La sombra

Ni a entretenida llega la cinta de Russell Mulcahy únicamente preocupado por mostrarnos unos grandiosos efectos especiales en detrimento de la historia (lastre que arrastra el cine de aventuras en las últimas décadas). Así las cosas, y sin saber si hemos de reír o hemos de sufrir con lo que se nos cuenta, terminamos de ver la película más por una cuestión de orgullo que de interés. Las interpretaciones son correctas pero los pobres actores no debían tener ni puñetera idea de lo que quería Russell Mulcahy. Probablemente ni Russell Mulcahy lo sabía.

“La sombra” es un filme del que guardo un grato recuerdo. Prácticamente lo vi el día de su estreno en el cine y por aquel entonces ya fui consciente de que no era un peliculón pero sí un producto comercial, uno de esos que sirven para pasar un rato entretenido. Hoy en día, después de 16 años, ha perdido bastante en el aspecto técnico (sus efectos especiales, que antaño fueron muy buenos, en la actualidad están desfasados). En su favor tengo que decir que todas las películas sin excepción, unas más que otras desde luego, pierden puntos tras un segundo visionado o vistas después de 15 o 20 años en el tiempo. También nuestro paladar cinéfilo ha evolucionado, ahora con el paso de los años entendemos más de cine y queremos mejores guiones e interpretaciones. En definitiva, queremos películas mejores. Teniendo todo esto en cuenta, “La sombra” es un producto que si aún no lo has visto, sólo te lo recomendaría si sabes de antemano lo que vas a ver, o sea, una cinta palomitera de los años 90 que no fue gran cosa en su momento (aunque a mí me gustó, tuvo su encanto) y que tampoco lo es ahora.

Centrándome en el filme que nos atañe, pues decir que es una típica película de superhéroes con su bueno buenísimo que lucha contra el mal combatiendo el crimen y su malo malísimo que quiere dominar el mundo. Este maniqueísmo en su guión tampoco es que sea deplorable, la mayoría de las cintas de superhéroes son así. El guión dicho sea de paso no es gran cosa, tiene un arranque arrollador con la escena del tiroteo en los campos de opio del Tíbet, pero cuando se llega a la ciudad decae el ritmo a intervalos. No obstante, algunos pasajes son interesantes (aunque lo mejor son sus minutos iniciales y los finales). A pesar de que en su momento la crítica especializada la puso a parir y no fue tampoco un éxito comercial, personalmente me parece una infravalorada producción, ya que es entretenida y con una atmósfera muy atractiva. Es cierto que el guión chirría pero tampoco es que sea un aborto fílmico.

Sobre las interpretaciones y el aspecto técnico seré breve: el reparto de actores no están precisamente muy inspirados, al único que destacaría por encima de la media es a Alec Baldwin, porque el resto ni fu ni fa. Del aspecto técnico lo mejor sin duda son su ambientación, con unos buenos decorados y vestuarios que le dan un toque de cine negro muy apropiado, y la pegadiza melodía principal de su banda sonora.

Película de acción con personajes interesantes, un sensual Baldwin, una glamourosa Ann Miller y una trama llevadera.El paso del tiempo quizá le afecte en el sentido de comparada con tramas más enrevesadas, esta película puede parecer simplona,...pero nada más lejos de la realidad, es una película exquisita, dónde se respira drama y buenas actuaciones y también un ambiente muy propio de los cincuenta pero sin caer en la vulgaridad o los tópicos ni siquiera el chiste fácil.

La Sombra es un personaje de ficción tan enraizado en la cultura norteamericana que incluso fue la influencia más importante en la posterior creación de personajes como Batman y otros sucedáneos superheróicos. Nacido en el seno del medio radiofónico -Orson Welles le prestó su voz durante un año-, su popularidad pronto lo hizo saltar a otros medios como las novelas y los cómics -incluidos por ahí dos episodios televisivos a modo de pilotos de una posible serie para la caja tonta-. En los 80, la Universal se hizo con los derechos para su adaptación a la pantalla grande con el guionista David Koepp (quien colaborara antes en los libretos de "Parque Jurásico" o "La muerte os sienta tan bien" y posteriormente en el de la primera entrega de "Spiderman" de Sam Raimi, "Misión Imposible" o "Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal") a la cabeza de un proyecto que tardó casi una década en desarrollarse -con un tal Sam Raimi por ahí intentando hacer su propia película sobre el personaje que acabó siendo su "Darkman"-. "La Sombra" de Russell Mulcahy (director del exploit australiano del "Tiburón" de Spielberg en forma de mortal jabalí salvaje "Razorback" y "Los Inmortales") es una muy entretenida película con el aroma del pulp de principios de siglo XX que cuenta con una ambientación, decorados, vestuario y, en definitiva, un diseño de producción totalmente envidiable que te mete de lleno en la Nueva York de los años 30. La música que Jerry Goldsmith firma para su score es tan notable como el uso de los "primerizos" efectos digitales que podemos ver a lo largo de su metraje. Quizá la elección de Alec Baldwin, quien a veces peca de un poco soso, sea lo que menos me gusta de una cinta que se deja ver con agrado -cine de aventuras con todos los elementos y tópicos que conlleva- y que, creo que, fue injustamente infravalorada en su momento. Lo bueno es que el tiempo la ha convertido en película de culto. Y ello "La Sombra lo sabe".

Buena música sobre todo y una estupenda adaptación del cómic.
Efectos casuales y sin aviso, que envuelven al espectador sin saber cuándo.
Fotografía estudiada hacia el personaje.
Para pasar un buen rato de cine negro y lejos del superhéroe típico de Hollywood.