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Langosta

Ciencia ficción. Drama. Romance Narra una historia de amor no convencional, ambientada en un mundo distópico, en el que según las reglas establecidas, los solteros son arrestados y enviados a un lugar donde tienen que encontrar pareja en un plazo de 45 días. El tema central es la soledad, el temor a morir solo, a vivir solo, y también al temor a vivir con alguien. (FILMAFFINITY)
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Críticas 164
Críticas ordenadas por utilidad
31 de diciembre de 2015
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como todas las distopías, The Lobster induce a la reflexión, y va más allá del trasfondo político de una sociedad deteriorada o corrupta. El amor, la soledad y el inseparable dúo vida-muerte son el núcleo del argumento. Si nos preguntan qué tema tiene más importancia en The Lobster, no podríamos escoger uno porque van de la mano. Es una historia sobre soledad. La soledad va relacionada con el amor, pues la soledad es una forma de desamor, una forma de amor no deseada. Y la soledad puede conducir a la desesperación, la impotencia, la degradación e incluso a la muerte. Conclusión: amor, soledad y muerte van juntas siempre.

Una vez llega la muerte, te conviertes en animal. ¿Por qué los seres humanos somos la especie animal diferencial? Por capacidad de raciocinio y por ser la única especie con necesidad de socializar. Aquí los solteros han perdido la razón y viven sin orientación alguna. La alargada sombra de la soledad les está matando y las personas hablan como robots: no hay sonrisas, no hay lloros, no hay emociones. Sin sentir nada la dificultad por socializar aumenta. Si alguien socializa no es por interés, es por salir de allí. El amor es impostado, no es verdadero, es sólo una farsa para alejarse de esta jaula. Los honrados no existen en este mundo; una persona que sólo busca la verdad no puede habitar en un mundo dominado por la mentira. Conseguir pareja en The Lobster es una obligación si se pretende vivir, y normalmente la pareja que encuentras es mediante un amor falso, absolutamente impostado. Y si no encuentras, lo hayas buscado o no, adiós al mundo humano, porque terminas como un animal. Todo por renunciar (expresamente o no) a la relación con seres de tu misma especie. Los animales no necesitan compañía; los seres humanos vivimos en base a la gente que nos rodea. El término “humanidad” significa sensibilidad, bondad, compasión hacia tus semejantes. “Humanidad” proviene de humano; define algo próximo, algo virtuoso y bueno.

Técnicamente, el film necesita contarse de manera propicia para entender el mensaje. Los planos mayormente son fijos y de larga duración. Resulta un poco frío de cara al espectador, sí, pero sirve para mostrar como son los solteros de The Lobster. En ocasiones la dirección puede resultar pedante, aunque nunca llega a la pesadez. Eso sí, si uno no consigue engancharse a la historia, hacia la media hora notará un poco de tedio y será imposible aguantar 90 minutos más.

Es entendible que no guste, pues no es perfecta y deja algunas dudas, ya que el mismo mundo distópico no se define a la perfección. ¿Consigue la ley capturar a todos los solteros del mundo? ¿Qué pasa si no capturan a alguno? ¿A partir de qué franja de edad se considera a alguien soltero? ¿Los niños y adolescentes lo son? ¿Y los viejos? Hay muchas cuestiones sin resolver pero no debemos olvidar que si incita a la reflexión, la película ya parte de manera positiva, aunque esté hueca por algún lado.

Lo mejor: La premisa, el argumento, la dirección y su complejo mensaje.
Lo peor: Las dudas. El bajón de ritmo que sufre hacia la segunda hora.
edgar_33
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2 de enero de 2016
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Partiendo de la base que la película es cuanto menos interesante, opinar o darle una nota me produce una batalla interna en la que intentaré decidirme mientras escribo estas líneas. Me gusta su concepto, su original premisa y toda su comparativa desde la sociedad distópica que nos enseña hacia la nuestra, centrado en las relaciones de pareja, la soledad, convencionalismos sociales al respecto, etc

Pero me parece obvia la pretenciosidad del director, lo inteligente que se cree y el cebo que resulta la película para que el espectador se sienta inteligente y profundo viéndola y eso le de una dosis de adrenalina a su ego interior que tape o camufle las carencias del film. Y es que su concepto está muy bien si, pero da la sensación de querer funcionar sólo con eso, aunque cuando el ritmo decae y no parece ir mucho más allá del planteamiento, te obsequia con un suceso o escena potente con la esperanza de que con el impacto, de nuevo el espectador vuelva a situarla. Sumado a ello, la dificultad que tiene siempre, contar desde una atmósfera fría y personajes ídem una situación en la que sentirse parte.

El director odia visceralmente no se si a la sociedad en general o al ser humano en particular. Eso y las ínfulas de pretender más de lo que es, quizá es lo que no le da claridad para perfilar mejor los personajes secundarios o trasladarnos mejor una relación que a priori es o debería ser el eje central y parece querer crear un clímax final ineficaz. Eso no quita que haya que valorar una de las propuestas más originales de 2015, junto a sus mencionadas cualidades.

Y acabo estas líneas improvisadas igual de confundido que al iniciarlas, por lo que me estableceré en un término medio y el tiempo y un futuro revisionado decidirán si la nota es al alza, a la baja, si se imponen más sus cualidades o sus defectos.

Nota: [b]6'5[/b]
Turbolover1984
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28 de junio de 2020
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hoy es la noche de las "críticas perdidas". No sé si "críticas" es el término correcto, ya que sólo son cosas que sentí después de ver la película en 2016. Mis palabras sobre esta película se las escribí a alguien que ni siquiera le interesaban y hoy estoy recuperando éstas y algunas otras. Simplemente me da pena que mis momentos de madrugada escribiendo sobre algo que me apasiona, se pierdan. Ahí va:

No quiero que pienses que no me interesan las cosas que me cuentas... me interesan siempre, hasta las que no me gustan. Quiero decir, que aunque te diga que ese convento me resulte horroroso, me interesa que me cuentes todas esas cosas. No siempre vamos a estar de acuerdo en todo, ni nos va a gustar lo mismo... ¡Y menos mal! Porque si nos gustase lo mismo a los dos todo el tiempo sería un aburrimiento.
Quizás no debería haberte dicho que me parece horrible, tengo ese defecto, no puedo pensar una cosa y decir otra para quedar bien o para "encajar". Me he pasado media vida intentando encajar y no ha funcionado. Si algo no me gusta, no me gusta. Y da igual que todo el mundo diga lo mucho que le gusta o que el entendido máximo en cine diga que cierta peli es la bomba. Me da igual. Si para mí es un bodrio, seguirá siendo un bodrio.
Cuando estuve enferma, ya sabes, la depresión y eso, cuando empecé a salir, pensé que nunca más iba a volver a callarme ciertas cosas o a seguir la corriente porque es lo correcto y es lo que hay que hacer. Si algo no me gusta, lo digo. Si algo no lo quiero hacer, no lo hago. Me da igual si hay que hacerlo porque se supone que es lo correcto. Siempre y cuando no haga daño a nadie, claro. Es bueno para mí no callarme cosas o no hacer cosas porque se supone que hay que hacerlas. Eso me llevó a lo que me llevó y hubo un cambio en mí a raíz de aquello.
No quiero que te sientas mal ni te quedes pensando que eres inadecuado... me lo has dicho tantas veces... No eres inadecuado, nunca lo eres. Me encanta que me hables de tus cosas, de lo que te gusta, de lo que te apasiona... podría escucharte horas. De hecho muchas veces me pregunto cómo es tu voz. Y pienso en que me lo explicas, no me lo escribes... y puedo escucharte. Me interesa que me digas el por qué te gusta ese convento o un edificio o lo que sea. Si me callo es porque no puedo hablar sobre algo que desconozco. Sólo puedo decir si a mí me gusta o no, nada más. Y no puedo decir que me gusta si no me gusta. Pero puedo aprender y verlo con otros ojos si tú me cuentas el por qué te gusta a ti.
Hay una película que he visto este año, de lo mejorcito de los últimos años. Puede que la hayas visto, "The Lobster". Este director es brillante. Aparece uno cada cierto tiempo, pocos. Pues él es uno de ellos. Es su primera película en inglés, se podría decir que "se ha vendido". Eso fue lo que dije cuando supe que ya no iba a rodar en griego. Pero me equivoqué. Se conoce que le han dado libertad para hacer lo que quería hacer. Y lo ha hecho. Quizás de una forma más refinada que otras veces. Yorgos Lanthimos tiene la capacidad de contar historias que se han contado miles de veces, pero de una forma totalmente distinta y sorprendente. Eso hace a un director. Sus films tienen esa crítica a la sociedad, al sistema, sin criticar realmente porque son historias fictícias. Es muy inteligente a la hora de contar lo que quiere contar de una forma original y distinta creando arte al mismo tiempo, una fotografía cuidadísima, un toque de humor a veces difícil de entender y un sello personal hace que ya tenga un sitio en la historia del cine desde ya.
Y dirás "¿Por qué puñetas me cuenta todo esto?". Tiene que ver con lo que te he contado antes. No te voy a contar la peli, claro, pero para que te sitúes, trata sobre las relaciones amorosas y lo que se considera correcto o no. En este caso habla de las relaciones amorosas, pero podría aplicarse a cualquier relación entre personas y lo que se considera correcto y lo que no. Hay una escena, que define muy bien eso de seguir la corriente para "encajar".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
ISAKILLKILL
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2 de junio de 2018
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno que piensa que ya lo ha visto todo y llega a escuchar como una hippie tras una fumada de porro dice que no tiene útero, pero que siente un próximo ciclo menstrual o ve esta película tan extraña del que, no conozco nada Yorgos Lanthimos. Una historia de un mundo distópico donde si no vives en pareja no puedes vivir en la sociedad. Un hotel lleno gente sola y en pareja (ningunos se relacionan entre sí). Gente sola que tiene 42 días para buscar a una pareja de su gusto y poder reinsertarse en la sociedad donde la misma policía te pide carnet de estar en pareja y si no te enchirona. En este mundo bueno pues… Que desde que te dejan o dejas a una pareja tienes 42 días antes de convertirte en un animal que tú mismo hayas elegido. Y nada, dentro de este argumento tan curioso, que ya digo, nunca he visto semejante cosa, se enmarca la historia del personaje interpretado por Colin Farrell. Una historia llena de crudeza, de poca mierda humana para lo que se ve por ahí y donde se viste un mundo que siendo dañino es bastante bien tratado. Pues huyendo de ese hotel donde recluyen a los sujetos que deben encontrar pareja da con una secta en el bosque que evita toda relación real y la castiga con la muerte. Justo lo contrario. Farrell tiene a compañeros que llegan a hacerse sangrar para encajar con una sangradora profesional y aquí se destroza la boca del que besa a otra y a la otra también. En el primer día Rachel Weisz, su personaje, claro, se enamora de él y empiezan despacito y con gestos para que no les descubran una relación de amor que acaba como acaba y no diré nada aquí que me censuran la crítica.

El principal atractivo del film es su irreal y sorprendente historia donde con actitudes caciquiles se obliga a la gente a hacer lo que el ente supremo ha determinado (sea quien sea), en este caso, es tener pareja y no vivir solo por no ser rentable. Una de las cosas que pasa muy habitualmente es la cantidad de guantazos que se ven en el film a gente que te ofende. Tanto de amigas a mujeres a hombres. Un acto que es tan normalizado que hasta en las redes sociales hay tipas que se ríen o que ven normal pegar guantazos al tío que les mira mal o les pone las manos en el hombro para hablar (ya saben, las cabezas). En este film tenemos actuaciones de peso de Rachel Weisz, de Aggeliki Papoulia, de Colin Farrell, Ben Whishaw, Olivia Colman, etc... Prácticamente el elenco actoral al completo cumple sin excepción. Pero me gustó mucho el personaje de Aggeliki Papoulia, que demuestra ser una pérfida hija de la gran puta que se divierte dando patadas hasta matarlo al perro de su aspirante a marido y que encima era su hermano transformado tras no conseguir pareja. Me gusta como no muestra expresión al tener sexo con este y como sólo respira, me gusta como simula tan bien ahogarse. Es un personaje que me dejó, como dijo aquel niñato de Pencey*, sin habla.

*Hablo del protagonista de EL GUARDIÁN ENTRE EL CENTENO.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
axlyerin
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28 de diciembre de 2018
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuanto más penetro en la filmografía de Yorgos Lanthimos más he de tener claras dos cosas muy importantes. La primera, nunca volverá a coronarse la cima que es “Canino” (2009). La segunda, nunca volverá a coronarse la cima que es “Canino”. A partir de ahí, a disfrutar.
En “Langosta” el cineasta griego ataca de nuevo con una de sus carismáticas distopías a modo de espejo que refleja la humanidad. Aquí disecciona el amor y las relaciones de pareja mientras de fondo analiza, una vez más, pasado y presente de la sociedad. Aunque obviamente lo narrado en el film se puede trasladar a muchos más ámbitos de la vida, uno por cada espectador seguramente. David es un soltero en una realidad en la que serlo es delito. Todos los solteros son trasladados a un hotel donde, bajo unas estrictas normas, disponen de cuarenta y cinco días para encontrar pareja, a riesgo de ser transformados en un animal de su elección si no lo hacen. Bajo esta interesantisíma premisa que es puro Lanthimos el director desata su locura, una paranoia que, narrativamente y a diferencia de sus dos equilibrados anteriores trabajos, sufre de un desarrollo más bacheado. Tenemos una primera mitad de metraje que es oro puro, todo lo acontecido en El Hotel es absolutamente magnífico y brillante. Pero luego arribamos en una segunda mitad de metraje que decae ligeramente, aunque analizado fríamente y en profundidad compruebas que es una parte absolutamente necesaria para lo que quiere contar y transmitir Yorgos. Creo humildemente que el principal detonante del bacheado desarrollo es la duración del film. Acostumbrado como esta a los noventa minutos, los casi ciento veinte de esta se le han hecho bola.
Otra cosa que ha desaparecido en “Langosta” es la sutileza en el mensaje. “Canino” y ”Alps” (2011) eran películas de esas que te hacían pensar y mucho, a posteriori, intentando sacar conclusiones argumentales y reflexiones al contenido. “Langosta” por contra es una cinta que, a medida que la vas gozando, vas sacando la mayoría de dobles lecturas, haciendo que el post-visionado sea menos placentero. Evidentemente esto le sucederá más a quien conozca la metodología de Yorgos Lanthimos, como es mi caso, a todos los demás puede que esto les afecte menos.
“Langosta” sigue resultando perturbadora, incomoda, chocante, magnética, loca, sonrojante y dura; también creo que aquí la faceta comedia negra esta muy potenciada. Los personajes siguen mostrándose como robots, fríos y sin sentimientos, aunque en la recta final la chispa entre Colin Farrell y Rachel Weisz se nota clara y fresca, para afianzar un rotundo desenlace que me parece top.
En resumen, “Langosta” nos ofrece la cara más fácilmente venerable del cineasta griego, en la medida de lo posible. Este film es casi la versión mainstream de sus anteriores trabajos.
Isaac Paskual
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