Un, dos, tres... Splash

La verdad que me es muy difícil juzgar esta película con objetividad pues no se si decir si es buena o mala pero si que se que me trae más recuerdos entrañables que ninguna otra película.

Cuando veo esta película pienso en el cine familiar de los años ochenta, un cine familiar muy olvidado y no se porque se hayan dejado de hacer películas de este género si no porque los lugares de alquiler de películas ya han desaparecido, al igual que ya han desaparecido los anuncios de la películas antes de de la película que alquilábamos, esos anuncios que nos invitaban a ver e ir corriendo a alquilarla.

No se si es buena esta película pero lo que si que se es que es una película que no olvidaré ni yo ni mi hermana, amábamos esta película, una historia que me parece tonta y absurda pero me sigue recordando a mi infancia y esas tardes que alquilábamos películas y las grabábamos en cintas de video cada vez que salían por la tele y teníamos que cortar los anuncios…sin duda otra época, así es esta película de otra época del cine.

Una película fantástica en lo que se refiere al cine familiar, nunca aburre y hasta hoy se sigue viendo, con sus defectos, defectos que el tiempo no ha perdonado.

Esta película me trae buenos recuerdos. La vi con 9 años y, ahora que lo pienso, fue el principio de mi progresiva adoración por Tom Hanks, que se mantiene hasta el día de hoy a mis 30 años de edad.

Me gustó, ¿cómo no iba a gustarme? Es una historia sencilla y bonita, sin pretensiones, honesta consigo misma y con los espectadores. Recuerdo que lo que más me impactó, quizá por tener 9 tiernos años, fue la perseverancia de la sirena por encontrar a ese chico que la había cautivado. Qué sabría yo del amor por aquel entonces... poca cosa, eso seguro, pero intuía que había mucho de eso entre los protagonistas. Cuando yo tenía 9 años los niños no éramos tan espabilados como los chavales de ahora. Nos faltaba rodaje.

Años más tarde, la volví a ver, no una sino varias veces y, aunque me siguió gustando, comprendí que gran parte de ello se debía al hecho de haberla visto con 9 años. Mis ojos, por aquel entonces, estaban muy limpios, muy abiertos y muy receptivos. Capté cada detalle y guardé todas las imágenes que me gustaron. Sin ese recuerdo tan puro, la hubiese visto a los 15 años y le hubiese encontrado los muchos defectos que tiene, entre ellos la ñoñería, la simplicidad, lo predecible que es, etc. Pero todos esos defectos son maravillas cuando eres pequeño, y por suerte nunca olvidé aquel primer visionado.

Gracias a él le puedo poner ese 6, que implica que, sin ser una buena película en el sentido estricto (¿¿qué leches sabía yo de cine con 9 años?? Tampoco sé mucho ahora, no nos confundamos), me enganchó, me cautivó y me interesó lo suficiente como para tener un buen recuerdo de ella. Y tiene otra ventaja: puedo verla las veces que quiera sin cansarme, aunque me la sepa de memoria.

A quien no la haya visto, le diré lo que hay: un simpático Tom Hanks se enamora de una bella (muy bella) mujer que tiene un secreto. Es bastante obvio que ella oculta algo, pero él está cegado de amor y le da igual. Por desgracia, hay elementos que se confabulan contra su romance: fuerzas de la naturaleza y fuerzas puramente humanas de gente sin escrúpulos (villanos, pero en plan light). Es entonces cuando toca sufrir un rato y esperar a ver qué pasa. Lo cual nos lleva al final, el cual no pienso desvelar.

De verdad, si no la habéis visto, hacedlo. Es ligera y refrescante. Splash.

Comedia tontita y moñas, ideal para verla por la tele al mediodía y, si es posible, echarse la siesta.... aunque para hacer justicia diré que aburrida no es y pretenciosa tampoco, simplemente carente de interés y de gracia.
El argumento parece sacado de El lago de los cisnes... Cuenta la historia de amor entre un neoyorquino y un pescaito que aparece un buen día paseando por Manhattan, y no negaré que tiene virtudes para resultarle simpática a el que le gusten estas cosas... pero para los demás, una comedia sin gracia es como una boca sin dientes.
Daryl Hannah sale monísima y Tom Hanks borda su papelito de chico normal tirando a bobo.

Me encanta volver a ver esas películas que tanto me gustaban de pequeño. Ésta es otra de ellas.
En la dirección, el actualmente famosísimo Ron Howard, que estaba empezando.
Con un joven Tom Hanks (¿no creéis que hay dos Tom Hanks? el de la primera época, gamberrete, payaso, díscolo, y el más reciente, en plan oscarizable, más dramático y menos espontáneo) y una bellísima Daryl Hannah, en una comedia romántica con ligeros toques de fantástico. Además de la pareja protagonista, estaba un genial John Candy (descanse en paz) y un no menos divertido Eugene Levy.
A mí esta película me encanta, Tom Hanks está increible. Daryl Hannah resultaba convincente como sirena y John Candy jugando al squash con un pitillo en los labios... ¡qué grande!
Creo que es una gran película, fiel representación del cine de los 80, pero con plenos poderes como para seguir gustando a un nuevo espectador de hoy día.

Vale, la peli no es especialmente buena, pero no aburre en ningún momento. Quienes crecimos en los 80 caímos enamorados de la maciza sirena. Ojo a las semejanzas (salvando todas las distancias) con "La joven del agua", curiosamente protagonizada por la hija de Ron Howard.
Tuvo una continuación, bastante cutre, estrenada directamente en vídeo.