1990: Los Guerreros del Bronx

Mítica película de videoclub de los años 80. De programa doble en los cines de reestreno. Mejunje de ideas de otros filmes, que los compañeros han mencionado, como si fuese un potaje: "1997 rescate en Nueva York", "Los Warriors", "Mad Max" y un punto de romanticismo de garrafón a lo "Romeo y Julieta".

Pero todo muy bizarro, "a la italiana". Aún y así tiene un encanto. reconoceremos a un trasunto de Snake Plissken de nombre Hammer, y a otro de "El Duque", llamado Ogre. Aquí los rescatadores son malos y los pandilleros son relativamente buenos. Pandillas estrafalarias y ridículas como las de los bailarines de claqué, o los patinadores vestidos de fantasía setentera, con patines y sticks como armas mortales. Escenas tomadas prestadas los filmes mencionados. Todo ello rodado en un barrio en ruinas, aunque habitado; así, si uno se fija verá pasar coches al fondo de los planos e incluso unos chavales jugando en una pista de baloncesto.

El protagonista, Mark Gregory, es más largo que un día sin pan. Un misterio, ya que tras rodar varios filmes desapareció a finales de los 80. parece ser que lo descubrieron en un gimnasio. Tiene el aspecto de los que poblaban las carpetas de las adolescentes durante el fenómeno fans. Recuerda físicamente a Joey Ramone, aunque llama la atención lo erguido que camina y el amaneramiento que muestra, poco coherente con su personaje de salvaje líder motero. Parece ser que Willliamson trató de enseñarle a mostrar una imagen "mas dura", pero no debió funcionar demasiado. Si lo pilla Visconti, lo hubiese puesto de Tadzio en "Muerte en Venecia II".

Poco guión. Muchos tortazos. Y muy entretenida. Estos subproductos italianos eran muy resultones. No tenían sentido del ridículo y sí mucho desparpajo ¡Si hasta emplean lanzallamas a tutiplén!

Es difícil no caer en las comparaciones con las películas de nuestro querido Serpiente Plissken en "1997: Rescate en NY" y "2013: Rescate en L.A.", pues éste film aprovecha el tirón de ese tipo de películas para contarnos la historia de una banda de motoristas en una especie de Bronx apocalíptico.
Si nos la tomamos en serio y buscamos calidad cinematográfica saldremos escarmentados, estamos tratando con un producto de serie B y de bajo presupuesto, aún así, se las apañan para mostrarnos buenas secuencias de acción casposa, ya sea peleándose entre bandas o corriendo con esas bonitas motos de la banda de Trash.
No nos engañemos, ésto no es "1997: rescate en NY" ni John Carpenter está detrás de la cámara, pero te aseguro que si lo que buscas es diversión la vas a encontrar, ya que pese a ser un producto de inferior calidad ofrece buenos momentos y es una peli mítica de la época, dirigida por el conocido caradura Enzo G. Castellari, que nos regala una peculiar película que no pasará a los anales de la historia pero que por lo menos no engaña y ofrece lo que esperas.

Enzo G. Castellari, director e hijo del también realizador Marino Girolami (responsable de mezclar zombis y caníbales con la deplorable “Holocausto Zombi” (1980)), y ambos emparentados en un alimentício tipo de cine inclasificable por su mal carácter de explotar éxitos de grandes películas hollywoodienses, destacó por algunos títulos que a pesar de ser dispares gozaban de un prestigio innato en su modo de imitar o tomar las ideas del cine que marcaba las líneas de lo comercialmente taquillero.

Hoy podría considerarse un director de culto y digno de ser homenajeado. Su período más importante se produjo entre los años setenta y ochenta y su estrecha implicación profesional con el actor y compatriota Franc Nero con quien trabajó en spaghetti westerns como “Keoma” (1975). Pero ya con ése género enterrado por la demanda del público hacia otros emparentados con el fantástico, el terror y la acción, Castellari destacó en el terreno de la aventura y la acción.

Retomando “Los Amos de la Noche” (The Warriors, 1978) y “1997: Rescate en Nueva York” (Escape from New York, 1981) de John Carpenter, el director italiano rodó un híbrido que se estrenó aquí con el título de “Los Guerreros del Bronx”, ambientado en un hipotético 1990 en que el famoso y por aquel entonces mal renombrado distrito neoyorkino se ha blindado a merced de las bandas callejeras lideradas por los raiders de Trash (caracterizado por un actor de diecisiete años apodado internacionalmente Mark Gregory) pero que se convierte en el refugio perfecto por una rica heredera de un imperio armamentístico (interpretada por Stefania Girolami, hija de Enzo), centro de los intereses de los que la prefieren más muerta que viva.

Un divertimento que contó con la presencia de secundarios internacionales muy arraigados a ese tipo de películas como los norteamericanos Fred Williamson y Vic Morrow. El film contaría con una secuela inmediata: “Fuga del Bronx” (Fuga dal Bronx, 1983).

Película icónica para los amantes del género y nostálgicos especialmente de los ochenta, que serán en su mayoría el público que pasó su adolescencia o juventud en esa época o algunos fans del cine de ese momento por descubrimiento o seguimiento cinéfilo.

Entre ellos fue muy conocido Mark Gregory, un joven romano cuyo sueño de interpretación nació cuando Enzo G. Castillari se fijó en él al ver su escultural figura en un gimnasio de Roma, donde vivía y trabajaba en una zapatería, y lo convenció para audicionar.

El resultado fue unas pocas películas en la filmografía de este actor antes de su total desaparición del cine por decisión voluntaria, en 1989 tras soportar el bullying de algunos de los demás actores o extras, eso no lo tengo muy claro, para iniciar una nueva vida dedicada a la pintura, su gran pasión.

Tristemente Mark Gregory buscado por cientos de fans falleció en 2013, por una ingesta voluntaria de barbitúricos en Castel Madama, el mismo lugar donde nació en una vida de anonimato, depresión soledad y problemas financieros importantes, tras sufrir una estafa .

La reclusión y la depresión no superada por el actor seguramente nacida durante su exposición en el cine, dejaron una mella endeleble en él sin poder superarla. Amado por sus vecinos pero presuntamente olvidado por su familia, Marco De Gregorio, tal y como es su verdadero nombre fue enterrado con tan solo una cruz de madera en su tumba, sin foto, como hubiera merecido por ser una figura del pueblo, un artista, por parte de sus vecinos en el más completo anonimato.

Su biografía es de estas que te dejan con el corazón roto.
Yo era demasiado pequeña cuando rodó sus películas, pero realmente lo he encontrado a través de la web hace un par de años, su trabajo, y todas sus películas tienen algo especial.

Te hacen preguntarte por qué un muchacho tan agraciado y con cierto talento, que hubiera ido puliendo de haber tenido más tiempo pudo ser una víctima de un mundo sin escrúpulos, qué oscura puede llegar a ser la vida.

Esta película fue una de las primeras que protagonizó.

Se trata de la historia de bandas moteras que sobreviven en un Bronx venido a bajo a manos de ricos que pretenden destruirlo. La historia sigue las peripecias de Ann, la hija del dueño de la Corporación que pretende acabar con el Bronx y sus gentes que huye para refugiarse con el líder motero Trash (Mark Gregory) del que se enamora.

En la película abunda la peculiaridad, lo singular, las escenas de acción se suceden unas tras otras, con efectos que son reprobables tan solo ahora, pero que aún al público menos exigente entretienen.
La presencia de Gregory es magnética, es hermosa.

Gregory , físicamente en su punto más alto por su juventud, cual dios griego, escultural y seguro permanece enhiesto, quieto, callado, pero cuando llega el turno de la acción sus facciones cambian, y se convierte en el héroe de la cinta.

La singularidad de los villanos, como los Zombies, los bailarines de claqué y su líder, o la presencia de Ogre, con su novia la luchadora Witch, hacen de la historia rica en matices y personajes que no olvidarás jamás, eso seguro.

El villano, Hammer, del mismo modo.

Así Trash pasa a convertirse en el héroe rebelde y sin miedo nacido de un mundo de miseria y opresión para reivindicar el triunfo de los condenados.

Observando el resto de películas de Gregory me hacen pensar que realmente la única donde fue feliz trabajando fue la de "Adán y Eva vs Canibales", la cual ha sido denostada por los fans y la audiencia hasta límites insospechados sin tener por qué, es una película ochentera y facilona hecha para los que quieren pasar un buen rato divirtiéndose, no es una versión fiel del Génesis.
Mark Gregory hacía de Adán, junto a una guapa Andrea Goldman, Eva, quien parecía ser muy de su agrado, y tal vez quien fue mejor compañera, de todos modos nunca sabremos más que el legado que dejó para su disfrute, en un total de 7 u 8 películas donde su presencia magnética y su poco diálogo permanecen.

Icónico Mark Gregory, descansa en paz. Y gracias por tu cine.

Quizá lo peor de esta película es que se toma demasiado enserio a ella misma, con ciertos momentos que pretenden ser dramáticos o épicos que la verdad resultan patéticos.

Lo que es justo decir es que para el presupuesto que tenían han conseguido ser algo mucho más potable y entretenido que el 90% de la cartelera actual. Esto junto con las actuaciones y la idea que pretenden presentar tiene como resultado que lo mires con una sonrisa en la cara.

Negros con una esvástica en su moto, bailarines de claqué con maquillaje de Kiss o la banda con aspecto de proxenetas setenteros son algunas de las cosas que nos podemos encontrar.

Con esa carátula en su época era imprescindible, hoy en día es sin ningún problema disfrutable.