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My Mexican Bretzel

7,1
2.326
Documental. Drama Diario íntimo de una mujer de clase acomodada, Vivian Barrett, ilustrado por las filmaciones caseras de su marido León, un rico industrial, entre los años 40 y 60 del siglo pasado. La película es también un melodrama clásico a lo Douglas Sirk o Todd Haynes, con los sentimientos a flor de piel. Un viaje en volandas a través de la vieja Europa. Un ensueño romántico.
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Críticas 22
Críticas ordenadas por utilidad
30 de marzo de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Notable y coherente (el diario encaja como un guante en las imágenes) ejercicio de imaginación el de Nuria Giménez en este redondo documental experimental, que se empapa de ficción de la buena, esa que es tan difícil distinguir de la realidad.

Impagable la recuperación de unas imágenes que hablan por sí solas, pero a las que el texto inventado hace aún más valiosas.
Demasiadas muestras de buen cine sin actores como para seguir catalogando a este tipo de propuestas como curiosa alternativa al cinema verité; es, material fílmico de verdad y del bueno.

La vida de Vivian Barret y de su marido León, allá por la mitad del siglo XX, es una clara enseñanza; por más que algunos se hayan quedado con el ritmo fantástico y materialista que imprime la riqueza, de lo que no debería ser el paso por la tierra de un ser humano.
Terminan por dar pena estos pobres millonarios que solo tienen dinero y anclan su éxito en el postureo, el fraude y la insolidaridad.

Yo, en contra del parecer de algunos que vieron la peli conmigo, he perdido el afán de amasar fortuna. ¿Para qué?
Sinhué
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7 de enero de 2021
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las imágenes son sorprendentemente hermosas para provenir de donde provienen y el concepto general es muy interesante, pero en última instancia no me ofrece a un nivel esencial nada que me parezca lo suficientemente especial o único para terminar de resultarme estimulante ni ningún enfoque nuevo sobre nada que me resulte remarcable, algo que a veces hasta los artefactos más sencillos y con muchas menos pretensiones a nivel conceptual son capaces de lograr casi sin esfuerzo.

Por decirlo de otra forma, creo que está muy bien pensada y muy bien ensamblada, pero un adecuado manejo del material o de las ideas del material no siempre hacen para mí una gran película si le falta ese componente de magia y de misterio que hace vibrar las mejores obras y que es tan difícil de explicar o definir, el tipo de componente que te hace vivir en las imágenes más allá de meramente observarlas pasar, aunque sea con el máximo aprecio y la suficiente admiración, como me ocurre a mí aquí.
AlvaroFaure
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11 de diciembre de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Una historia de amor a través del tiempo

El debut cinematográfico de la realizadora Nuria Giménez, con My Mexican Bretzel, llega como un relato que emana una historia de vida muy personal. A través de las palabras del personaje de Vivian Barret, se van exponiendo las formas de vida de una mujer de clase acomodada, la cual expresa sin vergüenza sus pensamientos más profundos. Así se van dibujando esa pasión y preguntas por la vida, que se aleja de un romanticismo exacerbado, para dar rienda suelta a la reflexión sobre las relaciones personales, la propia concepción de uno mismo y la facultad para intentar desvelar unas incógnitas que no siempre encuentran respuestas. Gracias a esa sensibilidad tan íntima, Giménez hace un homenaje a esas vivencias que podrían ser perfectamente unas memorias de un allegado. Así se muestra el poder de la palabra, acomodado a unas imágenes que envuelven en esa atmósfera.

Por otro lado, la tensión que se respira ante la aparente felicidad, que se empaña por los secretos que se van desvelando. Aun así, Giménez se aleja de la crítica implícita, ya que sus personajes gozan de unos matices profundos e inteligentes, no hay una búsqueda de exponer buenos y malos, o lo que es moral o no. Por lo que, habla desde la emoción y el sentimiento, ese desasosiego que es el propio interrogante de la vida. También hay que apreciar que la realizadora no deja todo ante la fantasía vital, sino que da pinceladas de sucesos que realmente sucedieron como tal, como el grave accidente en Le Mans, o los bombardeos de guerra. Uniendo todas las piezas, consigue un relato lleno de humanidad, verdad y con una sensibilidad exquisita.

*Los recuerdos banales que obtienen sentido

Sería complicado hablar de las dotes interpretativas de Ilse G. Ringier y Frank A. Lorang, ya que ambos no se encontraban actuando. Por lo cual, es momento de analizar los personajes que intervienen en My Mexican Bretzel. Para comenzar, la personalidad de Vivian Barret evoluciona de una manera fascinante. Al principio se muestra esa ingenuidad y luminosidad, que se acentúan con los cambios que se producen con su marido. Pero no tarda en evolucionar hacia un laberinto de emociones, donde va aprendiendo de lo que vive, al mismo tiempo que se deja invadir por aquello que no tiene explicación. En esos momentos, es donde el espectador puede llegar a sentirse identificado, planteando una visión en la que invita a compartir esas emociones tan personales, que llegan directas al recuerdo y al corazón.

Por otro lado, la figura de León Barret se mueve en ese ambiente más trágico, rodeado de un trauma, que hace que no se desvele con la misma pasión que el de Vivian. De igual manera, al estar contado desde el prisma de Vivian, no se puede entrar en los pensamientos de él. Sin embargo, ello no quita que sea una pieza fundamental en la historia, ya que es el principal vehículo y acompañante de las peripecias que surgen en la vida de Vivian. Asimismo, se ve también esa visión del placebo vital, que se transfiere a otras partes que se van exponiendo en el film. Luego, Olivia y Leo son personajes que, realmente, no toman parte de la escena como tal, pero son imprescindibles para terminar ese elixir y puntos álgidos de ruptura con la cotidianidad y explorar horizontes distintos.

*Un documental ficcionado, o una ficción documental

En tiempos donde se ha experimentado con los géneros de todas las formas, no siempre es fácil encontrar una innovación y llamar la atención con ella. No obstante, Nuria Giménez lo consigue con My Mexican Bretzel al mezclar el concepto de documental con la propia ficción, pero eliminado las barreras entre ellas. Desde el principio de la película se puede ver cómo el camino de lo ficcionado puede ser una buena estrategia para hablar de la realidad del momento. Sin embargo, el gran poder se halla en el montaje de las imágenes, las cuáles tienen una calidad histórica espectacular. Al ser esa parte de verdad, de quedar plasmado para la posteridad, le da una verosimilitud y rigor impresionantes. Por lo que, incluso aunque se sepa que no es una historia real al uso, adquiere tanta verdad en la conjunción entre palabra e imagen que se da una sinergia cautivadora.

El trabajo de ir captando aquellas imágenes que mejor se adecúen a lo que se está hablando, hace que se vea en todo el momento el trabajo que hay detrás. A primera vista, puede parecer un proyecto sencillo, de nicho, pero pronto se expande a una oda a la nostalgia y a la escucha de las historias del ayer. Al mismo tiempo, se aprovecha el efecto del metraje encontrado, aunque muy distinto a lo que se ve habitualmente en este subgénero. En esta ocasión, es como abrir una vieja caja en la que se descubren los secretos del pasado. Hay apenas un montaje de sonido, lo que hace que el relato sea crudo y solo se apoye en lo visual. Por lo tanto, puede costar a una parte de los espectadores entrar dentro de la historia al principio, pero, luego, una vez asimilado, lo disfrutan totalmente.

*Conclusión

My Mexican Bretzel es un documental ficcionado que adquiere un gran significado por el poder de las imágenes y la buena ejecución de una historia que habla desde la verdad, la desnudez íntima y las reflexiones vitales. De igual manera, expone los claroscuros de sus personajes, que culminan en varios momentos en los que se hacen patentes sus contradicciones personales. Por lo cual, Nuria Giménez dota de humanidad y sensibilidad a su proyecto en todo momento. El montaje visual es espléndido, que suple la falta mayoritaria de sonido. Habrá espectadores que les cueste más entrar, pero una vez lo hagan, se dejarán cautivar. Los recuerdos de una vida que ascienden a una introspección personal atrayente.

Escrito por Diego Da Costa
Cinemagavia
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20 de diciembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine está para vivir nuevas experiencias como esta pequeña gran película. Un silencio absoluto durante la proyección delató a un público entregado a ella desde el primer minuto. No solo por la belleza de sus imágenes, que son a la vez documento histórico y archivo familiar, sino por conseguir que esas memorias las vivas como propias.
chamiz
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12 de diciembre de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacía tiempo que una película me dejaba con una sensación similar. Me parece muy complicado opinar sin caer en tópicos, pero destaco por encima de ello la bocanada de aire fresco que supone.
En tiempos donde parece que toda innovación viene de la mano de plataformas y consagrados cineastas llega Nuria Jimenez y presenta su película...
Creo que poco se habla de ella y me temo que no se llevará todos los premios que merece si bien tiene mi absoluto respeto por su sensibilidad y creatividad.
Para (con toda humildad) amantes del cine como yo Nuria nos ha hecho un regalo en forma de falso documental con unos protagonistas que respiran elegancia y clase que no deja se ser un homenaje a figuras esenciales en su vida
No os la perdáis!
LaLlauri
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