Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Natxo Borràs:
4
Ciencia ficción. Acción En un periodo postapocalíptico, un policía se infiltra en el barrio del Bronx, en Nueva York, que se ha convertido en un auténtico campo de batalla que se disputan varias pandillas callejeras. (FILMAFFINITY)
20 de julio de 2018
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Enzo G. Castellari, director e hijo del también realizador Marino Girolami (responsable de mezclar zombis y caníbales con la deplorable “Holocausto Zombi” (1980)), y ambos emparentados en un alimentício tipo de cine inclasificable por su mal carácter de explotar éxitos de grandes películas hollywoodienses, destacó por algunos títulos que a pesar de ser dispares gozaban de un prestigio innato en su modo de imitar o tomar las ideas del cine que marcaba las líneas de lo comercialmente taquillero.

Hoy podría considerarse un director de culto y digno de ser homenajeado. Su período más importante se produjo entre los años setenta y ochenta y su estrecha implicación profesional con el actor y compatriota Franc Nero con quien trabajó en spaghetti westerns como “Keoma” (1975). Pero ya con ése género enterrado por la demanda del público hacia otros emparentados con el fantástico, el terror y la acción, Castellari destacó en el terreno de la aventura y la acción.

Retomando “Los Amos de la Noche” (The Warriors, 1978) y “1997: Rescate en Nueva York” (Escape from New York, 1981) de John Carpenter, el director italiano rodó un híbrido que se estrenó aquí con el título de “Los Guerreros del Bronx”, ambientado en un hipotético 1990 en que el famoso y por aquel entonces mal renombrado distrito neoyorkino se ha blindado a merced de las bandas callejeras lideradas por los raiders de Trash (caracterizado por un actor de diecisiete años apodado internacionalmente Mark Gregory) pero que se convierte en el refugio perfecto por una rica heredera de un imperio armamentístico (interpretada por Stefania Girolami, hija de Enzo), centro de los intereses de los que la prefieren más muerta que viva.

Un divertimento que contó con la presencia de secundarios internacionales muy arraigados a ese tipo de películas como los norteamericanos Fred Williamson y Vic Morrow. El film contaría con una secuela inmediata: “Fuga del Bronx” (Fuga dal Bronx, 1983).
Natxo Borràs
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow