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Radio encubierta

Comedia Inglaterra, años 60. Narra la historia de Radio Rock, una emisora pirata. En 1966, la BBC sólo emitía dos horas de rock and roll a la semana. Pero la Radio Rock, que inundaba el país de rock y pop 24 horas al día, consiguió una audiencia de 25 millones de personas, más de la mitad de la población. Cuando Carl (Tom Sturridge) es expulsado del colegio, su madre lo manda a pasar una temporada con su padrino Quentin (Bill Nighy), que es el ... [+]
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Críticas 55
Críticas ordenadas por utilidad
20 de agosto de 2009
20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vale, como comedia no acaba de funcionar del todo. No hay gags memorables, la historia es una deslabazada sucesión de anécdotas, los personajes son más bien planos y no te acabas de creer nada... y aun así, con todo, es imposible no terminar de ver esta película sin una sonrisa en los labios. Y es que transmite tanta alegría, tanto desenfado y hedonismo que es muy difícil resistirse a ella. Porque en definitiva Radio Encubierta no es sino un claro homenaje a los 60 desde un punto de vista mitificado y poco riguroso, más cercano a un capítulo de los Monkees o al Help de los Beatles que a otra cosa. Ropas llenas de color, personajes que remiten descaradamente a iconos de los 60 (Jim Morrison, Brian Jones...) escenarios sacados de Blow Up o de un disco de Jimi Hendrix, chicas ye-yes y una banda sonora absolutamente brutal, como no podía ser menos tratándose de la década prodigiosa del pop.
Por último no puedo dejar de hacer una mención especial para Keneth Branagh, que hace de ministro malo malísimo, tan malo que por momentos parece el Hitler de "El Hundimiento"!
marriott
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8 de diciembre de 2010
17 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay gente que se marea en los barcos, qué le vamos a hacer. Yo misma soy una de ellos. Así que puede que al principio cueste lanzarse navegar con el equipo de Radio Rock, aunque parezcan emitir en aguas tranquilas. Aquí pasa de todo pero no pasa nada. Hay sexo, hay drogas, hay rock'n'roll. Lo que pasa que es rock'n'roll inglés. Eso significa que hay más sexo que drogas y más rock'n-roll que sexo, lo cual tampoco está mal. El resultado es como si a cierta peli de marineros sosos de Wes Anderson le hubieran dado una manita Tom Sharpe junto con Mick Jagger, convirtiéndola en una parodia conceptual y un homenaje lleno de ritmo a los entrañables tiempos en los que todo el mundo se reunía en las casas para escuchar ¡la radio!

"Radio encubierta", dice un crítico, es una canción de ocho minutos que sólo es estribillo. Y yo digo ¿que es lo que se recuerda más de una canción? El estribillo.

Gracias a este hábil estribillo de Richard Curtis y a sus entonados intérpretes, en esta radio flotante está permitida la juerga y está vetado el aburrimiento. A menos que seais de los que se marean en los barcos.
Neathara
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16 de agosto de 2009
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todo lo que sabía de esta película era que tenía una gran banda sonora (plenamente confirmado cuando al minuto de metraje el “All Day and All of the Night" de The Kinks me estaba haciendo seguir el ritmo con una sonrisa de oreja a oreja) y aunque en un principio me despisto cuando la estaba viendo como una comedia con un casting de campanillas y una banda sonora apabullantemente extraordinaria para todo amante del rock que se precie, (dejo link a la página de imdb donde puedes ver todos y cada uno de los temas e intérpretes por si te quieres hacer con ellas: http://www.imdb.com/title/tt1131729/soundtrack), en la que la carga dramática y desarrollo de la trama dejaba mucho que desear, acabe rendido a ella y disfrutando como un niño cuando a mitad del metraje empecé a verla como lo que a mi juicio realmente es, un optimista musical de los de toda la vida, en los que las canciones que remarcan y te hacen disfrutar con la acción, las oímos a través de la programación de ese barco convertido en “Radio Pirata” y no como suele ser costumbre en boca de los actores.
En resumen, entretenido, buen e inusual musical, con una de las mejores bandas sonoras que recuerdo desde “Good Morning Vietnam 1987”.
tiznao
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19 de agosto de 2009
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay muchas formas de ver una película y, doy por supuesto que hay una variedad de públicos casi infinita, lo que convierte el cine, como la literatura, en manifestaciones del arte muy peculiares y de difícil uniformidad. Después de esta pedantería que me he marcado porque me da la gana, en realidad lo que quería decir, con palabras más sencillas, es que aquellos que nacimos en los 60 y que disfrutamos de la herencia musical de nuestros padres adoptivos anglosajones (los nuestros vivían todavía y por desgracia con Manolo Escobar, Antonio Molina y compañía, por obra y poca gracia del franquismo) vemos esta cinta como un homenaje irónico y desvergonzado, travieso y desenfadado, con ciertos aires románticos, muy propios de aquellos años, con la liberación sexual (de la mujer, pero también del hombre que no sabía ni el nombre de la punta de su miembro), la político y social, la económica y, cómo no, la musical (esa música que procedía del mismísimo diablo, cansado de sus faustos de clásico y ópera). De ahí que esta gamberrada llevada al séptimo arte sin ser eleveda a su categoría, despierte la simpatía de los espectadores (insisto, más en aquellos que hemos nacido entre esos años y que una década después, en nuestra dulce y agotadora adolescencia, escuchamos los nuevos ritmos del rock & roll, el pop menos mediático, las baladas de los jóvenes rebeldes y sin causa, el folk droguero, las mezclas de jazz, blues, soul y música blanca con sus cantos a la libertad y al libertinaje, confundiéndolos... En fin, aquellos maravillosos años).
El gran y orondo -cada vez más- Philip Seymour Hoffman y sus "melancohólicos" argonautas (especial mención para Nick Frost que hace un papel embaucador) navegan sin moverse y sin rumbo y sin cartas de marear por el terrible mar del Norte, pinchando música y enamorando a 25 millones de desencantados oyentes ingleses ante la rabia de los políticos disfrazados de Keneth Branagh, que aquí desborda con su mal humor y la antipatía que despierta su interpretación de un "nazi" británico, versión cóncava como en los espejos valleinclanescos de la tiranía y la desverguenza del poder.
Ya me he alargado demasiado. Basta decir lo que he dicho para hacerse una idea de lo divertida que resulta esta película y no porque uno no pare de reírse (como he leído se quejaban en algunas de las críticas), sino porque, al salir de la sala de proyección, uno -el espectador, nosostros- lo hace con una sonrisa de oreja a oreja, contemplando la vida desde la óptica del oído, bullen en nuestra alma canciones de Billy Fury y Marty Wilde, grupos como The Quarrymen, The Searchers, Small Faces... cómo no disfrutar durante algo más de dos horas de buena música, excelentes y locas interpretaciones y una trama sarcástica sobre libertad, emociones y recuerdos.
Melmoth
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29 de octubre de 2009
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas que en su planteamiento básico tienen un fin y se dirigen al él sin muchas complicaciones, y en su trayectoria consiguen lo que se han propuesto, Radio Encubierta es una de ellas, su idea, mitificar una época, una música, una forma de entender la vida para ello se vale de una historia sin mucha consistencia dramática y que puede resultar repetitiva. De acuerdo que el director no profundiza en los personajes, de acuerdo que trivializa los detalles y el sentido de la época que describe, de acuerdo que su planteamiento puede resulta demasiado básico, de acuerdo que Kenneth Branagh lleva su papel hacia la más pura parodia, pero Richard Curtis consigue lo que se propone. Uno sin ser demasiado exigente llega a conectar con sus personajes y a través de una banda sonora exuberante en todos los sentidos sentimos que la música nos libera, nos atrapa y nos hace gozar.

Al final se nos dibuja una sonrisa en la cara, la canción Let´s Dance de Bowie, las portadas de los discos, el clímax donde Curtis lleva a sus personajes hace que agradezcamos este crucero aunque haya sido un poco largo.
granon
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