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Salyut-7: Héroes en el espacio

Aventuras. Drama Narra la historia de la recuperación de la estación espacial Salyut 7, llevada a cabo por dos cosmonautas rusos en 1985. (FILMAFFINITY)
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Críticas 31
Críticas ordenadas por utilidad
20 de junio de 2018
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda una gran película desde todo punto de vista: un guion emocionante, unos personajes que enamoran y un diseño de producción que nos transporta en el tiempo a mediados de los años 80 cuando se desintegró la URSS a raíz de la caída del muro de Berlín.

Las imágenes del espacio, la fotografía, los efectos digitales, nada en ella palidece; parece una producción de Hollywood. Felicitaciones a nuestros amigos los rusos, hicieron una obra llena de talento.
habitantex
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8 de agosto de 2018
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
155/13(22/07/18) Sugerente drama épico ruso con claros ribetes de aventura (encuadrado en el sub-género de supervivencia) dirigido por Klim Shipenko, una a ratos emocionante historia que se basa en la misión Soyuz T-13 de 1985, parte del programa soviético Salyut, Era la primera vez en la historia que una estación espacial "muerta" se acopló y se volvió a poner en servicio. Lejos de continuar la tradición soviética de las cintas espaciales bañadas en el denso existencialismo (“Solaris” es buen ejemplo), Shipenko pone la mirada en un público más amplio, en clara línea de “Apollo XIII” (1995) o “Gravity” (2013), e incluso “Space Cowboys” (2000) por lo de relato de supervivencia en el espacio, donde todos los elementos parecen aliados para sabotear la vuelta de los protagonistas, pero a la vez las ganas de sobrevivir y volver pueden mover “montañas”. Para disfrutarla mejor sería necesario no saber lo que ocurrió, no visitar la wiki, pues de este modo, al entrar “virgen” se disfruta más, mantiene el misterio, y es que el realizador maneja bien los resortes a su alcance, desde una tensa escena de arranque en el espacio, bajando el ritmo una vez en la Tierra para delinear a los que serán los protagonistas espaciales, y para una vez de vuelta al espacio exterior desencadenar la acción y odisea, ello con una serie larga de catástrofes y contratiempos, desde el impresionante acoplamiento, las temperaturas ultra-polares, tableros de instrumentos con hielo, agua goteando, paneles solares desalineados, tableros con cortocircuitos, una carcasa de poder aplastada por un asteroide y más. Shipenko da lustre a una ambientación fenomenal (excepto su torpe música), nos traslada estar con la pareja de cosmonautas allí “fuera”, nos asfixia dentro de las naves, y nos emite agorafobia en el espacio infinito, ello potenciado por unos efectos visuales sencillamente perfectos en su función de trasladarnos realismo. Asimismo el director es valiente al criticar a las instituciones soviéticas que daban más valor a lo material que a lo humano, arremete contra el aparato deshumanizado burócrata del tiempo que prefería ver sacrificar a sus astronautas que ver caer su estación espacial en manos estadounidenses. No inventa nada, se atiene a unos lugares comunes del tipo experimentado de vuelta de todo, el novato astronauta, la mujer embarazada de algún astronauta de misión para potenciar el dramatismo (de modo maniqueo), los momentos de tensión y discusiones en la nave, los tramos de camaradería en la misma, pero lo hace con elegancia y buen gusto, sin sentirte demasiado manipulado emocionalmente (aunque te sepas marioneteado). Es un tributo (merecido) al heroísmo estajanovista de estos astronautas, a la amistad pura, al individualismo por encima del egoísta fin colectivista. Todos los papeles principales comparten nombres con figuras históricas reales (los cosmonautas Vladimir Dzhanibekov y Viktor Savinykh, y el comandante de vuelo Valery Ryumin), pero se les asignan nuevos apellidos para reflejar cuán ficcionalizados y dramatizados están.

La cinta te atrapa en su ágil e intenso inicio (me recuerda en cierta medida al de “Gravity”): Dos cosmonautas en una “caminata” espacial en 1983, para reparar (soldar) una avería en una estación espacial, bromean con un compatriota dentro de la estación, teorizando sobre cuándo el gobierno de la URSS querrá experimentar con el sexo en el espacio, y cuánto tiempo necesitarán (o llegarán a) gastar en simuladores de entrenamiento para el proyecto. Luego, un accidente de soldadura perfora el guante de la cosmonauta. A medida la presión de su traje desciende rápidamente, la hipoxia amenaza, su compañero le habla suavemente durante el proceso de rescate para tranquilizarla. Mientras tanto, la Tierra permanece abajo, hermosa pero amenazante, y vertiginosamente lejana. El cosmonauta Vladimir Fyodorov (Vladimir Vdovichenkov) lleva a su compañera de misión Lazareva (Oksana Fandera) de vuelta a la cámara estanca de la estación, y entonces se queda paralizado por una luz brillante que se refleja en su casco (a nosotros nos queda fuera de plano), y se produce una elipsis y ya estamos de vuelta a la Tierra. En una sesión informativa, se le pregunta a Vladimir sobre el incidente de luz, y este asevera “Tal vez fueron los Ángeles”. Esto le deja en dique seco (Inhabilitado para para tripular).

La película posee un buen ritmo, fluidez narrativa, con buenos toques de humor desengrasante, con espacio para se desarrollen las relaciones, eses toques disfuncionales ingeniosos como la charla sobre el sexo en el espacio, el vodka clandestino bebido gota a gota, el pitillo a escondidas en la estación espacial, la cucaracha a gravedad cero, visiones poéticas maravillosas como ver la Salyut llena de gotas de agua, ese osito de peluche Mishka (mascota de las olimpiadas 1980) que termina surcando el espacio sideral, como una lluvia paralizada en el tiempo espacio, como la escena excelente del incendio (no ocurrió realmente) dentro de la estación vista desde el exterior por una ventana y su resolución extasiante, demuestra que el realizador tiene dotes de buen creador lírico, de los que pueden estar destinado a más proyectos de valor.

Una vez terminada de ver la cinta, pensando un poco te das cuenta los resortes artificiosos poco creíbles tiene, me refiero a como los astronautas se saltan desde el espacio una y otra vez ordenes de Tierra, inverosímil en un tiempo y sistema tan marcial como el soviético alguien se salte de modo tan individualista las ordenes de un superior, esto tendría sentido en la tierra de los librepensadores de USA, pero no en la URSS; Asimismo se puede ver desde el lado contrario a lo habitualmente vemos este tipo de historias con tufillo patriótico, casi siempre desde el lado USA y siendo malos los soviéticos, aquí vemos a los estadounidenses como carroñeros que lanzan una misión espacial (el Challenger) para robar información tecnológica de la Salyut,... (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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10 de noviembre de 2018
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En efecto Gravity fue una gran película, una cinta cautivadora sostenida en esencia por su bella fotografía y efectos especiales y sus dos grandes actores. No obstante contenía momentos, cierto que pocos, sí, pero detestables, muy a lo Hollywood y enfocados para abarcar a todo tipo de espectadores, desde los más cinéfilos hasta el más tonto comepalomitas norteamericano.

Salyut, por su parte, elimina prácticamente todo el azúcar y nos presenta una enorme película con una tensión mantenida de principio a fin, unos efectos magníficos que consiguen superar o al menos equipararse con Gravity y otras cintas similares y un toque documental impregnado de aire fresco para ofrecernos la visión soviética de la carrera espacial y de que entre sus gentes existía igualmente el afán de superación, los sentimientos humanos y familiares o el patriotismo.

En cuanto al elenco, cumple apropiadamente aunque sin llegar al nivel de excelencia (algunas sobreactuaciones) Una observación negativa atañe al doblaje, y es que para algunos personajes es penoso y yo diría que para los posteriores visionados de la cinta es preferible escucharlos en ruso.

Terminaría destacando, en cuanto a la distribución de esta cinta (bravo por A CONTRACORRIENTE films) el sentimiento de vergüenza extrema que me provoca el asunto de la censura cultural, en el sentido de que esta pedazo de película se ha proyectado únicamente en un cine de Madrid de entre las miles de salas que existen en España, debido por su procedencia. Es vomitivo que se impogan este tipo de censuras políticas e impidan al público disfrutar de buen cine. Sucede igualmente con el cine iraní, un cine magnífico que casi nunca nos llega. Afortunadamente existen plataformas como Rakuten donde he podido alquilarla para verla, pero evidentemente nada comparado como disfrutar de ella en una sala de cine.
Franchu
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13 de mayo de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película muy correcta ambientada en la URSS que narra la aventura que vivieron dos cosmonautas para recuperar el control de la estación espacial Salyut-7.
Está basada en hechos reales hasta cierto punto, ya que se novelaron ciertas partes para hacerla menos pesada, haciendo los tiempos más cortos. Pero aun así la recreación de las naves y la historia en general cumplen con la historia real.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Camisón
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22 de septiembre de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esperaba algo tirando a cutre y aburrido no nos engañemos, pero me encontré con un producto interesante. Tengo que decir que tras ver la película me informé sobre esta nave y leí algunas críticas. Es en estas segundas donde encontré más fantasía y "flipados" que en la obra.

Antes de entrar al turrón las críticas negativas es que de verdad, pueden fichar por un circo ya que hay escasez de payasos. Toda su bilis e ignorancia se centra en dos cosas:
-A día de hoy se considera una gesta lo que hicieron estos cosmonautas. Que los rusos estén orgullosos de sus compatriotas lo llaman propaganda rusa (el botellón que es muy malo para las neuronas). Estos mismo no dicen lo mismo de los americanos y raro es ver una película donde no salga su bandera, pero claro estar orgulloso de tu país es malo malísimo (el olor a tractor es muy fuerte en ellos).
-Que te guste una película rusa significa que eres pro Rusia y miembro del club de fans de Putin. Así funciona esa basura en descomposición que tienen por cerebro (y que esta gente tenga derecho a voto...).

Total que la película tiene momentos realmente emocionantes, con unos efectos muy bien conseguidos y realistas pero que se ven lastrados por un ritmo lento por momentos y escenas de relleno. No es perfecta pero se deja ver sin ningún tipo de problemas.
FOR8NER
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