El páramo

Película colombiana que tuvo algo de éxito en Sitges. Mezcla el género fantástico y de terror con el bélico como han hecho muchas otras como por ejemplo “Deathwatch” o “Dog Soldiers”. La película narra las desventuras de un grupo de soldados que se apoderan de una aldea con una mujer atada y en donde empiezan a pasar cosas raras.
No pasa mucho más en esta película y se suceden unos cuantos minutos con más o menos amenaza y tensión. Lo que sí se puede decir es que la película es demasiado violenta y muy muy sangrienta. Cuando se lee (como dicen algunas críticas) que una película es hiperrealista hay que esperarse lo peor: sangre y vísceras a tutiplén. A mí la verdad es que la película me aburrió bastante y no me parece que haya nada que se pueda destacar, la verdad, a no ser que hubiera algo interesante cuando dejé de verla porque tenía el estómago revuelto y muy mal cuerpo de lo desagradable que es la película. Algo que dudo.

Uno inicia viendo esta película con una expectativa real de sufrir una experiencia aterradora. Y puede que los personajes pasen sus sustos, pero no enganchan con el público y se hacen, en vez de contagiosos, fastidiosos. Soldados mal hablados (además de los problemas de sonido que tiene el filme), con mala vocalización... a los que solo se les entienden sus madrazos no hacen un buen filme, pese al acercamiento a lo que debe ser un pelotón real.
Y así lo que se ve no amaña ni genera encanto ni menos terror. Parece, eso sí, que hay una buena idea detrás de todo este embrollo de violencia, sangre y niebla. El problema es que al quedarse en la buena idea agazapada no logran hacerla relucir con verdadera vehemencia.

El Páramo es una película que supera una de las barreras más difíciles de sortear en su género, la del aburrimiento. Soy un amante del cine de terror, me encantan las atmósferas y simepre estoy a la caza de esa película que me diga algo más que un puñado de sustos fáciles y predecibles. El Páramo no es una obra maestra consiguiéndolo, pero por lo menos no me aburrí.

Porque son cientos los directores que van buscando ese terror más residual que otra cosa y acaban creando un conglomerado de minutos donde el aburrimiento se ipone a cualquier otro sentimiento. El Páramo es más de intriga que de terror, y también es más mediocre que espectacular, pero hay que aplaudir el intento de Jaime Osorio, más todavía cuando es su primera película.

Las interpretaciones están bien, sin más, aunque unos cuantos tacos menos hubieran dado mejor sensación a la película. El susto del final, un poco fuera de lugar, es bastante perdonable, porque estamos hartos de ver películas de éstas donde los malos acaban siendo los propios protagonistas que se vuelven locos los unos con los otros no dejando claro si lo que ven es real o no. Jaime Osorio hace lo mismo que otros tantos, pero con la chispa de un principiante, y eso se nota para bien.

Una grata sorpresa, no es la mejor película del género pero si que sabe muy bien administrar su ritmo a pesar del tedio que de por sí lleva implícito el género.

Aburrida película vista ya mil veces en la que un grupo de soldados atrapado en un lugar inhóspito empieza a sospechar hasta del amigo más íntimo. lenta, soporífera, previsible; se me vienen a la mente rápidamente Deathwatch que a su vez era copia de otra llamada el Bunker y de otra creo que coreana de misma temática...Si no has visto ninguna de las citadas puede que te cautive la atmósfera opresiva que crea...

De acuerdo que el cine de terror ha muerto y que el relevo lo ha tomado el suspense puro y duro. Pero la verdad, esta película es de lo peorcito que he visto. Una pena, ya que el comienzo de la misma es del todo interesante y nos hace preveer una buena sesión de cine independiente, de bajo presupuesto pero contundente en su argumento. Craso error. A medida que el metraje va pasando nos damos cuenta de que lo que al principio del film nos atrapaba se ha esfumado. Los diálogos son pésimos, y ya no digamos que la falta de doblaje nos pone en la tesitura de no entender mas de dos o tres palabras de cada frase, lo que conlleva a un estrés permanente por intentar entender lo que hablan los protagonistas sin tener mucho éxito en nuestro empeño. Dos momentos puntuales de cierta tensión y un “momentazo”. Un gran decepción al sentir que, una vez terminado el film, no has hecho otra cosa más que desperdiciar tu valioso tiempo. Como se ha comentado en otras críticas, un querer y no poder. Lo que me lleva a la inevitable conclusión de que en temas de cine, querer no siempre es poder y en este caso, mejor hubiera sido no intentarlo viendo el resultado final.