Redención

Jason Statham interpreta en ésta cinta a un personaje totalmente diferente a todo lo que ha hecho en su carrera, es con diferencia la película más humana que ha hecho, que dentro del género "Statham" ya es decir mucho. Su personaje puede parecer en algunas ocasiones un buen hombre, yo no diría tanto, más bien un hombre arrepentido dispuesto a redimirse con algunas buenas acciones esporádicas. Pero a la vez puede parecer un tanto hipócrita, ya que por otra parte da ostias a mansalva a todo kiski, tantos hombres malos como no tan malos.

En resumen diré que merece la pena verla, y tanto para los fans de Statham como para los que no, ya que la acción no es lo único interesante de la cinta. Por otra parte, las escenas de acción son cojonudas, con ángulos de cámara idóneos para disfrutar de la acción lo máximo posible.

La película presenta un escenario muy sugerente, una atmósfera diferente y elegante, cuya elegancia y profundidad no tienen porque ser obstáculos para el despliegue de los golpes de Statham, que como demuestra en su primera mitad, es capaz de darles un enfoque muy distinto y en absoluto desdeñable, al que estamos acostumbrados a ver los seguidores de los trabajos del carismático intérprete.

Un veterano de guerra pasa de deambular por las calles sin un punto de destino concreto, a convertirse en una especie de justiciero un tanto peculiar, que se empieza a relacionar con las mafias para lograr ese fin último que con tanto ahínco persigue, el de hacer el bien. La película procura no desviarse en ningún momento del tono emocional que plantea desde los primeros minutos de su duración: pretende dejar claro que no aspira a ser una vulgar película más de tiros que gira en torno al violento universo de Yakuza & cía. Si os soy sincero, no tengo para nada claro de si eso último es un acierto o más bien un fallo, y teniendo en cuenta el hecho que soy propenso a calificar las películas de este tío con un 8 para arriba, me da que si tuviera que dar una respuesta clara, me decantaría por lo segundo. No obstante la idea es francamente fenomenal, pues en los primeros 55 minutos llega a alcanzar un clímax que alcanza la calificación de las otras cintas, si bien lo hace de una manera muy diferente, introduciendo en el centro de la acción el constante tormento que vive el personaje, que hace gala de su don para eliminar a los enemigos como de su perenne clase, logrando de este modo una inmersión en la profundidad del protagonista muy acertada, que logra con su cometido, dejar huella en el espectador. Pero Steven Knight no tiene madera para la acción o si no es así no lo ha demostrado en absoluto en esta película, pues no olvidemos que el fin último de los que vamos a ver una película de Jason Statham es eso, violencia a raudales pura y dura, sin florituras ni epitafios. Lo digo porque en la segunda mitad esto decae claramente, en vez de desarrollar la portentosa narración de un hombre traumatizado que busca redención en la violencia, que duerme al lado de un fusil automático y que se levanta por las noches disparando a su alrededor creyendo ver enemigos, pero que aún así intenta triunfar en lo que hace en su día a día, aboga por un retrato existencialista y demasiado contemplativo que no le hace ningún favor a la cinta. El balance es un seis, por desgracia todo transcurre demasiado lento, y no termina de respaldar esa poderosa emoción que no puede dejar de atraerte, ese irrompible espíritu que basa su fortaleza en el cinismo y en unas pretensiones penetrantes que se reflejan tan bien en el cartel del filme, con una exposición de los hechos que esté a la altura. El mito es más grande que la realidad. El espíritu supera a los hechos. La búsqueda no le hace honor al objetivo.

Conclusión: Una propuesta genial, -cuya idea lejos de ser materializada, es por sí sola reclamo suficiente para ver la cinta entera,- que se queda practicamente en nada.

Por fin Jason Statham se desmarca mínimamente de su encasillamiento y saca su faceta de actor, con otros registros, que van desde el dolor no físico, sino sentimental, a sonreír, a mirar a las personas con pasión, no sólo con odio y tener hasta escenas de ternura como al observar la trata de seres humanos y estrechar la mano del niño/a enjaulado.

Extraña relación con la monja que le hace más humano y los escasos momentos que disfruta con su hija.

Buena película de Statham con un registro diferente, un notable bajo 7.

Reconozco que me ha sorprendido esta nueva película de Jason Statham y más teniendo en cuenta que siempre lo he considerado un buen actor metido siempre en las mismas historias y en el mismo tipo de producciones.
El que fuera guionista de “Promesas del Este” firma su opera prima como director con resultados más que aceptables, optando por una mezcla de géneros, que parece empezar como un thriller, pero que termina casi convirtiéndose en un drama social de los bajos fondos de un Londres estupendamente fotografiado.
Los fans de Statham tendrán los suficientes argumentos para disfrutarla, aunque hay que avisar que las escenas de acción son muy sencillas y no son la parte más importante del relato.
El actor exhibe todas sus habilidades tanto en los momentos de suspense como en los dramáticos, aspecto que potencia de manera muy especial en esta cinta y que tan solo nos había dejado intuir en una filmografía donde pasa a la perfección de la acción más visceral a momentos mucho más melancólicos y de desarrollo actoral.
Aunque al principio como espectador puedes sentirte algo desorientado ante tanta mezcla de género, hay que decir que el desarrollo es tan interesante, firme y pausado, que termina conformando un conjunto de una solidez muy poco habitual en esta clase de propuestas.
Hay algunos segmentos mejor desarrollos que otros, y no todo está potenciado, pero salvando las distancias, podríamos decir sin ningún tipo de rubor, que nos encontramos ante el “Biutiful” de Jason Statham, quitando eso sí todo atisbo de escenas poéticas. Tampoco las necesita.

Me dispongo a ver una película del gran Jason Statham, ya que sus películas me suelen entretener, pero no solo no me ha entretenido sino que me he aburrido como una ostra (y eso que Redención solo dura poco más de hora y media).
Desde el comienzo la trama no engancha al espectador, pasan y pasan los minutos y ya ni te importan los diálogos insulsos ni la historia de amor entre los protagonistas.
Las escenas de acción son muy escasas, si la queréis ver para ver las peleas del señor Statham, abstenerse.
En definitiva, es lenta, aburrida, soporífera...creo que la peor película que he visto de Jason Statham.
Evidentemente no se la recomiendo a nadie, ni a los fans de Statham.