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Toy Story

Toy Story
1995 Estados Unidos
Animación, Voz: Tom Hanks, Tim Allen, Don Rickles ...
7,7
160.139
Animación. Fantástico. Comedia. Aventuras. Infantil Los juguetes de Andy, un niño de 6 años, temen que haya llegado su hora y que un nuevo regalo de cumpleaños les sustituya en el corazón de su dueño. Woody, un vaquero que ha sido hasta ahora el juguete favorito de Andy, trata de tranquilizarlos hasta que aparece Buzz Lightyear, un héroe espacial dotado de todo tipo de avances tecnológicos. Woody es relegado a un segundo plano. Su constante rivalidad se transformará en una gran amistad ... [+]
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Críticas 139
Críticas ordenadas por utilidad
16 de abril de 2009
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me es posible dejar de lado mi costado más pasional, ése que nos hace amar u odiar cualquier cosa, y hacer una crítica objetiva de esta película. Sin duda a todos nos pasa a veces. De algunas películas podemos hablar de las actuaciones, la fotografía y otros rubros técnicos porque somos imparciales. A otras las odiamos u amamos. Tal vez EL SEÑOR DE LOS ANILLOS de Jackson tuviera algunos méritos, no sé, pero la odié de entrada por lo que me parecía una falta de respeto a uno de mis libros preferidos, y no fui ni soy capaz de ver nada más, y aunque lo viera, no me interesaría. Por supuesto, a Jackson, por tal crimen, le desearía lo peor; si bien, si prometiera no reincidir, lo soltaría previo paso por una sesión de azotes y por la silla eléctrica. En el fondo, tengo un corazón de oro...

En el otro extremo están las películas que amo. Pueden tener defectos, pero no los veo o no me interesan, como puede no interesarnos que haya mujeres más hermosas que esa esposa nuestra que nos ha acompañado en las buenas y en las malas y ha criado a nuestros hijos. Y una de esas películas es la que nos ocupa.

Amo a Toy Story porque un poco me veo a mí mismo en la piel de Andy. Recuerdo, cuando en mi niñez, las dudas que tenía sobre lo que ocurría en mi cuarto una vez yo lo abandonaba. Estaba seguro de que mis juguetes cobraban vida a mis espaldas, que conversaban entre sí, que trazaban planes. Esas dudas se incrementaban multiplicadas hasta el infinito cuando ocasionalmente extraviaba un juguete. Para mí, era ni más ni menos que el fin del mundo. No me importaba que prometieran comprarme uno igual o mejor. Quería el que había perdido. Era irremplazable. Y cuando ya llegaba a la conclusión de que no había caso, de que tendría que resignarme, el juguete aparecía en el lugar menos pensado, un sitio en el que había revisado no menos de veinte veces. Por supuesto, era absurdo imaginar que había buscado mal. Sólo cabía una explicación posible: el juguete había ido de paseo por ahí. Ahora estaba de regreso.

Lo que trato de decir es que TOY STORY me lleva de vuelta a algunos de los momentos más felices de mi vida, y en estas condiciones me es imposible ser imparcial. Amo esta película porque me recuerda que mis juguetes fueron mis amigos cuando no tenía otros. Amo esta película porque me devuelve toda la magia de mi niñez. Intento, juro que intento acallar ese amor; pero no me sale. El sentimiento se ha puesto de pie, ha tomado el micrófono y tomado la palabra arrollando por el camino al raciocinio. Mejor lo dejo hablar. Con ese bravucón es mejor no meterse.

Para quienes compartan sentimientos similares, allí va mi deseo de que este comentario sea para ellos como una bandera tras la cual marchar. Vayamos hacia la magia. Vayamos hacia nuestra infancia: está mucho más cerca de lo que imaginamos.
EKELEDUDU
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19 de julio de 2010
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1995 Pixar revolucionó el mundo de la animación con el primer largometraje de dibujos animados confeccionado por completo por ordenador. Hacía ya diez años desde que este instrumento se utilizara por primera vez; fue en la producción de Spielberg, El secreto de la Pirámide. ¿Por qué nombro esta película? Por dos cuestiones: ser la primera referencia existente del uso del ordenador y por contar con John Lasseter en el apartado de efectos visuales.

Lasseter aportó toda su experiencia adquirida desde que en 1979 llevó a cabo su primer corto (Lady and de Lamp) en Toy Story, una maravillosa cinta de animación con un logro que superaría al apartado técnico: un guión capaz de entusiasmar a público de todas las edades, máxima que Pixar ha seguido hasta la fecha.

Para ello hace falta un guión de calidad, uno que sepa profundizar en los personajes a la vez que cuente una historia interesante. Todo ello se cumple. Con un guión escrito, entre otros, por el propio Lasseter y Joss Whedon (Buffy la Cazavampiros, Serenity), Toy Story nos sumerge en un relato en que los juguetes infantiles cobran vida propia cuando los humanos no están mirando (argumento explotado previamente en películas clásicas). Cada uno de los juguetes representa un personaje entrañable, que tiene su símil en la vida real, entre los que destacaremos a los dos protagonistas: Woody, un vaquero con pose de tipo duro y resuelto que, en el fondo, padece un gran miedo al rechazo y Buzz Lightyear, un héroe fanfarrón muy seguro de sí mismo, que ve su mundo hundido cuando toma conciencia de lo que es en realidad.

La película tiene varios momentos dignos de mención: desde las misiones de los soldaditos comandadas por Woody para saber qué está haciendo Andy (el niño que juega con todos ellos) hasta una frenética persecución por la ciudad, pasando por momentos de terror muy bien conseguidos (referentes al malvado niño que vive en la casa de enfrente) y situaciones cómicas tan frescas como inteligentes.

Con un ritmo narrativo muy ágil, Lasseter nos ofrece situaciones de amistad, perdón, valentía, miedo y celos, que tendrían cabida en una película sólo para adultos, hábilmente tratadas para que los más peques también puedan comprenderlas, todo ello huyendo sabiamente del moralismo barato de Hollywood que tantas veces hemos denostado. Particularmente creo que ésta es la verdadera grandeza del film, por encima incluso de su impresionante factura visual.

Desde aquel momento Pixar se convirtió en referente mundial, compitiendo ferozmente con Dreamworks, lo que devino en un goce para el espectador, dada la gran cantidad de películas de dibujos animados de alta calidad creadas desde entonces.
Edgar
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3 de julio de 2012
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un clásico entre los clásicos. Primera película de los grandes de Pixar, y además una de sus mejores películas con gran diferencia. ¿Quien no se ha imaginado de pequeño que sus juguetes tenían vida propia? Gracias a esta película esa imaginación, la nuestra, toma forma y se acaba haciéndose "realidad".

La trama gira alrededor de Andy y sus juguetes, estos hacen todo lo posible para hacer feliz al joven chico. Todo va perfecto hasta que un día le regalan algo totalmente inesperado por parte de todos: un nuevo juguete de lo más moderno (Buzz), que tiene todo tipo cosas (se le abren alas con las que poder volar, tiene un "rayo láser",...) con odas las consecuencias que eso conlleva: dejar de lado a otros juguetes más "clásicos", en este caso el vaquero Woody. Eso hará que Woody y Buzz se odien entre sí, cosa que les llevará a una fantástica aventura en las que pasarán buenos y malos momentos que ayudarán a forjar una enorme y bonita amistad.

Tiene una trama muy elaborada, con unos personajes de lo más carismáticos y verdaderamente únicos. La banda sonora es espectacular, con canciones que te acordarás de ellas durante mucho, mucho tiempo, de las mejores bandas sonoras de Pixar y de la mismísima Disney, ¿quien no se acuerda de la fantástica "Hay un amigo en mi"? En lo referente a la estética, a día de hoy sigue luciendo realmente bien, pese a ser del año 1995 ha envejecido perfectamente. Lógicamente no se ve igual que, por ejemplo, Toy Story 3, pero no es un impedimento para verla ni mucho menos, se ve genial.

Pese a lo pequeño que yo era cuando se estrenó la película, aún recuerdo que cuando llegó la navidad sólo quería una cosa: que me regalaran al héroe espacial Buzz Lightyear y al vaquero Woody. Me levanté por la mañana, fui corriendo a ver los regalos y no me lo podía creer, allí estaban, delante de mí. La ilusión que me llevé creo que os la podéis imaginar, fue y sigue siendo uno de los mejores recuerdos que he tenido en toda mi vida, es algo que no se puede expresar con palabras. Me sentía el niño más feliz del mundo entero. Esto señores, es pura magia.

Gracias Pixar por crear una de las mejores sagas de la historia de la animación. Es mucho más que una simple película.
BrolySSJLegendario
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22 de febrero de 2014
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una gran película infantil, tanto por la asombrosa técnica de gráficos generados por ordenador como por los conceptos que transmiten sus intensas variantes. Tenemos una historia donde se "humanizan" los juguetes a tal forma de disputarse el amor de su dueño. Una idea más que atractiva y aleccionadora para los niños, quienes podrán sacar en limpio que no siempre lo nuevo y reluciente a los ojos es mejor que lo convencional y vetusto. Un relato donde una rivalidad será el punto de partida para el crecimiento de una amistad que se basa en la colaboración y en el trabajo en equipo. Pero no sólo la historia es digna de encomio, sino que la parte técnica es soberbia, donde las animaciones son de gran calidad, las mismas que sorprenderían allá por 1995 tanto al público infantil como a los adultos que supimos ir a ver este filme con el pretexto de acompañar a algún familiar de corta edad. La narración es rica en moralejas y también emotiva y original en las circunstancias del relato, lo cual consigue darle mucha vida y vigor a esta película que hoy día ya es un clásico del género a pesar de ser de la década del noventa. A todo esto debemos agregarle una grandilocuente y enérgica banda sonora de Randy Newman que se erige en el perfecto acompañante para la vertiginosa acción que irradia el guión. En fin, la primera película hecha por completo a través del ordenador, que significara una revolución digital en el género, del cual luego muchos filmes emularían sus características innovadoras.
Pasatiempos Digitales
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9 de octubre de 2008
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha dado un vuelco el corazón cuando dando vueltas por la página he visto esta película, quizás la primera que ví en mi corta vida, pero desde luego es la que más quiero y la que más me ha gustado, cada vez que recuerdo alguna escena de la película siento algo así como meláncolia, un recuerdo lejano que quiero recordar, en fin, esta película me educó y marcó para siempre.
Woody y Buzz Lightyear son los dos mejores personajes de la historia de la animación 3D, Jhon Lasseter (que en paz descanse), hizo la mejor película y a la que espero no ser el único que la recuerde para siempre como parte de uno mismo.
La película es poesía en movimiento. "Hay un amigo en mí" es de esas canciones que no se olvidan jamás, me invade algo como tristeza cada vez que le doy a reproducir, y espero que en el sitio más pérdido del mundo alguien comparta conmigo esa sensación.
Y es que cada personaje pone su miguita de arena para crear ese ambiente perfecto de amistad y compañerismo (sobre todo al final, y, quizá el señor Patata se abstenga un poco al principio, pero al final acaba siendo adorable).
No tengo nada más que decir, porque me tiraría noche y día repitiendo lo que es esta película para mí, me enseñó, por encima de todo, el valor de la amistad.
Así espero ver pronto la 3ª parte de esta saga inmejorable para mí, y no salir defraudado ni mucho menos de la sala de cine.

"Hasta el infinito, y más allá".
JhonAnthony
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