Predators

Hola a todos los humanos. Antes de nada quiero decir que soy un Predator y como todo Predator nos dedicamos más al voyerismo que a la acción. Eso es que leo vuestras críticas sobre nosotros y si no me gusta alguna NO doy al NO. Directamente, MATO. Sin embargo, en este caso creo que tengo el absoluto deber, no sólo como humilde seguidor de la saga que protagoniza mi especie sino como Predator, de exponer lo que me parece este filme. Llevo puesto un traductor para que la computadora donde estoy escribiendo esta crítica no ponga grrrr krkrkr grrrr krkrkrgrrrr krkrkrgrrrr krkrkrgrrrr krkrkrgrrrr krkrkrgrrrr krkrkrgrrrr krkrkrgrrrr krkrkrgrrrr krkrkr y me puedan entender, que para eso somos una raza más avanzada que ustedes.

Puntos criticables de este reboot:

1.- Bajo ningún concepto llevaríamos a Adrien Brody a un planeta. ¡No lo queremos después de haber hecho “Manolete”! Y más teniendo en cuenta lo atractivas que son las hembras de nuestra especie. Después de haber morreado a Halle Berry y haberse refregado con Jennifer Aniston, Elsa Pataki o January Jones podría acabar con nuestra especie llevándose a todas nuestras hembras al huerto. Y encima dicen ustedes que es feo... ¡Mis cojones sí que son feos! (Y no brillan en la oscuridad si se están preguntando eso).

2.- Los humanos apestan. Pa’ uno que dejamos vivo y va le hacen gobernador de California.

3.- Tenemos planetas como ustedes tiene Torrevieja. Para cagar y cometer crímenes nos vamos al suyo.

4.- Ustedes pasan el día jugando a los videojuegos y en las redes sociales y nosotros cazando pero también vivimos. ¿No han pensado que si estuviéramos todo el día cazando no habríamos fabricado todas esas naves espaciales y armas? Para este tipo de cosas hay videojuegos, ¿no?

5.- La película mezcla “Cube” y “La Selva de los Famosos” con criminales y mercenarios. ¡Mentira! A nosotros nos ponen únicamente los programas de cocina y “Sexo en Nueva York”. Somos fans de Sarah Jessica Parker.

6.- Si nos retan a un duelo samurái nos partimos el culo y luego sacamos el trabuco-láser para desintegrar la sobredosis de honor.

7.- Bueno, eso de no soy un buen hombre pero sí soy rápido es una soplaplochez terráquea.

8.- Cuando un Predator pierde no le dan esas rabietas para inmolar un planeta. Sí, nos cabreamos pero no hacemos el mismo gesto que un heavy metalero en un concierto de Iron Maiden.

9.- No por tener el casco más grande y tuneado se es jefe.

10.- A pesar de la maldad humana sepan que hay cosas peores. Cosas como “Predators”.

No hay nada mejor que ir al cine con resignación. Así fui yo, en grupo y esperando ver un bodrio. Porque había visto Predator (la primera) y me había gustado, y no esperaba que ésta estuviera a la altura. Para empezar, odio a Adrien Brody. Y si encima me lo pones de chulito con unos pocos músculos que a saber lo que le habrán costado con lo alfeñique que es, peor. Si me lo haces comparar con Schwarzenegger ya es para pegarse un tiro. Y por eso entré a la sala resignada y con la cabeza gacha, cargando con mi cocacola de tamaño medio.

Ahora es cuando me trago mi orgullo y confieso que la maldita película me entretuvo, y es más, me sorprendió cómo cuidaron que mantuviera la esencia de la primera. No entremos en el argumento ni en la lógica, porque entonces le tendría que poner un 1. Hay fallos por doquier, de esos que dices "voy a hacer como si esto no hubiera pasado y sigo viendo la peli". Hay veces en que piensas que definitivamente los personajes son subnormales. Pero en general entretiene y respeta el espíritu de Predator. Los bichos, las armas... todo tiene un aire similar al que se respira en la primera entrega de los 80. Se emulan algunas escenas pero con otros personajes. Meten con calzador a Laurence Fishburne, que está muy gordo, por cierto, y que tiene una intervención algo ridícula.

Luego, comentándola, uno se ríe de las gilipolleces argumentales, pero lo cierto es que no puedo suspenderla, y tampoco simplemente aprobarla. Eso sí, Adrien Brody me sigue cayendo mal y eso no va a cambiar.

Robert Rodríguez quizás no es el mejor director del mundo, pero posiblemente las cosas hubieran salido mejor si se hubiera involucrado al 100% y no a la mitad realizando la tarea de productor. Porque el director Nimród Antal, el mismo que declaró que realmente nunca ha existido una buena secuela de Depredador (John McTiernan, 1987), ha intentado sin éxito realizar una película llena de tópicos sin innovación alguna y totalmente previsible. Eso sí, el entretenimiento está asegurado si quieren disfrutar viendo una vez más al célebre “cazador de hombres”.

La película tiene un principio bastante prometedor, viendo como Royce (Adrien Brody) despierta mientras está cayendo al vacio e intenta abrir su paracaídas. Una vez en tierra, verá que no está sólo, al ir encontrándose con personas de las cuales tienen en común una gran habilidad con el manejo de armas. Y todos ellos con una peculiaridad en común: son asesinos. Es entonces cuando él y el resto del grupo se darán cuenta de que han sido seleccionados para participar en una especie de juego de caza alienígena en donde ellos son las presas.

El reparto, pese a estar lleno de actores de gran calibre como Adrien Brody (El pianista), Topher Grace (Spiderman 3), Laurence Fishburne (Matrix) o Danny Trejo (Machete) entre otros, no logra convencer de ningún modo. Sus actuaciones (incluida la del protagonista) son planas y previsibles, por lo que el espectador no sentirá ni por asomo un mínimo de apego por los protagonistas puesto que parecen que estén predestinados y lo único que hacen es intentar sobrevivir huyendo de ser aniquilados por los cazadores, en este caso los “Depredadores”.

La actuación de Laurence Fishburne (con un ligero exceso de peso) es bastante chirriante, interpretando a un hombre con delirios de locura. Sin duda es decepcionante, al igual que la interpretación de Adrien Brody quien se ha encasillado en producciones como Splice, The Jacket o Manolete. Películas que hacen que cada vez quede más en el olvido su gran actuación en la película El Pianista, convirtiéndolo, hoy día, en un actor del montón.

El punto fuerte de Predators son sus efectos especiales y maquillaje. Es aquí donde nos muestran a un “Depredador” clásico preservando la originalidad que tanto gustó en la primera entrega y en la que se nota que hay un gran trabajo artesanal prescindiendo de la tecnología digitalizada. Además, el film también cuenta con diversos depredadores creados para la ocasión como son perros o halcones y distintos sistemas de armas.

La música creada por John Debney (Iron Man 2) no logra sobreponerse por encima de la película en ningún momento pasando casi desapercibida. Intenta recrear unos temas semejantes a los que fueron compuestos en Depredador (1987), por lo que a veces da la sensación de que lo que estamos escuchando es algún tema remixado del film de McTiernan.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento por falta de espacio)

Uno cuando ve la primera película, la de 1987, sabe que no va a volver ninguna igual, pero me parece una vergüenza que hasta los efectos especiales sean iguales o peores que entonces, no han mejorado nada. La película empieza precipitadamente, parece que venga!!!, todos abajo y al ataque. El Bronby este o como se diga no pega ni con cola, me recuerda al orlando Bloom en el reino de los cielos. A uno lo comparas con chuache en la primera película y parece su hijo pequeño, y al bloom con pelis equiparables como Troya, Gladiator o Braveheart y parece el hermano menor. Da hasta risa. Este enclenque de Brody cuando sale embadurnado de barro parecía un espagueti comparado con chuache. Hayn muchas escenas que son copias de la primera en plan cutre. Seguiré en el spoiler.

¿Qué hacen un mejicano, un ruso, un negro, una latina, un japonés y tres nortemericanos en la selva? ¿Parece el comienzo de un chiste, verdad? Lo es. Un chiste de mal gusto.

"Predators" es otra decepción más a añadir al panorama del último cine de acción hollywoodiense. Una secuela morosa en la que sobresale una dirección mediocre sin imaginación alguna, un montaje abrupto y disperso, altibajos importantes de ritmo, personajes planos con diálogos de juzgado de guardia, escenas de acción que tampoco no son nada del otro mundo... en fin, todo virtudes.

Adrien Brody simplemente no da el pego como tipo duro. Por muchos anabolizantes y horas de gimnasio que le meta, la mirada de cordero degollado no se la quita nadie; Laurence Fishbourne resulta completamente ridículo en los 10 minutos en los que los que sale, y del resto del equipo sólo está bien Danny "Machete" Trejo, pero claro, ya sabéis lo que duran los negros y los hispanos en este tipo de cintas.

Secuencias copia-plagio-homenaje de la primera parte de la saga, véase metralleta rotatoria, caídas por cascadas y previo tratamiento de spa a base de barro del Brody para encararse al bicharraco, que lo único que provocan junto al machaque de la misma banda sonora de 1987, es nostalgia por el original. De acción predigital nada, desde los "sabuesos" de caza hasta el fuego de las explosiones son de Playstation, lo único artesanal son los prostéticos del Depredador y punto.

Quererle meter emoción extra a base de supuestas sorpresas y giros “inesperados" en ciertos personajes parecen más bien recursos de baratillo para despistar aún más al espectador y lo único que consiguen es aumentar el nivel de mezquindad del conjunto, demacrando aún más si cabe un producto desenfocado ya por sí, llegando a un punto en que te da absolutamente igual lo que les pase a los flemáticos protagonistas. Bueno no, estás deseando que los defenestren de una vez y se enciendan las luces del cine.

Para ver pelis de acción veraniegas dignas y descerebradas, evadid este dislate y ved la socarrona "Los Mercenarios".