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Klute

Intriga. Drama En Nueva York, un hombre ha desaparecido sin dejar rastro. Klute (Donald Sutherland), un policía íntimo amigo suyo, encuentra una pista en las cartas que aquél le escribía a una prostituta llamada Bree (Jane Fonda). Va a verla para interrogarla, y surge entre ellos una apasionada relación amorosa. Mientras Klute prosigue sus investigaciones en los bajos fondos, empiezan a aparecer prostitutas asesinadas; entonces le asalta la sospecha ... [+]
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Críticas 30
Críticas ordenadas por utilidad
28 de noviembre de 2009
13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vigoroso el thriller que el especialista Alan J. Pakula dirigió en 1971, con un tema que podría resultar escabroso pero que resuelve muy elegantemente. El ambiente en el que se sumerge la película es el mundo de la prostitución. Jane Fonda es la prostituta, y Donald Sutherland el detective privado que investiga la extraña desaparición de un amigo suyo y además cliente habitual de Jane Fonda. Ergo, ahí está la película: Donald vigilará a Jane. Muy de cerca, de veras.

El papel de Sutherland, hierático, muy en su sitio y aislado del mundo exterior, contrasta con el de Jane Fonda, una prostituta de aparentemente vida alegre, pero que también tiene sus propias cuitas: querer ser algo más que eso, encontrar un trabajo de modelo, olvidar una vida que no le llena. Pero la habilidad está en no ser maniquea su presentación, porque de buenas a primeras, el personaje de Fonda, sin motivo aparente, "desea cliente", no aparca su oficio, necesita "dosis de su amor". En los tiempos actuales ver eso sería algo impensable en una película oficial, y habría que marcharse a Europa o las buenas películas de cine indie.

La historia de la desaparición del amigo de Sutherland es el punto de partida de la cinta, pero de ninguna manera se convierte en el centro neurálgico de la historia. Qué le interesa y acertadamente a Pakula: la relación de amor-odio entre ellos dos, Donald y Jane, a mitad de camino entre la desconfianza (polis y putas) y la pasión (nocturna) entre ellos dos. En cuanto al resto, pues un macguffin muy bien traído, porque tampoco es que haya mucho misterio en cuanto a quién es el asesino.

Técnicamente, los planos se toman su tiempo, hay regocijo en la presentación pausada de las situaciones, hay escenas que se toman su tiempo, los personajes se miran mucho y bien. Donald Sutherland es un actor que calla muy bien. Y no digamos ya los ojos (heredados) de Jane Fonda.

En definitiva, buena película, buena tensión interior, buenos actores y buena realización (spoiler).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
cassavetes
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8 de agosto de 2009
20 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decepción es lo que sentí después de ver esta película, injustificablemente encumbrada, en la que lo único salvable es la presencia del gran Sutherland. La cinta es espesa, lenta, previsible, aburrida...

Las sesiones de psicoanálisis de la protagonista no aportan nada, los diálogos son insubstanciales, la relación romántica entre la chica y el detective, además de previsible, es desangelada, los personajes que deberían dar fuerza a la supuesta intriga del film (desde casi el principio de la historia se prevé quién es el "malo") aparecen fugazmente o son nombrados de pasada, sin quedar muy clara su importancia en la trama. En general no se profundiza en ninguno de los temas que trata, se exponen de una forma muy superficial, no hay nada en esta película que enganche, interese o simplemente entretenga.

Añadir a todo esto la excesiva oscuridad de la cinta.

Infumable...
bigotesdegato
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25 de mayo de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un hombre desaparece en Pensilvania. Como la policía no consigue resultados un amigo detective, Klute (Sutherland), se encarga del caso. La única pista sólida es una carta que el desaparecido tenía en su despacho dirigida a Bree Daniels (Fonda), una puta cara de Nueva York. Y allí se va Klute.
Interesante cinta de detectives con su parte de intriga, terror (los timbrazos del teléfono se las traen), misterio e incluso de introspección psicoanalítica. Impagables las escenas de las conversaciones de Bree con una psiquiatra siempre muda, nada que ver con Woddy Allen en su sesión de autoanálisis en "Desmontando a Harry".
Buen guion, si, pero desarrollo demasiado premioso, frío, sin ritmo, con escasos momentos de verdadera tensión dramática.
Ni siquiera vemos nunca a Klute como un auténtico detective, ni a Bree como verdadera puta. Siendo dos grandes actores que hacen una excelente interpretación, no terminamos de verlos en los papeles que les encomiendan.
Es una obra interesante, pero tal vez demasiado ambiciosa en sus objetivos. Se queda a mitad de camino en algunas cosas. Por ejemplo sacar a última hora prácticamente de la nada al culpable, o situar el desenlace en un lugar al que no sabemos como llegan los personajes.
Película recomendable pese a todo por el buen análisis de los dos personajes centrales, la excelente ambientación que muestra el mundo de la prostitución neoyorquina de lujo o por señalar los nuevos caminos que emprendía el cine negro americano en los 70.
Lafuente Estefanía
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13 de marzo de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Klute, es una película de doble entrada, por un lado un thriller en busca de un desaparecido, investigación llevada a cabo por un inspector -Donal Sutherland- que siguiendo un fino hilo, llevará a cabo una ardua investigación sobre unas pistas muy diáfanas, hasta llegar a desenmascarar el entuerto (una historia más), por otro -y mucho más interesante- es el tratado psicológico de la protagonista de fuertes convicciones, actriz sin suerte -Jane Fonda-, que se mueve muy bien en el ecosistema New-Yorkino, libre, braless para más detalle, y cuyo trabajo lo desempeña ejerciendo su profesión soñada de actriz. Veamos este segundo aspecto:

De cómo su Actividad Profesional le proporciona plácemes: Directamente la película te muestra el quehacer diario de la protagonista. Una llamada: “me hace falta hacer algo de dinero” y directamente vemos a ella inmersa en sus negocios. Considera sus andanzas amorosas como trabajos psicológicos propios y para terceros, en los que participa en unos encuentros en plena libertad donde actúa desplegando un amor falso, consistente en llevar a sus infelices clientes a donde ellos creen que quieren ir, dirigiendo el cotarro y mandando y dominando toda la situación, cual directora de la performance en la que trabaja. El director ya nos ha enseñado sin ambages la otra forma de ver este vetusto trabajo, voluntario, que provee de parabienes materiales necesarios para pasar por la vida -no siempre feliz y no siempre fácil-. Ella se cuestiona esta forma de vida, sabe que lo fácil no siempre es lo mejor, pero se ve atraída por el trabajo, ya que mientras efectúa el encargo profesional se siente actriz, la actuación amorosa es puro teatro, aquí sólo hay que actuar no sentir nada, ni que te importe la persona, sólo interpretar una historia amorosa creyéndose las mentiras que se inventa para hacer creíble tu actuación-trabajo. Encargo profesional que bien efectuado la hace sentirse importante, dueña de su vida, le procura compañía y autoestima, y a la postre ensaya la profesión deseada de actriz.

A pesar de lo anterior, en términos reales, vemos que ella habita en un mundo paralelo que surge del mundo sórdido en el que vive la protagonista, un mundo sin triunfos, con escasez de dinero y espacios, limitado, de lúgubres decorados.

De cómo desea pasar a la Vida Real: En la relación que surge entre la testigo y el inspector del caso, ella entiende que algo exógeno ha surgido, algo que le hace no dominar la situación, algo que le hacer tener la sensación de algo fluye de ella hacia otra persona, es necesario no dejarse llevar y mantener el impulso de poder destruirle de ser capar de poder volver a la placidez de ser insensible. Tiene que ser fuerte y libre y capaz de explotar las debilidades de sus clientes, de ejercer su profesión de modo ejemplar que la produzca satisfacción y emolumentos necesarios para vivir cómodamente, ha de ser capar de actuar y sacar a la luz las debilidades del hombre y hacerles conscientes de las mismas, no puede dejarse llevar por ese factor exógena llamado amor, pero el trabajo no es para siempre, sabe que la propia naturaleza se encargará de arrojarla y echarla al fango de la sociedad. Hay que intentarlo, hay que dejar que el teléfono suene y salir de la habitación, dejándote llevar, creyendo que una persona puede ayudar a otra…
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
iovErdÈ
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25 de febrero de 2017
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para el detective John Klute, la prostituta de New York, Bree Daniels, es la pieza clave mediante la cual cree que podrá llegar hasta Tom Gruneman, el ingeniero amigo suyo que se encuentra desaparecido. Muchas preguntas surgen en torno a Gruneman, y con el respaldo de su linda esposa Holly y de su socio Peter Cable, Klute luce dispuesto a conocer todas las respuestas.

Estamos ante un interesante thriller de busca y encuentra, que no tardará en comenzar a desvelarse… pero, más allá de esto, hay una historia de amor y una cálida aproximación a dos personajes de los que solemos imaginar de cierta manera, y quizás tengamos la oportunidad de comprender que, ojos se ven, pero almas no.

Alan J. Pakula, tuvo aquí su segunda experiencia como director, y seguramente impregnado de los magníficos filmes que años atrás produjo (“Fear strikes out”, “To kill a mockingbird”, “Love with the proper stranger” …), quiso también centrar su historia, principalmente, en el estudio de caracteres humanos y doy fe de que lo logra a plenitud, siendo el personaje de Bree una magnífica exploración del alma de una prostituta.

Bree, es un nombre que puede derivarse de Breeze, palabra inglesa que alude a un soplo (en este caso, la chica que “sopla”, delata o confiesa), pero también se refiere a brisa, ese delicioso y refrescante viento que nos alivia de los momentos de fuerte calor. Y si sabe verse, Bree la prostituta-actriz (¿habrá alguna que no sea actriz?), la chica astuta que pareciera interesada, únicamente, en sacarle a sus clientes la mayor cantidad de dinero posible en el menor tiempo posible, nos va a permitir sentir que también puede ser la más suave brisa cuando un hombre sabe llegarle al alma con la suerte de comportamientos y detalles que toda mujer anhela.

Paso a paso, si eres capaz de aceptar que estás ante una historia de Amor y que el thriller es casi un señuelo, te vas a sentir deliciosamente retroalimentado con una estructurada clase de comportamiento humano de las que no suelen verse todos los días. Y vas a ver, como buscando a un hombre se puede encontrar a una mujer, porque, los opuestos se atraen cuando descubren aquella especial clase de hilos que unen para siempre.

Jane Fonda -merecida ganadora del premio Oscar a Mejor Actriz- consigue encariñarnos con un personaje muy ricamente matizado, el cual carga con el bien y el mal en cantidades que, poco a poco, van inclinando la balanza hacia un definido costado. Mientras que, Donald Sutherland, es el detective de estructurado carácter que también conserva esos rasgos humanos que, quizás, lo distingan del montón.

Así, “KLUTE”, nada en intrigantes aguas donde se descubrirá que, en mayor o menor nivel, la doble personalidad es un problema de uno, y al mismo tiempo de todos… pero, a unos servirá para crecer y trascender como seres humanos... y otros se hundirán en el cieno de la existencia.

Se consolida aquí, un director que después corroboraría que, su talento, no era una brisa pasajera.

Título para Latinoamérica: EL PASADO ME CONDENA
Luis Guillermo Cardona
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