La princesa prometida

La primera vez que vi este pedazo de obra de arte, fue en clase, antes de ella odiaba las películas románticas, y luego de ellas, no las odié tanto, tal vez por qué es una película de aventuras y no romántica, pero bueno, a pesar de que en ese día la película ya tenía 30 años, la vi como si fuera un niño que fue a verla al cine por primera vez en esa época.

Y aunque la envejeció muy mal en lo que visualmente se refiere, tiene unas actuaciones impresionantes, personajes interesantes, un héroe intrépido y una historia sencilla, pero preciosa. Cada vez que la transmiten por TV, no dudo un segundo y me quedo a verla hasta su legendario y épico final.

-Oye abuelo, ¿podrías volver a leérmelo mañana?
+Cómo desees.

Llevaban años y años dándome por culo con ver esta película, tildándome de hereje por no haberla visto. Bien, ayer por fin pude verla y...podría no haberla visto y no me hubiera perdido absolutamente nada.

A ver, que la historia sea un cuento infantil que le cuenta Colombo a su nieto no implica que este cuento deba ser el colmo de lo simple. Es decir, sería perdonable si la historia fuera el soporte o columna para desarrollar la relación entre el abuelo y su nieto, pero se queda en eso: pura superficie.

Claro, cuando empieza la película te encuentras con un relato ligero de capa y espadas con ágiles toques de humor, pero es que termina pareciendo una parodia absurda donde no empatizas con ningún personaje. Es en este caso donde agradezco la corta duración.

Ni siento empàtía por el tal Iñigo Montoya ni comprendo porque el latazo de frase que repite dos mil veces es icónica (será por repetición y el postureo del personal), el bruto es bruto y el malo es malo. Salvo de la quema a Cary Elwes, que si me parece un personaje carismático, pero muy superficial (como toda la película)

En conclusión una película pasable para echar el rato si estás muy aburrido y poco más. Como dato, recomiendo ver la que para mi resulta una película superior y una versión corregida de esta: "The Fall: sueño de Alexandria".

Sin duda, una película de las que te marcan cuando la ves. Es bonita, sin más, una historia, un cuento tan bien pergeñado, con sus diálogos ágiles, sus grandes dosis de comedia, sus villanos de manual y sus héroes y heroínas románticas. Poco más que decir. Hora y media para disfrutar de duelos, amores irrenunciables, persecuciones, torturas y un final de cuento feliz. Todos, absolutamente todos, los actores están sobresalientes, sobre todo una bellísima (y jovencísima Robin Wright). Y qué decir de Peter Falt-Colombo con ese niño, para comérselo, Fred Savage que quería más y más lectura. Uff, qué lejos está ya 1987, qué nostalgia volver a ver esta película. Gracias, Rob Reiner ¡¡!!

Es decir: lo que ves es lo que obtienes. Por circustancias varias, a pesar de que por edad fui público objetivo, jamás vi esta película. La reponían cienes de veces en Navidad pero nunca era buen momento para acercarme a este clásico instantáneo y, tal era su fama que pasada ya la cuarentena decidí que no podía continuar así, con ese vacío en mi trayectoria. Y me puse a verla. Y comprendí por qué el Destino había querido este desencuentro. Por decirlo de una forma concisa, La princesa prometida es horrenda: entiendo perfectamente que vista con cierta edad y tras desgastar los cabezales del vídeo VHS pueda dejar huella en la cabeza de un menor (yo atesoro muchos ejemplos), pero para un adulto es una dura prueba.... Para empezar por Rob Reiner, tú antes molabas. La dirección es absolutamente pedestre y salvo el duelo a espada no salvaría ni un solo plano que sea brillante, sorprendente o símplemente... cinematográfico: no me pude quitar el tufo a TV movie en ningún momento. Si segimos por el guión, quizás el problema sea mío y de mis expectativas: no hay ironía, no hay giros, no hay... Shreck. La historia que se nos cuenta es un vulgar cuento infantil sobre el amor verdadero, y no existe desviación alguna sobre esa hoja de ruta, lo cual impide que haya el más mínimo planteamiento que la haga interesante a ojos de un adulto, porque honestamente, todas las frases míticas de la película (que hasta yo conocía), tienen muuuuy poca gracia: lo de Iñigo Montoya tiene una buena rima, pero con decirlo una vez bastaba. Y qué decir del reparto... El único que se salva de esta representación de fin de curso venida a más es Mandy Patikin.

En resumen, La princesa prometida es una de las películas más generacionales que me he echado a la jeta y carece de sentido fuera de su momento y su lugar.

Una historia de capa y espada contada en forma de cuento parodia. Yo no la había visto en su día pero sabía de ella por lo que ahora se la he puesto a mis niños. Y es eso claramente, una historia bien intencionada, familiar, con sus aventuras y comedias. Es lo que pretende ser y es lo que hace bastante bien. Es entretenida para pasar un rato en familia.