Pantaleón y las visitadoras

Entretenida y divertida historia, la que aquí se nos cuenta sobre un militar encargado de poner en marcha un burdel. Basado en la novela homónima de Vargas Llosa, obvia algunos de los personajes de esta y hace unos pequeños cambios, (acentuando el lado divertido), que a mi parecer son acertados una vez visto el resultado, ya que a pesar de su larga duración, entretiene durante todo su metraje, como no podía ser menos tratando tan pintoresco tema y contando con esa pedazo de hembra llamada Angie Cepeda, que ilumina la pantalla cada vez que asoma por ella.
Recomendable.

Película peruana, basada en el libro de Mario Vargas Llosa, nos muestra como Pantaleón (Salvador del Solar) debe arreglar con sus conocimientos administrativos y logísticos las necesidades de los soldados peruanos.

La película parte destacando la excelente capacidad racional de Pantaleón, un hombre que destaca sobre cualquier otro soldado. Pantaleón cuando se le da la misión de recolectar “putas” para el proyecto nunca creyó con la cantidad de hermosas mujeres de no tan solo buen físico encontraría sino tambien con un excelente corazón.

Dentro de ese grupo de mujeres encontrará otra con un “corazón de fuego” llamado la “Colombiana” (Angie Cepeda) del cual partirá la historia.

Pantaleón Pantoja (Salvador del Solar) es un capitán del ejército peruano, responsable militar, serio e idealista, fiel a su esposa Pochita (Mónica Sánchez). A él se le asigna una curiosa misión, trasladarse de la capital a Iquitos, en la amazonia peruana, con la finalidad de llevar entretenimiento sexual a los soldados asignados en dicha región selvática.

Para lograr esto el protagonista crea una enorme estructura organizativa con tal de realizar de la mejor forma su trabajo, a pesar de las dudas iniciales y la incomodidad de un entorno (tanto geográfico como laboral) que le es inicialmente complicado. Pronto estas ideas comenzarán a disiparse en favor de una empresa que lo termina absorbiendo.

El filme está basado en la novela homónima (1973) del escritor Mario Vargas Llosa, que ya había sido llevado al cine en una producción de 1975, codirigida por el propio escritor -su primera y hasta el momento única experiencia en dicho campo-, junto con el realizador español José María Gutiérrez Santos, que también debutaba con su primer largometraje.

Esta versión del año 1999 fue dirigida por Francisco J. Lombardi, el director peruano más reconocido, que tiempo atrás había trabajado una adaptación de Vargas Llosa, dando como resultado el muy buen filme La ciudad y los perros (1985), que le valió su primer reconocimiento a Mejor director en el Festival de San Sebastián.

El guion de Pantaleón y las visitadoras fue coescrito entre Giovanna Pollarolo, pareja y recurrente colaboradora de Lombardi, junto con Enrique Moncloa que debutaba en un largo de ficción. La historia se narra de forma lineal y cuenta con múltiples diálogos, que dan fe de su origen literario.

Por su parte Lombardi opta por filmar con un tono clásico y convencional, dándole al filme un ritmo y vitalidad que lo hace muy agradable, la dirección de actores no puede estar mejor, a pesar del encasillamiento o caricaturización de alguno de ellos, se muestran naturales con papeles a la medida, confiados de la labor encomendada.

La película puede que se exceda algunos minutos, especialmente su último tercio, pero en general el ritmo que maneja es bastante efectivo, con una historia atractiva que mezcla la comedia (¿sexy comedia?) con el drama de su protagonista en su asidua labor.

Hace tiempo que tenía pendiente ver esta película peruana, no sabia de que iba, me la habían recomendado dos amigos como una película que tenía que ver. Sabia que estaba basada en una novela de Mario Vargas Llosa. El caso es que a mí me había llamado la atención un par de fotogramas donde aparece la protagonista vestida con un vestido verde y rojo, muy guapa y destacado por su belleza respecto a otras chicas de las imágenes.
La vi hace una semana metido en mi saco, con fiebre y muy lejos de casa. El argumento me sorprendió por su originalidad y entendí las recomendaciones. Un militar muy extracto con un currículo intachable al que le encargan reclutar prostitutas para los militares de Perú aislado en puestos fronterizos. Parece ser que fue un hecho real, que ocurrió algo parecido. Puedo entender a Vargas Llosa que, con esa información, imaginara la organización de semejante disparate, una idea inmoral y libertina dentro de una institución castrense dedicada a otros valores de honor y protección a la patria.

La mezcla de una institución tan cuadriculada como es el ejército, integrando un servicio de prostitución para aliviar a las tropas, resulta cómica y así lo ha exagera la película y supongo que la novela. Pantaleón Pantoja interpretado por Salvador del Solar, no me parece un gran actor y su interpretación me parece un poco forzada, pero le da al personaje la imagen y la evolución que necesita.
Pilar Barden, irreconocible desde el móvil, interpreta a la vieja alcahueta y madame, hace un gran papel, la veterana actriz da calidad a esta película tirando de oficio.
Gustavo Bueno y Gianfranco Brero, estan geniales en los papeles de los mandos militares, los responsables de este despropósito, organizan y luego se desentienden de los resultados y ambos actores representan a la perfección el poder de los mandos y la diferencia de clases, ellos estan en lo mas alto de la pirámide y no se manchan las manos.
El personaje de Sinforoso interpretado por Basilio Soraluz es imprescindible, porque es el enemigo del héroe, un villano en forma de locutor de radio, la voz del pueblo, un hombre mezquino y trepador con un diente de oro que provoca rechazo nada más aparecer en pantalla.

Pero la protagonista de esta historia es Angie Cepeda en el papel de Olga Arellano, La Colombiana. Desde que aparece en pantalla seduce al protagonista y al espectador. Su belleza y su sexualidad estan a la altura de otras mujeres bellas con interpretaciones inolvidables. Cepeda podría compararse con la presencia en pantalla que tuvieron Raquel Welch o Brigitte Bardot, su sexualidad ante la cámara y el cuerpo de escandalo cuando sale desnuda, es sin duda el momento álgido de la película y forma parte de la historia del cine erótico. La juventud de Angie Cepeda es la vez el acierto y el pecado de esta película que forma parte de la historia del cine peruano.

Han pasado 23 desde su estreno y actualmente seria imposible rodar una película donde se toca con tanta frivolidad el papel de la mujer, reflejada como un objeto sexual. No ha habido ninguna otra adaptación y aunque el tema daría para varias versiones de la historia, como decía es bastante arriesgado y trasgresor. Es moralmente abominable, pero hay comedia ahí, en el momento que Pantaleón lleva un extracto control de los actos sexuales, rendimiento, optimización, etc. Le quita cualquier tipo de romanticismo y simplifica, algo que a todos nos preocupa buena parte del día, el sexo.

Por último, la evolución del personaje de Pantaleón es otra de las partes mas interesantes de la película, el desdoblamiento final de la personalidad de un hombre recto que saca su lado mas oscuro y aprende a vivir con él.

La selva peruana se ofrece como escenario para una adaptación literaria de la novela de Mario Vargas Llosa, que aunque no alcanza la magistralidad de su homóloga, cumple en multiples ocasiones con llevar un correcto ritmo narrativo.