Memorias de África

Memorías de África es una bonita historia de amor, principalmente al continente africano, pero también me ha parecido una buena historia de superación con un toque feminista muy interesante.

Es cierto que está todo bastante edulcorado, aunque en ciertos momentos se tratan temas duros, pero me ha parecido que incluso, en esos momentos más duros, se hace todo desde una cara amable y bonita.

Esto que comento no tiene porque ser malo, pero si que creo que hace, al menos en mi interior, que la película no de un salto que necesitaría para ser una gran película, quedándose en una buena película, que no es poco.

Eso sí, los paisajes, la fotografía... en resumen África, sale preciosa y es una gozada disfrutar de ella, Pollack ahí lo borda, en general la dirección es muy correcta y está bastante bien.

Las actuaciones cumplen, no me parecen los mejores papeles de Streep y Redford, pero lo hacen muy bien, como no podía ser de otra manera en actores de su nivel.

En resumen, una historia de superación que podría ser bastante dura, pero que se ha edulcorado lo suficiente como para enamorarte perdídamente de África, que no es poco, pero que, sin duda, podría ser mucho más.

Seguimos viaje.

Un saludo.

No pretendo hacer una crítica, suscribo plenamente las palabras de Pablo Kurtz. Despues de 37 años el tiempo ha dictado sentencia: es una 0bra Maestra. La Obra de Sydney Pollak, aquella en que la inspiración y el saber hacer se fusionan en un film que quedará en la memoria y en la Historia del Cine. Hay buenos guiones, sin ellos no es posible hacer un buen film y hay guiones perfectos que permiten que el autor despliegue todo su arte y con leves pinceladas , lentos movimientos de cámara o grúas emocionales haga su mejor obra. Meryl Streep, una inmensa actriz pero que tuvo el acierto y la oportunidad de hacer films memorables crea una Karen Blixen inolvidable, pero Redford no interpreta es Denys Finch Hatton.

Lo mejor de la película lo ponen Barry, Mozart y David Watkin, por el orden que uno quiera. La música y la fotografía con tan buenas que casi suplen todo lo demás. De esto conseguí darme cuenta entre cabezada y cabezada, al tercer o cuarto intento de verla. No estoy muy seguro de haberla visto entera, pero creo que sí. Entre nosotros, es un tostón.

La peli va de lo bonito que es África, salvaje, infinita…. y como masa Meryl se enamora irremediablemente de Stanley Redford, que es muy guapo, valiente y, por si fuera poco, muy sensible a la vez. También lava muy bien el pelo. A ver quién no se enamora de semejante tipo una noche a la cálida luz de la hoguera en la sabana bajo las estrellas del inmenso cielo africano mientras los grillos (o el bicho que haya en África) hacen cri cri cri cri llenando los intensos silencios de un amor que abrasa. Bécquer y Baudelaire juntos, una zapatilla rusa al lado de esto.

También resulta que nuestro Stanley (que aquí se llama Denys Finch-Hatton) es un alma libre. ¡Mecachis! ¿qué puede más, la libertad o el amor? ¿y ahora cómo arreglamos esto? Pues si no has visto la peli, la ves y, si consigues hacerlo sin dormirte, ya te enterarás.

El argumento se puede describir con cuatro líneas y al guion le echo, a ojo, cinco páginas. La película dura 160 minutos. Haz tus propias cuentas.

Se trata de romanticismo en estado puro; que hace que parezca una pena que tú no seas Robert Redford y espantes leones como si tal cosa y tú no tengas posibles y una granja en África. Pero no sé yo…. no me dan ninguna envidia.

Me atrapó. No podía ser de otra manera. Ya lo hizo en ocasiones anteriores y estoy seguro de que volverá a hacerlo en el futuro. No puedo negar que me gusta demasiado, es un pequeño placer que Dios nos ha regalado y que Sydney Pollack ha impulsado. Me entregué a ella en cuerpo y alma, me dejé llevar y la disfruté, vaya que si la disfruté. Admito y reconozco que todos, Meryl Streep, Robert Redford, el director, la música, los africanos, los leones, el compositor, el de la fotografía... están sublimes, están perfectos y hacen todo lo posible para que te relajes, te acomodes y disfrutes de una buena, relajante, cómoda, reconfortante y placentera siesta.

¡Gracias!

Epopeya inspirada libremente en las auténticas vivencias de la escritora danesa Karen Blixen, en la que el romanticismo es importante, pero cuya historia de amor, que prevalece en la memoria de muchas personas, apenas ocupa la mitad de una película que resulta más estimulante cuando se adentra en aspectos más intrínsecos como la realización personal, el crecimiento interior o la búsqueda de la armonía entre las personas y la naturaleza.

Temas en los que un guion compuesto de retazos y por momentos inconexo, no profundiza demasiado para ceder el protagonismo a las facetas más técnicas, ya sea una bucólica banda sonora original o una deslumbrante fotografía que retrata a las mil maravillas los espectaculares paisajes africanos.

Más mini críticas en cinedepatio.com