original, que sigue resultando amorosa y encantadora todo el metraje.
Kikivall
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