Cuerno de cabra

Las películas que nos gustan no lo son tan sólo porque sean reconocidas obras maestras, porque decenas de premios las avalen o porque lo digan el Boyero, el Jordi Costa o algunos otros que tienen la suerte de cobrar por decir lo que piensan (relativa libertad después de todo). Las películas que nos gustan, o al menos las que me gustan a mí, también enmarcan instantes de nuestras vidas: tardes tranquilas, días de lluvia, olores imborrables, besos furtivos, risas sin freno, lágrimas imparables, maíz frito, chicles de plátano, manos que se buscan, cálida oscuridad...... Las películas de diez pueden serlo porque el paso del tiempo no ha conseguido hacer caer del almanaque la hoja en la que cuelgan, atravesada por una chincheta, por más que el viento del olvido haya puesto todo el empeño de sus recios pulmones. Suelen colgar de la misma chincheta, polvorientos nombres de mujer, deserciones académicas y otros complementos que vivifican el recuerdo hasta el punto de volver a sentir las manos sudadas o el corazón en calma (que diría Neruda).
Algo de todo esto que antecede me pasa a mí con el drama medieval del búlgaro Metodi Andonov: "Cuerno de cabra" y por eso la he elegido al cumplir hoy, madrugada del siete de Septiembre, las cuatrocientas críticas en FA.

Con miedo a que se me pidiera el carnet en la puerta, me colé en el Aula de Cultura de una popular Caja de Ahorros de Vitoria, con un amigo, ya legal para esos menesteres, y vimos en versión original, con subtítulos, la historia de un cabrero que huye a lo alto del monte y se entrega a la educación de su única hija, como si de un zagal se tratara, aleccionándola en las artes de la lucha con dos únicos objetivos: alejarla de los hombres y prepararla para ejecutar la venganza sobre quienes mataron a su madre.
Respiramos pocas veces durante la proyección, como si fuéramos guepardos en plena caza, y pestañeamos lo mínimo para no perdernos nada. Cuando terminó, el primer film para nosotros con letras en el faldón, salimos tan impresionados y tan pálidos de la sala que cualquiera podía suponer que los dos últimos cuernos iban alojados en nuestros intestinos.
En el hall vimos a Catherine Deneuve en déshabillé enseñando una caja a un chino gordo y con un guiño cómplice nos convocó para la siguiente semana, entre las carcajadas de un tal Buñuel que nos señalaba con un puro. Luego Agapito y yo fuimos a ver a Teresa, sin que ella nos viera, a la sección de música de Galerías Preciados y a recobrar los Lois que habíamos dejado para que nos cojieran la bastilla. Y han pasado casi cuarenta años.
He vuelto a ver Cuerno de cabra y he sentido una gran satisfacción al poder renovar la buena opinión que tenía de ella; pero aunque no hubiera sido así, ¿no estimáis que merece un 10 el vehículo que nos transporta de forma gratuita a los mejores momentos de nuestras vidas?.

Ambientada en Bulgaria, -Siglo XVIII- pero el lugar y época tal vez sean dato menor. Una familia integrada por matrimonio con una niña, y el drama parte desde que el padre de familia, en su tarea como pastor debe ausentarse. Ellas quedan solas, esto da lugar a que un grupo de vándalos ingresen a la casa, violen a la madre, hasta causar su muerte. Terrible escena que transcurre ante la mirada de la niña. Indignado, dolorido el padre al regresar y encontrar esto decide lo que no solo significa vengar tanto dolor.
A partir de ese momento se produce en él un cambio. Se endurece e intenta inculcar esto a su hija, la negación de todo sentimiento y permanecer atento a lograrlo.
Establece y sigue puntillosamente un macabro plan de venganza contra cada uno de los que entraron esa noche en la casa. Es la hija quien debe ir identificándolos.
Su otra atenta misión es lograr que su hija no manifieste sensibilidad ni sentimiento alguno. Convencido de que no hay lugar para mujeres, cualquier manifestación de femeneidad de parte de ella la volvería vulnerable.
Evidentemente es por este lado que su proyecto en determinado momento comienza a flaquear.
No lo evaluaría como un film donde se plantea la violencia contra la sed de venganza.
Involucra y atraviesa demasiadas encrucijadas humanas, sentimientos, dolores, amores y odios, vidas definitivamente rotas brutalmente, y todas sus consecuencias.
Trasciende todas las épocas.
Creo que su reposición y consideración en categoría "clásico" se hace imprescindible.
Y la ví hace ya 37 años...
Nunca la olvidaré.
Tampoco a quienes pudimos verla.
Hemos olvidado tantas otras, y tan recientes. Pero esta nos marcó
Nos felicitamos de haber podido verla.

No voy a repetir lo que otros usuarios han comentado ya sobre la hábilmente narrada trama y el extraordinario uso del simbolismo que se muestran en esta película. Pero si me gustaría añadir que me ha impresionado muchísimo lo que ha sido capaz de hacer su director Metodi Andonov con tan escasos medios.

Hay que ser muy, pero que muy bueno para irse a la sierra con unas cuantas cámaras y unos pocos actores desconocidos y una aparentemente sencilla, pero redonda historia en la mochila y volverse con una película bella, inquietante, reflexiva, evocadora y muchos adjetivos más. La belleza del paisaje, las costumbres rurales, los sonidos del campo y el bosque, la expresividad de la protagonista, cuya interpretación me ha llegado a conmover, y esa cámara que está siempre donde tiene que estar y que se mueve como se tiene que mover, exprimen todo el jugo que se puede sacar sin dejarse ni una gota como si se tratase de una esas naranjas pequeñas que parece que no va a dar nada y al final llenas un vaso entero.

Por otra parte los silencios son tan elocuentes y los diálogos son tan escasos, que los últimos podrían haber sido eliminados sin que la obra perdiese el más mínimo interés. No hablo de cine mudo ya que lo que de ningún modo sobra es el sonido ambiental. Todavía resuenan en mi cabeza el sonido de los palos golpeando uno contra otro, los cencerros de la fiesta popular, las rocas rebotando por el acantilado, el fuego consumiendo los vestigios del pasado o el agua cayendo por la cascada sobre la pareja de amantes.

Por cierto, aunque tal y como otros usuarios comentan, Cuerno de cabra fue en su momento popular en España en los cines que proyectaban películas de arte y ensayo y aunque yo no tenga absolutamente nada en contra del cine experimental (a mis votaciones me remito), ésta película no tiene nada de "arte y ensayo" simplemente es buena, bonita y, en el mejor de los sentidos, barata.

Film duro, austero, desprovisto de artificios. Contiene mucho dolor que llega hasta el espectador. La sinrazón, la violencia, la violación y muerte están presentes muy pronto.
Un comienza en que todo transcurre de modo natural y de repente, zas, la bofetada al espectador, la patada en el estómago, la peor dosis de realidad, la violencia porque sí, la barbarie.


“Cuerno de cabra” es la historia de una venganza calculada durante años y las consecuencias que acarrea. La historia se remonta al siglo XVII en Bulgaria, entonces dominada por los turcos. Un humilde pastor vive con su mujer y su hija pequeña en las montañas. Un día, como de costumbre sale a cuidar a su rebaño y cuando llega a la cabaña encuentra que su mujer ha sido violada y asesinada ante la presencia de la pequeña. El padre enseñará a su hija a defenderse como un hombre y no olvidará lo ocurrido.


No es una película de exquisiteces técnicas, de encuadres perfectos o de una puesta de escena maravillosa. Por contra, su belleza reside en sus imágenes, en la manera tan natural en que está contada la historia, la perfecta recreación del ambiente rural medieval y el magnífico trabaja de los actores (no parece que hubiera una cámara filmándolos), de una autenticidad pasmosa, pocas veces vista.


No hay apeas música. Un sugestivo canto es todo lo que necesita. Más que suficiente. Los diálogos son escasos. No se necesitan. La fuerza de las imágenes habla por sí sola.

Realista. Impactante. Grande.

"Cuerno de cabra" contiene todo lo que me puede atraer de una película antes de ser vista. Para empezar es bastante desconocida, lo suficiente como para afirmar que sólo una minoría la hemos valorado. A partir de hoy yo también formaré parte de esa minoría. Su origen también me atrae, una película firmada por un director de la mismísima Bulgaria, en blanco y negro pese a haber sido parida en los 70... Ciertamente me atraía todo, incluso un contexto histórico absolutamente desconocido, nada menos que el S.XVII en esa parte del continente. He tardado en meterle mano y lo lamento porque la historia de venganza de este buen cabrero es una historia bien contada.

Aunque sea fácil escribirlo, quiero dejar claro que decir que es parca en palabras es quedarse corto. Suelen molestarme tanto los interminables monólogos como los inmensos silencios, pues bien, aquí hay océanos de mutismo y sin embargo no me ha fastidiado demasiado. Como muy bien apunta un usuario amigo que le ha calzado un 10 hay muchas maneras de entender los 10, para mí no lo es pero entiendo que "Cuerno de cabra" por sus rarezas, por sus condicionantes o por algo que ya es personal, pueda ser elevada a la mayor altura. A mí su lirismo, su mala leche, la poesía que transmite y lo bien contada que está la historia me merecen mucho más respeto que la mayoría de cine actual. ¿Alguien quiere saber lo que es ser buen actor, lo que es interpretar? Aquí está la solución, el padre y la hija son ejemplos de brillo profesional. Para mi gusto, y con esto acabo, la historia de la venganza debiera ser sólo eso, llana y evidente, los entresijos y suposiciones emocionales de la relación paterno filial desvían el interés real por la venganza.