Colossal

Vigalondo ha vuelto y tenemos que estarle eternamente agradecidos.

Después de experimentar con el lenguaje cinematográfico en Open Windows y de mezclar comedia y ciencia ficción en Extraterrestre, el cineasta cántabro recoge todo lo sembrado en su prolífica carrera en Colossal y se marca la que es (para mí) su mejor película (seguida muy de cerca por Los Cronocrímenes).

El argumento: una treintañera perdida de la vida regresa a su pueblo natal después de romper una relación y descubre que tiene un vínculo especial con un monstruo gigante que aparece cada tanto en Seúl.

El concepto, que podría quedarse en un simple chiste, consigue deconstruirse a través del arco emocional de unos personajes que componen un retrato analítico de los roles de género y poder. Un diorama social que es una metonimia brillante de la sociedad del momento. Y, bueno, no quiero que esto parezca un bukkake de letras, pero la brillantez de la alegoría protagonista-monstruo tiene tantas lecturas y desglosa tantos temas, que a uno no le queda más que quitarse el sombrero.

Por ejemplo: el subtexto de los kaijus. Todos sabemos que en su día reflejaban la gran preocupación por la bomba atómica. La lectura aquí está actualizada, la amenaza nuclear se traduce en los principales problemas de la mujer y del hombre de mediana edad: el desamor, las adicciones, el machismo (las verdaderas bombas de nuestro tiempo).

Una cinta de realismo mágico tan chanante como elegante, tan feminista como inteligente. Una historia de ciencia ficción tan lúcida como entretenida. Pero, por encima de cualquier análisis sesudo, me quedo con la sensación al acabar la proyección: vellos de punta, media sonrisa y un “hijoputaquébuenoes”. Gracias por esta nueva joya del fantástico, Vigalondo.

Iba viendo la película y no lograba conectarme más allá de indignarme con algunos personajes y su trato con la protagonista. Pero, a mi parecer, sobre los últimos veinte minutos todo va cerrando y se termina haciendo una película maravillosa. Que sí. Que parece todo muy ridículo. Que se gastan muchos recursos en una metáfora. Yo pienso que está bien. Si se hace un drama sobre la violencia sobre las mujeres, la verdad es que no la vé nadie. Haciendo una película así, nos conecta un poco más contra éste flagelo que, empiezo a sospechar, no es sólo de Latinoamerica, si no del mundo entero. Aplaudo la decisión de por una vez no hacer un drama sobre éste tema y buscarle una vuelta. Me parece genial.
A cualquiera que diga, como ví en críticas de diarios, que es una oportunidad desaprovechada o no se entiende la conexión entre monstruo y persona, no le lleves el apunte y desconfiale. Es un cerrado que no entendió nada de la vida.
En lo técnico, en lo actoral, en la dirección, todo sin fisuras.

Nacho Vigalondo es uno de los directores más creativos que conozco y de esos que mejor me lo hacen pasar en una sala de cine. Su nueva película, ‘Colossal’, es una nueva muestra de ello. En este film, nos traslada su propia visión de ‘Godzilla’ y esas películas de monstruos que acechan la Tierra. Y es que, ¿Qué sucedería si fuésemos responsables de los movimientos de un monstruo gigante?

A su sumamente original punto de partida hay que añadir las continuas referencias que el director cuela durante el metraje, a aquellas míticas producciones niponas. Desde su arranque estamos completamente enganchados a la trama y, lo que es mejor, no sabemos en ningún momento porqué derroteros va a continuar.

Con una divertida y natural Anne Hathaway de eje central de la película, su trama es la antítesis de aquellas películas de las que bebe. Más que importarnos la destrucción, los edificios derruidos y los miles de muertos que puede provocar, el verdadero interés está en la reacción de sus personajes principales y lo que estos pueden desencadenar.

‘Colossal’ es sorprendente, original, divertida y entretenida. Pocas películas a lo largo del año van a reunir todos estos calificativos así que no perdáis la oportunidad de verla.

Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com/

Cuando algo es diferente, excepcional, sin tópicos, refrescante y sobre todo inteligente no nos suele gustar por que, como buenos borregos, sólo aceptamos lo de siempre, lo mil veces masticado.

Si una película es de acción sólo quiero ver violencia y efectos especiales y poner mi cerebro en fase de electroencefalograma plano.

Si la película es un melodrama romántico, todo tiene que ser como las películas con claro mensaje machistas a lo Sandra Bulloc, la chica acabando en brazos de su novio, que cuidará, besara y protegerá a la pobre e indefensa enamorada, todo muy Disney, demostrando nuestra madurez emocional.

Pero si la película está llena de ironía, humor inteligente, combinando géneros para hacerlo todo más atractivo. Con personajes reales, llenos de conflictos, problemas y debilidades y todo aderezado por unos toques de acción Kaiju de lujo y con un personaje femenino, que es el protagonista absoluto, destrozado y desorientado pero buscando su identidad y su redención, ahí algo no funciona.

Eso de utilizar el coco no nos va, así que decidimos que es un rollo, no paramos ni un segundo en razonar sobre qué quiere transmitirnos este maravilloso director y esta gran actriz y decidimos que es una basura todo, que no nos hemos enterado de nada y que es un aburrimiento total.

Luego protestamos de que en Hollywood o en el cine actual no hay nada nuevo... Somos nosotros los que no cambiamos nunca y pagamos siempre la misma basura! Sólo tenemos que echar un vistazo a las películas más taquilleras del año...

Y luego nos quejamos de lo que nos dan, sin darnos cuenta de que es por lo que únicamente pagamos.

¡¡¡Jó!!!

Y escribo este párrafo para que no penseís que lancé la crítica sin haber escrito nada