Lazos de guerra

Cinta coreana de corte bélico-dramático que gira en torno principalmente a una pareja de hermanos. Por un lado tenemos al hermano mayor, Jin-tae, quien es el que marca la serenidad y responsabilidad de toda la familia. Un modesto zapatero que lleva años trabajando sin descanso para que su hermano menor, Jin-seok, pueda ir a la universidad y tenga el futuro que él nunca tuvo. Todo cambia cuando Jin-seok, es reclutado obligatoriamente por el ejército coreano en la guerra contra los comunistas. Jin-tae sufre cargo de conciencia ante el hecho de dejar sólo a su hermano de 18 años y decide ir con él al campo de batalla, a pesar de la política del gobierno de permitir a sólo un integrante por familia en la guerra. A partir de esta premisa, sus caracteres cambian, poniendo a prueba constantemente su amor entre hermanos. Aquí es cuando comienza nuestra historia.

Nada más empezar, la cinta nos muestra una breve pero emotiva escena en la Corea del Sur actual en la que un veterano de guerra que cuida de su jardín, recibe una importante llamada. En ese momento la banda sonora estimula y relaja nuestros oídos poniéndonos en situación de alerta para saber que aquí se va a cocer algo importante. Retrocedemos en el tiempo por medio de un largo flashback hasta 1950 en el contexto de una Corea del Sur recién ocupada por los japoneses y en la que se nos presenta la etapa más feliz de los dos hermanos protagonistas citados anteriormente.

Ya durante la guerra y metidos de lleno en el fragor de la batalla, comentar que los que busquéis sangre la encontrareis, ya que ésta emana por doquier. Los efectos especiales son comparables a los de cualquier producción americana de alto presupuesto -helicópteros en llamas por ejemplo- y las batallas son frenéticas y creíbles, sin heroicidades y sobre todo, los soldados luchan con cabeza y corazón.

Admito que de momento lo que he escrito es muy tentable, pero es que aún no ha venido el plato fuerte: la evolución en la relación entre los dos hermanos. Más que interesante es presenciar cómo cambia la manera de ver la guerra de cada uno; cómo se van creando sentimientos de culpa, de honor, hipocresía, envidia, venganza, repulso, etc. o básicamente, cómo pasan del amor al odio y viceversa.

El final se ve venir pero es increíblemente rompedor. Una grandísima escena entre los dos hermanos que se me ha quedado grabada en la retina, cierra la aventura en la guerra de Corea. Una escena que pone los pelos de punta y que creo que si hubiese contado con una banda sonora del pelo de Hans Zimmer, Howard Shore o John Williams, estaríamos hablando de una obra maestra.

Con un reparto desconocido, un tal Je-gyu Kang, me acaba de alegrar la tarde, recuperando la fe en un género, que con bastante frecuencia se basa en el mata-mata de nazis/comunistas/vietnamitas o lo que se tercie en el momento. Muchos meses han tenido que pasar para que otorgue un ocho a una película, y ésta os lo aseguro que se lo ha ganado a pulso.

Espectacular drama bélico que narra la historia de dos hermanos en el frente de batalla de la guerra de Corea.

Jin-tae, el mayor de los hermanos, encuentra en cada peligrosa misión y comunista abatido la oportunidad de ascender y conseguir honores que permita devolver a su hermano pequeño, Jin-Seok, a casa. La transformación personal de cada uno de los hermanos es la otra guerra que nos presenta la película. La principal, la de las trincheras, el barro y la sangre es sencillamente soberbia. La película sabe perfectamente bien el momento en que debe ser sutil, sencilla, exuberante, sucia o encarnizada.

Un mérito importante del trabajo de Kang Je-Gyu es que no busca la recreación fácil de escenas espectaculares que asombren al espectador. Y eso que tiene dichas escenas. Pero la verdadera fuerza está en su realismo y crudeza y lo bien hechas que están cada una de sus imágenes. Se trata de una película larga y no por sus altas dosis de acción significa que nos vaya a tener expectantes durante todo el metraje. Otras cintas de similar género y duración como Black Hawk derribado o Windtalkers son alguna muestra de que no sólo puede vivirse de la acción. Y en Lazos de Guerra dicha acción es sublime pero siempre bien contextualizada, necesaria e impregnada por el drama humano tanto entre los hermanos, la historia familiar, así como desde cada uno de los bandos coreanos.

Decepción, esa es la palabra que mejor refleja el ánimo tras ver Lazos de guerra. Tenía grandes expectativas puestas en este film coreano, que en nada se parece al otro cine del mismo país que había visto hasta la fecha. Un cine alternativo que gozaba de todas las virtudes (innovador, transgresor, atrevido, artístico...) que lo han encumbrado en la mayoría de festivales y que representa, junto a otras corrientes, la punta de la lanza del cine contemporáneo.
Por tanto, ¿qué nos ofrece dicho film? Poco a mi parecer: excesivas escenas de guerra bien recreadas (para eso ya tenemos los americanos que lo saben hacer de maravilla), secuencias hiperrealistas que no vienen al caso, muchos extras, efectos especiales por doquier, una historia fraternal inverosímil que no consigue conmover. Todo esto, con cierto aire de heroismo y sin más explicación sobre el conflicto coreano, que las localizaciones de los protagonistas en cada acción.
Entonces, ¿qué salva de la hoguera a este efectista y comercial film bélico? La poca, aunque interesante psicología que se desprende de la convivencia en la guerra de dos hermanos durante más de dos horas (excesivas para lo que nos quiere decir), la evolución de los personajes y sobre todo, la guerra como causa capaz de transformar las personas más humildes, en seres dominados por el poder que otorgan las armas y el mando. También capaz de deteriorar pero no destruir, lazos tan fuertes como los de sangre (conclusión esperanzadora del film).
En resumidas cuentas, el cine coreano debería dejarse de superproducciones a la americana con grandes presupuestos y arropar más a esa cantera de grandes cineastas (Kim Ki Duk, Hong Sang Soo, Park Chan Wook, Bong Joon- ho, Lee Chang Dong, etc) que nos sorprenden con cada nueva película.

Hacía tiempo que no escribía, tan solo me pasaba por aquí, leía otras críticas, etc. Pero tras ver esta maravilla del séptimo arte me lancé a escribir como un loco.
Acababa de pasar ante mis ojos una de esas películas que sin lugar a dudas marcan a uno. Ya no podré ver cine bélico sin compararla ( aúnque las comparaciones son odiosas y hay que evitarlas ) con la que esté viendo en ese momento.
Ya no es sólo porque detrás de unas geniales escenas de acción, que no tienen nada que envidiar de las sensacionales de Salvar al Soldado Ryan, sino que añade una historia de amor (entre hermanos) que le da ese toque humano, necesario.
Las interpretaciones son excelentes, demuestran afecto entre ellos, rabia y dolor, y para colmo las escenas de acción, como ya he comentado antes, son de lo mejorcito del cine.

En definitiva, Obra Maestra, recomendable como pocas, y si eres además un adicto al cine bélico, disfrutarás como un niño pequeño que estrena unos zapatos.

Veo lazos, muchos lazos, pero en vez de en la garganta el filme de Kang Je-gyu me los pone en el ***** muy pero que muy apretaditos. Criticar es sencillo y enormemente simple, cierto es. Pero también es cierto y enormemente simple dar una opinión. Se puede criticar con fundamento todo lo que uno quiera al Spielberg de “Salvar al soldado Ryan” pero a la hora de la verdad la mayoría de cineastas han copiado su estilo para dirigir un filme bélico en la actualidad y Je-gyu Kang no es menos.

“Lazos de guerra” no es mala pero no me resulta buena, simplemente un “Salvar al soldado Ryan” oriental sin maniqueísmo y con bastante contenido crítico sobre el sinsentido de las guerras. Una copia o como quieran llamarlo. Una más muy bien hecha y espectacular si les parece bien. Aunque no es mérito. Una de tantas películas comerciales por la que no doy ni un real dentro de veinte años.
Al filme de Je-gyu Kang le pierden los excesivos clichés: que si la típica secuencia en alguien se muere en los brazos de un protagonista soltando su última frase póstuma mientras la banda sonora acomete, que si esos ralentíes para enfatizar emociones, que si esas meteduras (de pata) para introducir la información de manera chapucera y momentos infumables por secuencias chabacanas como las de su desenlace buscando como sea emocionar al espectador gracias a insoportables flashbacks. Yo así no me emociono, simplemente me río, me produce el efecto contrario al ver los hilos tensando a figuritas en esas situaciones.

En el fondo me parece puro cine comercial, que al ser oriental es tratado falsamente en occidente como de autor o novedad, con una única conclusión: la guerra te vuelve loco o gilipollas.
Compárese con “Masacre: ven y mira” o incluso con “La delgada línea roja”. La guerra lo cambia todo. Los flashbacks de los dos hermanos haciendo el ‘tolai’ hacen que personalmente no me cambie nada esta película. Es muy espectacular y está muy bien hecha pero no es mérito. Hay que contar algo y esto mismo lo cuenta desde “El viento que agita la cebada” (Palma de Oro) hasta la peor de las películas españolas de la Guerra Civil.