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El último cazador

Drama Martin (Willem Dafoe) es un mercenario que debe viajar desde Europa a Tasmania para capturar al último tigre de ese país. En contra de sus deseos, se ve obligado a compartir el campamento base con la mujer y los hijos de un zoólogo desaparecido. (FILMAFFINITY)
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Críticas 27
Críticas ordenadas por utilidad
29 de agosto de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La empresa Red Leaf está interesada en hacerse con muestras de un tigre de Tasmania, posiblemente el único de su especie que sigue con vida. Para conseguirlo, encarga la tarea al mercenario Martin David, quien en la isla australiana se hace pasar por profesor universitario mientras se hospeda en casa de dos niños cuyo progenitor desapareció mientras realizaba esa misma búsqueda en los parajes naturales de la región. El último cazador (The Hunter), producción australiana que dirige Daniel Nettheim (conocido por sus trabajos televisivos), se estrenó en el país oceánico allá por 2011 y llega ahora a las salas de nuestro país. Está basada en la novela homónima de Julia Leigh, mujer que ese mismo año debutó en la dirección cinematográfica con la mediocre Sleeping Beauty.

Como muchas de las películas que se narran desde un entorno natural, El último cazador posee encanto propio. Nettheim retrata una atmósfera de tranquilidad donde el sosiego que permite la lejanía con las grandes concentraciones demográficas posibilita tal clima de relajación que, en opinión de un servidor, converge muy bien con el espíritu cinematográfico. Si a esto se le añade un mensaje a favor del cuidado de esta naturaleza y un ligero toque social sobre la confrontación dinero-ecología, las intenciones del director en un principio no podían ser mejores.

El inicio sintetiza bastante bien lo que nos vamos a encontrar en El último cazador. El protagonista, encarnado por un siempre efectivo Willem Dafoe, es un hombre en apariencia anti-social, entregado a su trabajo sin hacerse demasiadas preguntas. Su evolución, sin embargo, será palpable con el paso de los minutos, cuando sienta haber caído en medio de una red de intereses. Uno de éstos está representado por un grupo de hombres que caracterizan en cierta manera a la Australia más profunda; tipos rudos que, atendiendo a lo que el director nos ofrece, sólo desean un trabajo para ganar dinero y un bar en el que gastárselo, retrato que a veces aparenta ser demasiado arquetípico y ya trillado en el séptimo arte.

Por la pantalla van desfilando algunos rostros conocidos del cine australiano como Frances O’Connor, en el papel de la esposa del desaparecido Armstrong o Sam Neill como Jack Mindy, un amigo de la familia. El personaje de la esposa no tiene mayor trascendencia, por lo que la actriz simplemente se limita a cumplir su labor con dignidad. Sin embargo, la evolución de Mindy no es en absoluto convincente y termina dejando un regusto amargo, no sólo por desaprovechar una figura actoral de postín, sino porque de algún modo supone un bache en un desenlace plagado de sorpresas.

Poco a poco la película se desprende del tono aventurero y da paso a un mayor dramatismo, un giro que a no todos logrará satisfacer, ya que se rompe esa mística que otorga el ver al ser humano perdido en medio de un lugar cualquiera de La Tierra. Pese al cambio de rumbo, lo cierto es que Nettheim también se desenvuelve bien en el nuevo panorama, manteniendo un pulso narrativo notable hasta el final. Las escenas más relevantes están rodadas con bastante tino, tratando de ser lo más fiel posible a lo que la realidad demandaría, pero sin que por ello pierdan capacidad de impactar en el espectador.

El último cazador es de esas películas cuyo visionado nunca se puede considerar como tiempo perdido. Pese a sus defectos, que se encuentran sobre todo en un guión irregular, Nettheim consigue construir un relato agradable en el aspecto visual, con un mensaje naturalista que siempre es de alabar y haciendo gala de una buena mano a la hora de acometer los giros argumentales con bastante equilibrio entre lo real y lo espectacular. Con esto y un impecable Willem Dafoe, no extraña nada que la cinta logre mantener intacto el interés de principio a fin.


Álvaro Casanova - @Alvcasanova
Crítica para www.cinemaldito.com (@CineMaldito)
Kasanovic
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7 de octubre de 2015
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una historia original: la caza de un animal que se cree extinto, pero que existen rumores de que todavía existe algún ejemplar. Para ello contratan a Martin, un mercenario con pocos escrúpulos (al menos aparentemente) , que deberá encontrar al que se cree el último Tigre de Tasmania. De antemano parece una historia interesante, pero lo es aún más cuando aparecen de por medio sentimientos. Y esos sentimientos no solo tienen que ver con el animal.

Hay una escena en concreto que es quizás, la mejor y más impactante que he visto de Willem Dafoe, la comentaré en el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
ariakan
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31 de agosto de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El último cazador" es una película sobre la rendención, la de un hombre con el oficio más viejo del mundo. Dafoe lleva sobre sus fatigadas espaldas todo el peso de un personaje que parece cansado y se topa con el animal más salvaje que pudiera encontrar, el hombre y sus fines, todo ello reflejado de una manera melodramática y en unos parajes que de verdad parecen todavía vírgenes, por ahora... Una buena interpretación de William Dafoe y una espléndida fotografía junto con un sosegado montaje consiguen dar a la película el tono de melodrama ecologista que tan bien le queda a la historia.
xiscoconde
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2 de septiembre de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos hemos oído hablar sobre el famoso tigre de Tasmania, un animal que hace muchos años que se considera extinto. Esa es la idea principal de la película, buscar al supuesto último espécimen, y sabe jugar muy bien con dicha propuesta. A esto se le suma que el espectador apenas sabe nada de dicho animal y lo cataloga como extinto, entonces la cinta se atreve a meterse en cierto terreno entre la duda y la certeza de su existencia.
Hay que decir que la película tiene un desarrollo lento y pausado, mostrando principalmente al hombre en la naturaleza y, sobre todo, observante. El protagonista se dedica a su búsqueda y poco más, por tanto hay que saber el tipo de cinta que tenemos delante. Su tráiler es bastante claro respecto a esto, recomiendo echarle un ojo antes de verla, más que nada para que sepáis por donde van los tiros. No hay acción ni nada parecido durante todo el metraje.
La historia consigue atrapar y como decía antes te hace pensar: ¿Habrá animal? Esta es una de las cuestiones principales con las que juega la película, junto con el momento final, el cual acaba pecando un poco de ser previsible. Lejos de eso la trama es llevadera y entretenida en todo momento, siempre y cuando os guste este tipo de cintas y sepáis a lo que venís. Para mí siempre ha sido un disfrute ver películas así, ver a un hombre en un paraje distinto, ya sea una isla, un desierto o, como aquí, una selva. Tiene que gustar, pero si estáis en este grupo la disfrutaréis bastante.
El reparto es bastante corto, pero es como tenía que ser. Willem Dafoe es el protagonista principal y absoluto de la cinta. Es un actor que me gusta bastante y aquí hace un papel correcto y creíble. Me ha gustado más de lo que me esperaba. Sam Neill es la otra cara conocida del reparto, pero su participación es más breve de lo que me habría gustado. Su personaje daba para bastante más, es una lástima. Y el resto pasables sin más. Desde la mujer y los niños hasta los secundarios que aparecen brevemente. Los dos primeros ocupan casi el 90% de los minutos y lo hacen bien. Creo que este apartado aprueba holgadamente.
Como os decía la película se catalogaría como drama. No diría que es un drama pesado, pero sí es cierto que se toma sus minutos, tiene su ritmo y cuenta lo que quiere contar. No la veo lenta, pero esto ya es cuestión de gustos. Aquí no hay tiros, ni acción, ni cosas así. Trata de la caza, la idea de poner trampas, cebos y cosas así. Para quien no lo sepa se haga una ligera idea de lo que ofrece.
En resumen ''El último cazador'' es una película amena y que se deja ver. No hay muchas del estilo por ahí y creo que está bastante bien dentro de un momento donde priman los blockbusters, la ciencia-ficción y demás. La recomendaría especialmente si te gusta el género y la idea que toca, sino quizás la notes un poco falta de ritmo y algo tediosa.

Lo mejor: Willem Dafoe, la idea principal, el ritmo y especialmente la fotografía. Sublime.
Lo peor: Nada importante. Al personaje de Neill le faltan más minutos y el final es un poco previsible.

* Interesante *
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
John Kramer
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12 de septiembre de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Original propuesta con un Willem Dafoe correcto.
La caza del supuesto último ejemplar del tigre de Tasmania podía resultar resultar fascinante, desde el supuesto minimalismo, pero a medida que avanza la acción aparecen tramas secundarias que ganan demasiado protagonismo en detrimento de la idea principal, por lo que por parte de la caza se malogra parcialmente.
Lo más sugerente y evocador son los inmejorables paisajes de la isla de Tasmania.
Lo mejor: la contención en la interpretación de Willem Dafoe.
Lo peor: que sus subtramas parecen de un telefilm de sobremesa.
waldeker
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