La madre del mal

Leyendo otras críticas descubro que esta película cierra una trilogía de Argento por lo cual es posible que me haya perdido detalles de la película y su valoración pueda resentirse, pero en cualquier sirve como película autónoma que se puede visionar independientemente de cualquiera otra película y responde a muchos muchos muchos clichés del género y sobretodo de cierta serie B (por pasta que pongan es europea, y además italiana y de Dario Argento, eso la convierte en una pseudo serie B). Da al público lo que quiere porque eso hay que tenerlo muy claro: contentará a los fans del género y dejará peor que indiferente al resto (directamente no conectará). Y si bien no es desde luego una gran película, es una cinta pasable (sobretodo sabiendo que solo se dirige a su público).

Y mejor un Argento menor que otros subproductos americanos de terror que van directos a la televisión (o al cine incluso).

No creáis que todo acabó con la muerte de las Madres Tenebrarum y Suspiriorum, porque una maldición milenaria está a punto de ser liberada y expandirse.
En Roma, la tercera de las antiguas brujas va a despertar y hacer que comience una era de caos y oscuridad.

Habían pasado nada menos que diecisiete largos años desde que Dario Argento hiciera "Inferno", segunda entrega de su Trilogía de las Madres basada en el "Suspiria de Profundis" de Thomas de Quincey, con la que entró en la década de los '80 y concibió junto a su inseparable Daria Nicolodi.
Con "Suspiria" el italiano logró un éxito inesperado e inmediatamente se preparó para una secuela, pero tras esto, el guión que se pensaba usar para una tercera parte quedó un tanto en suspenso a la espera de poder escribir una buena historia y perfeccionar el resultado final. Y ahí se quedó la cosa, con Argento parando el proyecto e inmiscuyéndose en otros más personales, dándonos así obras muy notables de su filmografía como "Tenebre" o la genial "Terror en la Ópera". Parecía que el director se había olvidado del tema por completo cuando pasaron los '90, llegó el nuevo siglo y la trilogía no despegaba; sin embargo, allá por 2.003, anunció al fin que se reanudaría, dando forma posteriormente al argumento, nada menos que junto a cuatro guionistas más, el cual trataría la llegada de la tercera (y más cruel) de las brujas: Mater Lachrymarum.

Esta vez, cuando en unas obras realizadas cerca de un cementerio aparece el ataúd de un oficial de la Iglesia llamado Oscar de la Valle, un sacerdote interesado en el hallazgo descubrirá la espantosa verdad que se oculta no en el féretro en sí, sino en una urna encadenada a éste que contiene algunos utensilios y figuras antiguas y una misteriosa túnica roja con una inscripción.
Más tarde, en el Museo de Arte Moderno romano, las restauradoras de arte Sarah y Giselle, en un gesto inocente y de lo más impertinente (vamos, que no se podían estar con las manos quietecitas, las tías) abren dicha urna y examinan el contenido de su interior, liberando así el espíritu condenado de la Madre de las Lágrimas, la última del ancestral trío de brujas negras. A partir de ese momento, se desata en Roma una ola de caos, desconcierto y anarquía que pronostica el principio de una nueva era de las brujas; la única que puede detener esto es la joven Sarah, quien posee un increíble poder para ella desconocido heredado de su madre Elisa, una hechicera blanca que fue asesinada tiempo atrás por la Madre de los Suspiros.

La película sigue exactamente por donde se quedaron las dos entregas anteriores, mencionándose literalmente hechos de aquellas, y no puede comenzar de manera más clásica y trillada: con una reliquia maldita enterrada cuyo mal que lleva dentro queda liberado al ser descubierta por accidente. No así, el sr. Argento deja bien claro que muy pocos directores pueden ganarle actualmente en cuanto a poner los pelos de punta se refiere, y no es para menos afirmar esto; no pasan ni diez minutos de película cuando ya vemos cómo le rompen los dientes a una pobre mujer, la destripan y luego la ahorcan con sus propios intestinos...con mucha delicadeza, sí señor, así es Dario Argento.
Como otros experimentados realizadores en el género de horror, el italiano no pierde facultades a la hora de crear atmósferas terroríficas y macabras, y en "La Madre del Mal" el director hace, sin duda, lo que mejor se le da: poner el estómago del revés al público con una serie de secuencias impactantes. Se tratan temas tan poco apreciados por la Iglesia como la magia negra, el esoterismo o la alquimia en una trama a la vez aventuresca, fantástica, repleta de violencia y mucha mala leche, recurriendo al conocido terror apocalíptico que tantas veces hemos visto ya en el cine para unificarlo todo.

Lo malo es que el film no está a la altura de los grandes clásicos del director, aun poseyendo un poder visual arrollador. Vale como producto de entretenimiento pero quedan atrás los años de "Suspiria" e "Inferno" para Argento, quizá por lo tópico de su historia, de algunos personajes, por ciertos momentos innecesarios o absurdos o porque se toma demasiado en serio.
El director vuelve a meter a su hija Asia de por medio dándole el mismo papel de siempre (nunca me cae bien esta tía cuando actúa a las órdenes de su padre), contando de nuevo con Daria Nicolodi, Udo Kier y Coralina Cataldi. El mejor del plantel: el veterano Philippe Leroy como Guillermo de Witt.

...si no le doy más nota es por su precipitado y sumamente estúpido final. Ahí Argento mete la pata pero bien.

Bueno. Cincuenta y tres minutos con catorce segundos. Ya es suficiente…

Oye, ¡qué hora tan bien aprovechada!: me va a venir de perlas para completar la lista de las peores películas que he visto. ¡Ésta es un “Top 10” seguro!; se ha ganado un puesto de honor entre “joyas” como “House of the Dead”, “Epic Movie” y “Los Zombies Paletos”.
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En fin. Seré breve:

Si te gusta el cine, no la veas: esto no tiene nada que ver con el cine. En el cine hay un guión, unos actores, un tratamiento estético… Aquí no encontraras nada de eso. He visto actuaciones de políticos más convincentes que las que perpetran los “homeless” que Argento ha contratado… Y en cuanto al guión… El bloque de spoiler es completamente innecesario: no hay nada que contar, no hay ninguna historia de destripar.

Y hablando de “destripar”… Aquí, mira por dónde, de eso sí hay: destripamientos, estrangulamientos, mutilaciones, canibalismo… Tan grotescas y exageradas, tan fuera de lugar, que pareciese que uno está viendo “Braindead 2”, sólo que, y que nadie se equivoque, sin puta gracia y sin ápice de frescura. Es lo único que hay en la película... ¡Ah!, y tetas: muchas tetas y culos sin venir a cuento… Pero, bueno, en una película producida por “il Signore Berlusconi” no esperaba menos (¡coño!, algo bueno tenía que tener la peli).

Pero, sobre todo, si te gusta o te ha gustado alguna vez el cine de Argento, no la veas. Ni poesía visual, ni composición, ni fotografía, ni atmosfera, ni giros de guión ingeniosos… Esto no es un ejemplo del “Argento crepuscular”. No es tan buena como eso, ojala. Esto es un ejemplo del Argento muerto, enterrado y putrefacto. ¿Qué ésta es la tercera parte de su trilogía de "Las Tres Madres”? Y una mierda. Cualquier intento de relacionar esta basura con “Suspiria” es insultante. Incluso “Infierno”, y mira que es floja, resulta buena en comparación con esto. Supongo que el propio Argento jamás ha visto el resutado... De lo contrario ya se habría suicidado.

No la veas, tú vales mucho más. Mejor métete en la droga.
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(Recado a los “talibanes”: supongo que ahora, demostrando vuestra "madurez", valoraréis esta crítica como “no útil”. Os explicaré una cosa, muchachos: “no útil”, significa que está poco razonada o es confusa, no que no me guste la opinión del que la escribe. A ver si poco a poco vais pillando el concepto “libertad de expresión”).

Atraído por las excelentes calificaciones que he visto en este sitio, he decidido concederle una hora y media de mi tiempo a este sucedáneo cinematográfico perpetrado por Tinto Brass, digo Darío Argento. Me ha confundido la abundante presencia de tetas y la ridícula puesta en escena. Pero no ha habido suerte, esta Madre de las lágrimas no deja de ser una estupidez a la altura de cualquier producción de Jacinto Molina, alias Paul Naschy. Ni miedo, ni intriga ni nada que no sean chorros de ketchup, sexo a lo Fernando Esteso y un acercamiento al mundo de la brujería y la religión que da auténtica grima. Cualquier comparecencia de Mater Planetarium, léase Leire Pajín, acojona el doble, o el triple.

Que te den, Darío.

Está claro que "La madre del mal" no llega a la altura de los dos emblemáticos filmes que componen la trilogía de las Tres Madres junto con éste. Realmente me parece una pena que Argento no sepa, no quiera o no pueda (no sé por qué) volver a demostrar su maravillosa destreza tras la cámara, con esa excepcional dirección suya de antaño, con esas fotografías coloristas preciosas y macabras al mismo tiempo. No sé qué le pasa a Dario Argento, pero en el apartado visual ha perdido su magia, no sé si será porque está caduco o ya no tiene ganas de fascinar y se limita a dirigir sin más. Pasando por alto el aspecto de telefilm que presenta el film, lo que lo hace inferior a las dos supremas partes anteriores, tampoco es una mierda como muchos han dicho. A mí sinceramente me ha gustado, en fin, no me esperaba gran cosa leyendo muchas críticas y la verdad es que no deja de ser una película entretenida, un film curioso y necesario (para cerrar la trilogía incompleta hasta el momento) y sobre todo, lo mejor, muy grotesco, muy violento y muy pero que muy sangriento. Son destacables los momentos más truculentos en los que Argento demuestra su maestría a la hora de componer horribles asesinatos con ese toque le ha caracterizado siempre y lo ha convertido en un maestro de lo macabro. El film tiene fallos a montones, momentos tan hilarantes que a veces rozan la autoparodia, eso es verdad y me parece algo reprochable (sobre todo siendo un film de Argento), actuaciones bastante regulares tirando a malas (incluyendo a la propia Asia Argento, que sin embargo mantiene el tipo), pero sinceramente no sé si será porque siento una fascinación especial por el cine de su director, a mí me ha gustado en resumidas cuentas, aunque está claro que se deja ver que la maestría que ha caracterizado a Argento en sus mejores años, se esta evaporando.